Mientras estaba viva

No es mi culpa #12

[Carmen]

Seis días después.

Sábado 12:05 PM.

Me siento algo aliviada,  finalmente es mi graduación, mantuve mi promedio impecable, ya pronto podré trabajar, Alejandro habló con su hermano de mí y él me dijo que tiene un consultorio libre que sería un gran honor para él tenerme ahí, gracias también a mi mamá que presumió de mi rendimiento en clases.

Gabriel no volverá a molestarme y no porque haya quitado la demanda, odié que todo el juicio no se mueva rápido y no lo encierren a pesar de tener tantas pruebas de que es culpable, mis chicos lo secuestraron hace días, no sé si enterrarlo vivo, dispararle, apuñalarlo, necesito vengarme, tiene que pagar ese infeliz.

—Carmen— dijo mi mamá.

Ha estado tomándome fotos desde hace minutos, me alejo de ellos para contestar, es Erik.

—Carmen.

—Erik ¿qué pasa?.

—Tuve que llevarlo a la cabaña, casi nos descubren.

—Ok, debo colgar, adiós.

Mi mamá se acerca, me abraza fuerte, hace días que no la veo, me abraza como si nada hubiera pasado, me separo, Alejandro viene a abrazarme, en un murmuro me dijo que está muy orgulloso de mí.

Nos separamos, Leo llegó, me besó, esto es incómodo, un poco, pero también me gusta, al dejar de besarnos quedamos abrazados, vi a Pilar presenciarlo todo, ella sólo se fue y seguramente llorando. Leo se separa de mí.

—Carmen ¿quién es él?.

—Leo.

—¿Tu novio?.

—¿Mi qué? Es sólo un amigo mamá, no empieces con tus bromas.

—Pe-pero se besaron y...—

—Ven te daré tu beso ya me tengo que ir.

—No, Carmen tenemos que celebrar, este es un momento especial.

—Lo sé, pero iré con mis amigos, habrá una gran fiesta y prometo llamarte luego.

—Bueno— dijo desanimada —. Pero que ese "luego" no sea en navidad.

Me despedí, no sé si hice mal, pero invité a Leo a la fiesta, no me dirán nada, el problema es controlarlo, sólo por hoy lo dejaré libre, detengo el auto, nos reuniremos en la playa, salgo del auto, Leo también sale, él lleva las bebidas, ya habían muchos aquí, la música se escucha muy alta.

Nos reunimos con el resto, Leo no se separa de mí, todos quieren hablarle veo como nos ven y sólo saludan al pasar por nuestro lado, unos chicos se lo llevaron de repente les sonreí sólo dejándolos irse, me agacho a tomar una botella de cerveza, bebo.

—Hola— dijo un chico apareciendo en frente —. ¿Puedo tomar una?.

Asentí, él tomó una cerveza, me sonríe.

—Gracias, Carmen.

Ni siquiera te conozco.

—No hay de que.

—¿No sabes quién soy?— pregunta con sorpresa, negué —. Soy...—

—Idiota— dijo Leo empujándolo —. Aléjate de ella, está conmigo.

Leo pasa su brazo por mi cuerpo , está algo agitado, sonreí.

—Adiós— dije despidiendo al desconocido.

Leo se pone frente a mí, toma mis mejillas con sus manos obligados a mirarnos directamente.

—No puedo dejarte ni dos minutos ¿qué quería ese?.

Como hormigas al azúcar.

—Sólo decirme quién era.

—Ah— se agacha a tomar una cerveza —. Oye ¿ya te has bebido dos?.

—No, el chico me pidió una.

—Diablos.

Me reí, tendí una alfombra sobre la arena, me quité el vestido, llevo un bikini blanco, Leo al verme soltó un silbido.

—Esa es mi chica.

Antes que nada le entrego el bloqueador solar, él muy sonriente asintió, comenzó a ponerlo en toda mi piel descubierta, no pude evitar sonreír al ver al resto de los chicos con la boca abierta viendo la suerte de Leo.

Leo como es algo malvado y territorial besó mis labios y me apretó una nalga, Leo me da el envase.

—Tu turno nena.

Hice lo que me pidió, me acosté en la alfombra, miré a mi costado habían chicas acostadas también, pero con una de esas sombrillas, Leo está sentado a mi lado, me puse mis gafas, toqué la pierna de Leo.

—Oye quiero eso, las sombrillas, tráeme una.

—Claro.

Leo desaparece de mi vista, me siento doblando mis piernas en una misma dirección, tomé otra cerveza, mientras miro a la gente, algunas chicas ya están muy ebrias deberían controlarse un poco, tres chicos se detienen frente a mí, tienen un cuerpazo, le doy un sorbo a mi cerveza paso mi lengua por mi labio superior.

—Hola— dijeron los tres.

—Hola.

—¿Estás con alguien?.

—Sí.

—¿Y cómo te dejó sola, muñeca?.

Leo regresó, los chicos lo ayudaron a colocar la sombrilla y sólo se fueron, pero Leo no se ve bien.

—Sólo eran amables.

—¿Y dime cuándo no son amables contigo? Eres como su reina, siempre adonde sea que vayas es así.

—¿Por qué te molesta? No es mi culpa.

—¿No es tu culpa ser tan encantadora, Carmen?.

Rodé mis ojos, tengo gafas no creo que se de cuenta, nos quedamos ahí bebiendo, Leo lleva muchas cervezas ya y no sé si hayan logrado embriagarlo, él se fue cuando una chica muy linda se sentó conmigo.

Quiero besarla, puedo sentir que ella también lo desea ¿quién lo hará primero? A Leo no le molesta que esté con chicas, pero si con chicos, él quiere ser el único. Ella me besó, le correspondí obviamente, puse mis manos en sus mejillas, entonces ella comenzó a acariciar mi espalda, se siente muy bien, sus manos cada vez bajaban y apretaban más.

Ella quería mucho más que besos conmigo, pero no estoy de humor para eso hoy, quiero tranquilidad, música, cervezas y algo me falta, le dije que se fuera, escucho a Leo cantar, él tiene una voz increíble, cuando lo escucho gemir durante el sexo me da como un orgasmo auditivo, me fascina, pero está muy bebido claro que cantaría, él se molesta conmigo, pero Leo también es el centro de atención en todas partes.

Logré hablar con Pilar, le pedí que venga para que hablemos, me dijo que "quizás venga" espero que me perdone eso, ya le dije que a mí no me interesa nadie más que ella, si se presentan nuevas personas, pero al final del día sólo pienso en ella, pase lo que pase no la voy a dejar, hasta quiero ser su esposa algún día.

Amelia vino a buscarme, me lleva hacía alguna parte, me ayuda a llevar mi cerveza, al detenernos dejamos el cajón, bajé mis gafas viendo que armaron una cancha de voleibol, una vez acepté jugar un partido con éste equipo y gané... ganamos.

Me quito las gafas las dejé sobre el cajón, tomé una posición, a jugar, esto quizás necesitaba, entretenerme.