Soy tuya - LR - (+18)

Capítulo 32: Desobediencia.

Estoy agotada. Son las doce de la noche y me encuentro llegando a casa. Hoy he conseguido escabullirme de Arthur, así que me fui a casa de Ava a estudiar después de clase. Últimamente solo la veía en clase y apenas teníamos tiempo para hablar, así que hoy decidimos ir a su casa y pasar algo de tiempo juntas, tal y como solíamos hacer hace relativamente poco.

Entro por la puerta principal, todo está apagado, Alexei seguro que está durmiendo. Cierro la puerta con el máximo cuidado para no hacer ruido. Cuando por fin consigo cerrar la puerta y echar la llave para luego dejarla en un pequeño cuenco blanco de porcelana que hay encima de uno de los muebles al lado de la puerta. Cuando apenas he dado tres pasos en dirección al piso de arriba las luces se encienden para que entonces me encuentre a Alexei sentado en el sofá con los brazos cruzados y el mando de las luces y persianas en una de sus manos.

— ¡Joder! Que susto, Alexei — digo mientras me llevo la mano al pecho y sentir como mi corazón late apresuradamente. — ¿Qué haces ahí? — pregunto arqueando una ceja.

— Esperándote... ¿Sabes acaso qué hora es? — Deja el mando de las luces en la pequeña mesa marrón oscura que hay frente al sofá.

— Las doce, ¿por?

— ¿Dónde está Arthur? ¿Por qué me ha dicho que te has escabullido después de salir del trabajo?

— Estoy cansada de que un tío de casi dos metros me esté siguiendo todo el día. ¿Sabes lo raro que me mira la gente que pasa por mi lado?

— Sinceramente, me importa una mierda como te mire o deje de mirar la gente mientras estés segura.

— Estás exagerando.

— Además, ¿por qué no contestabas mis mensajes? ¿Sabes que he estado a punto de mandar a toda mi gente para buscarte?

— De verdad, Alexei, estás exagerando... Entiendo que te preocupes pero eso no significa tenerme controlada veinticuatro horas al día, ni siquiera mi padre hace eso.

— ¿Vas a decirme por qué no contestabas mis mensajes?

— Estaba en casa de Ava, estudiando y me quedé sin batería.

— ¿Acaso ella no tiene cargador?

— El suyo no sirve para mi móvil.

— Parece que no eres consciente del peligro que corres ahí fuera.

 — Soy más que consciente, pero ¿qué pretendes? ¿Que me quede encerrada todo el día?

— No, tan solo te pido que me hagas caso por una vez en tu vida. Arthur puede protegerte cuando yo no esté a tu lado.

— Sé defenderme sola, Alexei. Xavier me ha enseñado como...

— ¿Sabes defenderte si te apuntan con un arma?

— Sí.

— León es mucho más alto y fuerte que tú.

— Puedo defenderme de él.

— ¿Segura?

— Sí.

— Aún así, eso no quita que Arthur te vaya a acompañar a donde sea que vayas.

— ¿Estás de coña?

— ¿Ves acaso que me esté riendo?

— Eso es lo que me preocupa.

— Haremos una cosa... Podrás ir a donde quieras, ver a quien quieras y hacer lo que quieras, con la condición de que Arthur vaya contigo.

— Joder, mira que eres cabezota... — Suspiro. — Está bien, con tal de irme a dormir tranquila sin que me explote la cabeza con tus quejas.

— ¿Cómo dices? — Se levanta del sofá y camina hacia mí con pasos lentos, hasta quedar su rostro a centímetros del mío.

— Lo que oyes — digo tratando de disimular la sonrisa traviesa.

El humor de este hombre cambia más que el tiempo este año.

— ¿De verdad? ¿Segura? — Su tono de superioridad hace que un pequeño escalofrío recorra mi columna vertebral.

— Demasiado. — Se me escapa una pequeña risa.

— Muy bien. — De repente, se agacha y con sus brazos agarra mis piernas para luego cargarme sobre uno de sus hombros.

— ¡Alexei!

— ¿Qué? — ríe socarronamente. — ¿No has dicho que estabas segura?

— Bájame — digo en un vago intento de escaparme de su agarre.

— Haberlo pensado dos veces antes de decirme eso... — Comienza a caminar conmigo hacia la habitación. — Seguro que después de esto comienzas a plantearte hacerme caso más seguido. — Sube por las escaleras hasta llegar a nuestra habitación, para luego cerrar la puerta, caminar hacia la cama y lanzarme sobre ella. — Veamos que tan obediente eres ahora...

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Buenasss.

Aquí estoy de nuevo.

Siento la larga espera. He estado liada, por lo que escribir este capítulo me ha costado bastante.

Sé que es corto y que tal vez esperábais más pero bueno, he hecho lo que he podido...

De todas formas, quería daros las gracias por todo el apoyo, los mensajes y todo lo que me habéis enviado. Me ha gustado mucho leer vuestros mensajes.

Besooos.

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