Capítulo 13: Interpol.

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Ha pasado una semana desde que recibí aquella caja negra... Durante toda esa semana he estado debatiéndome entre si debería informar a mi padre o no. Alexei está llevando una investigación, al igual que mi padre... Pero siento la necesidad de que ambos sepan lo mismo. Supongo que no sería justo para mi padre...

Después de tanto pensarlo, decido llamarle:

— ¿Papá? — pregunto al oírle toser al otro lado de la línea.

— Hola, hija. ¿Qué tal?

— He tenido mejores días, y ¿tú?

— Hasta arriba de trabajo.

— ¿Quieres que te llame en otro momento? No quiero molestar.

— No, hija. No te preocupes. Dime, ¿ocurre algo?

— Verás... Hace una semana, estaba en el trabajo... Y recibí una caja, negra, con una bala dentro que tenía mi nombre grabado.

— ¿¡Qué!? ¿¡Me lo dices después de una semana!?

— No quería preocuparte, papá.

— Soy tu padre, Atenea. Si me debo preocupar es porque te puede pasar algo.

— Lo sé, lo sé.

— ¿Por qué no me lo has dicho antes? Ahora mismo podría estar buscando al responsable.

— Alexei está investigando también.

— Atenea... Sé que no quieres oír lo que voy a decir... Pero no estás segura con Alexei.

— Papá, estoy segura con él. No me deja sola un solo momento. Y si estoy sola le pide a alguno de sus guardaespaldas que me acompañe. Es igual de sobreprotector que tú. — Pongo los ojos en blanco.

— No soy sobreprotector, tan solo me preocupo por ti y lo sabes, hija.

— Vale...

— ¿Aún tienes la bala?

— Sí, ¿por?

— Necesito que vengas a mi trabajo y me la entregues. Además, deberían tomarte declaración.

— Puff... Está bien. Estaré allí en media hora.

En vista de que debo marcharme decido avisar a Alexei para que no se preocupe:

ATENEA: Tengo que ir al trabajo de mi padre por la bala de la caja.

ALEXEI: Le pediré a Arthur que te acompañe.

ATENEA: No hace falta.

ALEXEI: No acepto un no por respuesta.

ATENEA: Como quieras.

🥀🥀🥀

Las oficinas de la Interpol. Hacía tanto que no venía aquí... Creo que la última vez que vine tenía diez años. El edificio no ha cambiado nada...

Veo como Arthur se baja del todoterreno negro y se acerca a mi puerta para abrirla.

— Gracias, Arthur — digo, pero él se limita a asentir.

Comienzo a caminar, puedo notar como Arthur camina detrás de mí...

Esto es agobiante...

Subimos en el ascensor hasta la décima planta. Una pequeña campana suena cuando llegamos al piso seleccionado.

La sala está llena de mesas y personas caminando de un lado a otro. Es un lugar espacioso, al menos hay más de cincuenta personas en aquella planta.

Salgo del ascensor y camino por uno de los pasillos que hay entre las mesas de aquella sala.

Hace tanto tiempo que no vengo aquí que no recuerdo donde se encuentra el despacho de mi padre...

— ¿Atenea? — Miro hacia un hombre con barriga y papada, pelo negro y vestido de traje negro. — Soy Harvey, amigo de tu padre.

— ¡Ah, hola! Perdona, hace tanto tiempo que no vengo aquí que no me acuerdo de casi nada, ni nadie.

— No te preocupes, es normal. — Ambos reímos. — ¿Quién es él? ¿Tu novio? — Señala a Arthur.

— Oh, no, qué va... Es... un amigo. Ha venido a acompañarme a ver a mi padre.

— Oh, sí, claro. Me ha contado todo tu padre. ¿Cómo te encuentras?

— Bien, mucho mejor. Aunque ya sabes, es difícil manejar todo esto...

— Ya me imagino... Siento mucho que tengas que pasar por esto.

— Gracias... — Miro al suelo, algo incómoda ya que no sé qué decir.

— Oye, ¿recuerdas a mi hija? Sofía.

— ¡Sí! Solíamos jugar mucho de pequeñas. ¿Cómo le va?

— Está estudiando el tercer año de Medicina.

— Wow, qué bien.

— ¿Qué estudias tú?

— Psicología, también estoy en tercer año.

— Qué interesante...

— Sí... Supongo... — Río nerviosa.

— ¡Atenea! — Oigo la voz de mi padre a lo lejos. Justo a tiempo.

— Hola, papá. Estaba hablando con el agente Harvey, hace años que no le veía.

— No venías aquí desde los diez años... — comenta mi padre. — Solías ser amiga de su hija.

— Sí, eso le comentaba.

— Bueno, debo llevarme a mi hija. Luego te veo — dice mi padre a su amiga.

— Ha sido un placer, agente Harvey — digo antes de caminar con mi padre. — Menos mal que has llegado, no sabía de qué hablar con él.

— Se te ha notado en la cara... Eres demasiado expresiva.

— Lo he sacado de mamá...

— Sin duda...

Volvemos al ascensor y bajamos un par de plantas, hasta llegar al laboratorio, donde hay una mujer trabajando con unas gafas de protección.

— Enséñame la caja — me pide mi padre. Se la entrego, para luego entrar al laboratorio donde se encuentra aquella mujer.

— Hola, John — saluda la mujer rubia que lleva puesta una bata blanca.

— Hola, Natalie. Te presento a mi hija, Atenea. — La mujer clava sus ojos castaños en mí y sonríe para luego tenderme una de sus manos.

— Encantada. — Mi padre le entrega la caja. La mujer llamada Natalie saca la bala de la caja con los guantes puestos y la coloca sobre una mesa iluminada. Comienza a fotografiar la bala, desde diferentes ángulos.

— Ya está — dice la mujer. — Debo quedarme la bala para ver si tiene huellas o algún tipo de residuo.

— Vale...

— Ha sido un placer conocerte, Atenea, aunque haya sido en estas circunstancias.

— Igualmente...

Mi padre y yo salimos del laboratorio.

— Venga, voy a tomarte declaración de lo ocurrido.

— ¿Es necesario?

— Más que necesario. Oye, ese hombre va a seguirte allá a donde vayas... — dice mirando a Arthur.

— Eso parece... — Suspiro.

*****

Buenass. Aquí estoy de nuevo.

Hoy ha sido el primer día que voy de voluntaria a ayudar a niños de Ucrania y la verdad es que me ha encantado, aunque acabo de llegar a casa y estoy reventada. 

Si habéis leído el anuncio de esta mañana no os preocupéis, no voy a quitar los cap +18, al menos de momento. En Patreon subiré contenido exclusivo de Eres mía, algún adelanto, alguna escena especial +18... Ese tipo de cosas. 

Besooos.

*****

Soy tuya - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora