[Carmen]
Lunes 16:05 PM.
Iba cerrando el consultorio, Dan, me dio unas palmadas en el hombro tiene esa mala costumbre, bueno lo es para mí que no me gusta el contacto físico para nada.
—Dan...— me giré con una sonrisa.
Mi jefe temporal es un hombre muy amable de unos cincuenta y pico de años, dicen que se esforzó mucho sin descanso para estar en donde está ahora, le dijo no a la belleza física que poseía para embellecer de forma intelectual.
—Carmen, me dijo Ariel que regresaras a trabajar con él. Perdona por haberte presionado tanto, no conocía tanto de ti, he visto tu película, eres hasta más talentosa que tu papá, admiro que hayas podido con todo a la vez, a mí me gustaría conservarte aquí, eres muy aplicada... Y traes a mucha gente, esto no lo había visto antes, felicidades— me dio unas bonitas palabras.
—Es su trabajo no tengo nada que perdonarle, muchas gracias por sus palabras, pero debo irme ahora y regresaré con mi tío, le agradezco a usted por recibirme aquí, adiós Dan— lo despedí con un beso en su mejilla.
Me sonrió nada más antes de dar la vuelta e irse por el pasillo, pasé por los cuadros con fotografías de Dan desde que empezó recibiendo premios cuando aún era un estudiante, era muy guapo, pero en un par de fotos después comenzaron a aparecer bolsas notables debajo de sus ojos, su cabello iba desapareciendo, hasta más adelante salir con unos lentes y fue subiendo de peso, bueno Ariel también consiguió un cargo igual al de Dan, pero Ariel por el contrario se puso mejor en apariencia.
Al salir encuentro a Leo afuera en su auto, vino a buscarme, mi celular comenzó a sonar, atendí es mi papá.
—Carmen ¿me escuchas?— me pregunta.
—Eh... sí, papá ¿qué pasa?— le pregunté, mientras voy entrando al auto, cierro la puerta, le doy un pico a Leo.
—Ya regresamos, me dijeron que no te vieron por aquí tus hermanos que no saben nada de ti ¿en dónde estás? ¿ya vienes?— me pregunta.
—Voy, recién salgo del trabajo ¿en dónde estás?— le pido su localización para ir.
—Voy por el centro... Pero veámonos en casa, tenemos que hablar, adiós— se despidió.
—Adiós... Qué carajos— maldecí mirando a Leo.
—Mmh esa boquita— me regaña.
—Ya regresaron, es que me dijo que tenemos que hablar... mi papá sonaba muy raro, como molesto, tengo una mala sensación nada más— le conté.
Llegamos a casa con Leo, ya estaban todos ahí, afuera conversando, mi papá me lleva hacía el garaje en donde vi a mi amado auto Ferrari destrozado, quise morirme, quedé con la boca abierta estando deshecha, miré a Gabriel con odio que se acerca con mis llaves en su mano, lleva muletas, una pierna con yeso.
—Perdoname, yo sólo quería salir con unos amigos y yo no tengo auto, hice una pequeña carrera, salió todo mal— se "disculpa" pero en vez de eso parece burlarse de mí el desgraciado.
No dije nada, quería llorar del odio, del enojo de que me arruina todo, no lo soporto más, Leo me contiene.
—Papá estaré en mi habitación con Leo.
—¿Carmen?— es Pilar.
Me giré a verla, todos se quedaron sorprendidos viendo esto, todos saben de nosotras, fui a abrazarla como a una gran amiga.
—¿Cómo estás preciosa?— le pregunté.
—Bien ¿Y tú?— respondió enseguida quedamos tomadas de las manos, ella miró al resto —. Buenas tardes... ¿Qué tal Luisa?— dijo notando a mi madre que la ve con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Mientras estaba viva
Short StoryCarmen atraída por el dinero y la vida de lujos que puede llevar decide mudarse con su madre a la casa de su nueva pareja, sólo disfrazó su interés con el de sólo querer proteger a su madre argumentando que no toma las mejores decisiones si ella no...