Capítulo 50: Alivio.

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En este capítulo se mencionan hechos violentos que pueden afectar a la sensibilidad de algun@s lector@s. Si eres sensible a este tipo de contenido te recomiendo que no lo leas, en caso de que decidas leerlo es bajo tu propia responsabilidad.

Disfrutad de la lectura.

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[Narra Atenea]

Cuando bajamos hacia la primera planta para salir de aquel lugar nos encontramos a Ava y Pietro abrazados al lado de uno de los todoterrenos negros que hay frente a la casa.

En cuanto la veo sus ojos avellanados se clavan en mí y de manera instintiva las dos corremos hacia la otra para poder abrazarnos con fuerza. La calidez y el contacto de su cuerpo con el mío provoca, sin poder evitarlo, que varias lágrimas de alivio y felicidad se deslicen por mis pómulos. Los pequeños sollozos de Ava me indican que se siente de la misma manera que yo.

— Madre mía... ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿El bebé?. — Mientras nos encontramos abrazadas me acribilla con sus preguntas.

— No te preocupes... Alexei es igual de pesado que tú... — Suspiro con una pequeña sonrisa. — Va a llamar a un médico en cuanto estemos en casa.

— Atenea Morgan — comienza a decir ella cuando consigue controlar el llanto. — Un día de estos me vas a matar de un infarto — termina de decir mientras seguimos abrazadas. Coloco mis manos en sus hombros para separarla unos centímetros y poder mirar su rostro.

— El día que eso ocurra podrás podrás darme una colleja... — Sonrío ante sus palabras. — Pero solo una que cuando das un golpe lo das con ganas — añado riendo y haciendo que ella también se ría.

— ¡Ey!. — Fije estar ofendida. — Que yo sepa... No he sido yo la que ha dado su merecido al asqueroso ese. — Me da un pequeño golpe en el hombro derecho mientras sonríe.

— Hablando de eso... — La sonrisa que había dibujada en mi rostro prácticamente desaparece. — Lo siento...

— ¿De qué hablas? ¿Por qué me pides perdón?

— Porque todo esto... Es culpa mía. Tendría que haberme dado cuenta desde el principio de las intenciones y la personalidad de León... — Suspiro. — Si lo hubiese hecho... Esto no habría...

— Atenea — me interrumpe Ava al mismo momento que pone los brazos en jarras y arquea una ceja mientras me dedica una mirada escrutadora. — ¿Masticas agua?

— ¿Qué?

— ¿Barres desiertos? O... ¿Vendes arena en la playa?. Lo pregunto porque debes de ser lo suficientemente tonta como para decir eso. — Se cruza de brazos y me mira con burla para luego suspirar. — Nea, deja de culparte por eso. Si todos fuésemos capaces de prevenir las cosas... ¿Qué sentido tendría?. — Coloca ambas manos en mis hombros. — Todo lo que nos ocurre en la vida nos ayuda a crecer y aprender de los errores. Es imposible predecir lo que va a ocurrir... A no ser que seas el profesor Charles Xavier. — En cuanto aquella referencia sale de los labios de Ava ambas reímos expulsando aquel sentimiento de culpa y aliviando la seriedad de la conversación.

— Lo admito, ha sido una buena referencia.

— Y tanto que lo ha sido... Lo mejor de nuestras referencias y ejemplos es que somos igual de "frikis" que lo entendemos a la primera — comenta Ava volviendo a abrazarme.

— Únicas en nuestra especie — añado.

— Y en peligro de extinción — dice riendo. — Bueno, de momento hay esperanza, ¿no?. Con ese pequeño o pequeña en tu tripa... Queda esperanza para que nuestra locura perdure.

Soy tuya - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora