Capítulo 42: Despacho 47 [TW: violencia]

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En este capítulo se habla de trastornos mentales, violencia sexual, violencia física y suicidio.

Si eres sensible a este tipo de contenido te recomiendo que no lo leas. Si lo haces, es bajo tu responsabilidad.

Disfrutad del capítulo.

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Primera semana de mayo.

Hoy comienzo mis prácticas en el hospital de salud mental Santa María, uno de los mejores hospitales de salud mental de todo el país.

Soy una persona que se exige mucho, por lo tanto el primer día tengo que dar buena impresión y cuidar mucho cada acción que tomo a la hora de trabajar. El profesor Evans me ha asignado al reconocido doctor en Psicología clínica Lucas Rodríguez, con más de treinta años de experiencia. Es una eminencia en su campo, algo que me llena de motivación ya que tengo la posibilidad de aprender y obtener grandes conocimientos sobre la Psicología; por otro lado, supone una gran presión, tengo que demostrar mi valía y mi capacidad.

Entro en el hospital y camino hacia donde se encuentra la zona de información y administración.

— Buenos días, soy la estudiante Atenea Morgan, vengo a realizar las prácticas de la universidad con el doctor Lucas Rodríguez — le digo a una señora de más de cincuenta años con el cabello pelirrojo recogido en un elaborado moño, con los labios pintados de rojo y un exceso de máscara de pestañas.

— Buenos días. El doctor Rodríguez la está esperando en su despacho. Se encuentra en la tercera planta. Despacho número cuarenta y siete. — Me indica la mujer.

— Muchas gracias.

— De nada, querida. El ascensor se encuentra al fondo del pasillo, a la izquierda — añade la mujer con una sonrisa.

— Muchas gracias — respondo con otra sonrisa. Camino hacia el ascensor, presiono el botón para poder entrar en el asesor y cuando me encuentro en el interior selecciono la tercera planta.

Me dirijo hacia el despacho cuarenta y siete, que se encuentra en la mitad del pasillo. Doy tres toques en la puerta antes de abrirla.

— Buenos días, doctor Rodríguez. Soy Atenea Morgan, el profesor Evans me asignó a usted para realizar las prácticas de la universidad — digo después de entrar al despacho.

— Buenos días, señorita Morgan. Por favor, siéntese. — El doctor Rodríguez tiene el pelo canoso, recortado, con algo de barba canosa también. Tiene los ojos castaños y un aspecto pulcro y cuidado. Lleva una bata blanca y debajo una camisa del mismo color, junto con unos pantalones de pinza negros y unos zapatos.

— Gracias — respondo algo tímida. Me siento en una de las dos sillas que hay frente a su escritorio.

— El profesor Evans estudió conmigo en la universidad. Es muy buen amigo... Me ha hablado sobre usted, señorita Morgan. Es la mejor alumna de su promoción, sus notas son excelentes. El profesor Evans habla muy bien de usted.

— Me siento halagada, doctor Rodríguez. Intento esforzarme al máximo — digo con las mejillas sonrojadas.

— No sé si recordará, pero... Asistí a su universidad el año pasado para dar una conferencia sobre el Trastorno de la Identidad Disociativo.

— Claro que lo recuerdo, doctor. Asistí a su conferencia y compré su libro sobre el Psicoanálisis. Se podría decir que soy admiradora de su trabajo.

— ¿De verdad? Me alegra oír eso. — El doctor muestra una pequeña sonrisa. — Señorita Morgan, hoy me va a acompañar en varias sesiones con pacientes ingresados. Una de nuestras pacientes sufre de Trastorno de la Identidad Disociativo. ¿Recuerda algo sobre la conferencia?

Soy tuya - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora