Mientras esté viva #30

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[Carmen]

No lo puedo creer, es Gabriel arrastrándome por el césped de algún sitio, me lleva jalando de mi cabello, comencé a forcejear, a intentar librarme de él, está oscuro aquí, aunque se parece demasiado al lugar adonde yo lo llevé aquella vez que lo herí, no, no se parece, es el lugar en donde estuvimos.

—¡NO...! GABRIEL, NO LO HAGAS, TE LO SUPLICO, NO ME HAGAS DAÑO— le rogué desesperada, sintiendo un dolor insoportable en el pecho, no sólo eso también mi garganta siendo desgarrada por mis gritos y mí cabeza me duele —.NO... me mates.

Gabriel se detuvo cuando entramos en esa pequeña casa abandonada, me dejó en el suelo, encendió unas velas rojas, veo la cantidad de sangre que escupí en el suelo casi me ahogué con la misma, no paro de tocer, él con su pie me hizo dar vuelta como si fuera un insecto me aplastó, se sonríe.

—No tienes idea de lo que te espera— me advierte.

Veía a Paula entrar en la casa, se acerca a mí colocando una de sus rodillas sobre el suelo, aprieta mis mejillas con su mano, pasó su lengua por mis labios ensangrentados, sacó un cuchillo grande, se lo entregó a Gabriel.

—Toma acaba con ella— le ordenó, ella se ocupó de sujetarme por el cuello inmovilizandome.

Gabriel se bajó quedando de rodillas sobre el suelo, se colocó encima de mis piernas dejándome sin poder moverme, lo veo tomar ese cuchillo con sus manos, lo levantó hasta más arriba de su cabeza, mordía mí labio con tanta fuerza pensando que eso me ayudaría a soportar lo que va a suceder, Gabriel impactó contra mi pecho con todas sus fuerzas.

Me sobresaltó oír la voz desesperada de Leo llamándome y sacudiendo mi cuerpo, estoy petrificada, mis manos están cerradas con fuerza... Fue una maldita y macabra pesadilla.

Abracé a Leo sintiendo como si el alma me regresara al cuerpo en este momento, me sequé las lágrimas que sentía que rodaban por mis mejillas.

Fue tan real esa pesadilla.

Estábamos todos reunidos temprano para el desayuno, Leo lleva un ojo abierto al igual que Evan y Leonor, odian levantarse temprano, me reí porque mi niña se oculta con su cabello para dormir, pero Evan para nada está echado en la silla con el pan con mantequilla pegado a su pijama, miré a mi papá tratando de que se apiade de nosotros y nos deje descansar un poco más, pero no levantó la mirada de su celular. Miré a Gabriel que lleva un antifaz algo desordenado en su cabeza con su cabello desordenado, está muy dormido anoche se la pasó espantando por aquí.

Es doloroso para mí ver como Evan es idéntico a Gabriel, Leonor es muy parecida a Leo y a mí, pero es más hermosa que ambos, sacó lo mejor de los dos.

Besé la mejilla de Leo en despedida, me levanté de mi asiento despacio, todos me ven ahora.

—¿Carmen?— preguntó mi papá.

—Tengo que ir a trabajar ahora— le aviso.

—Me dijo Ariel que ya no trabajas con él ¿qué es lo que pasó?— me cuestiona.

Apreté el respaldo de la silla nerviosa, sonreí un poco.

—Sobre el traslado es temporal, volveré con mi tío dentro de poco porque no... Mi actual jefe no es nada comprensivo con nuestro proyecto de grabaciones — le expliqué.

—Pero ¿por qué pediste un traslado? Eso no lo entiendo, Carmen— me pregunta una vez más.

—Bueno... pensaba que el puesto que tengo ahí es gracias a mi tío, no me sentía cómoda pensando eso— mentí.

Gabriel y Paula se ríen de mí, mientras se dicen cosas en murmullos.

—Eso no es verdad, te lo ganaste por dedicación primeramente, Ariel, no te haría el favor de no haber visto el excelente desempeño que llevaste en tu carrera, deja de subestimar tu potencial.

Mientras estaba vivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora