Capítulo 30: Provocando placer [+18]

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Transcurren cerca de dos horas mientras yo aprendo a dar puñetazos y patadas.

Las gotas de sudor caen por mi rostro y todo mi cuerpo. Mi cuerpo está ardiendo debido a la gran cantidad de movimiento.

— Has entrenado bien, Atenea. Te has merecido tu recompensa. — Xavier saca un par de botellas de agua, me entrega una y se sienta a mi lado en el césped. — Bueno, ¿por dónde quieres que empiece a contarte?

— ¿Por qué decidiste ser militar? — pregunto sin pensármelo dos veces.

— Mi padre fue militar y murió en combate cuando yo era pequeño, así que supongo que lo elegí por mi admiración hacia él y para honrarle...

— Siento lo de tu padre...

— No te preocupes... — Sonríe. — Venga, siguiente pregunta.

— ¿Por qué lo dejaste?

— Mi novia se quedó embarazada... Entonces me dí cuenta de que no quería perderme la vida de mi hijo. Cada vez que iba al campo de batalla arriesgaba mi vida... Y, al principio no me importaba pero pensé en dejar a mi novia con un hijo, los dos solos... Decidí dejarlo.

— Wow, que bonito... Fue una buena decisión. — Sonrío. — ¿Cuántos años tiene tu hijo o hija?

— Es una niña, tiene dos años y es preciosa... No sabes lo feliz que me hace llegar a casa y oírla decir "papá"

— Que monada... — Acto seguido, saca su teléfono y me enseña una foto de su hija. Es una niña preciosa de ojos verdes y pelo rubio, con una sonrisa llena de felicidad. — ¡Es una preciosidad!

— Supongo que ha salido a su madre... — Dice riendo.

— Anda, no seas bobo. Se parece un montón a ti.

Los minutos pasan sin que ninguno de los dos nos demos cuenta, nos quedamos hablando y riendo.

Cuando Xavier se va, busco con la mirada a Alexei, quien está en la ventana del piso de arriba observándome. Tiene una expresión seria, como si estuviera molesto por algo.

Decido ir a comprobar, por lo que me adentro en la casa y subo al piso de arriba.

Me encuentro a Alexei aún en la ventana. Me acerco a él y deslizo mis brazos por su ancha y musculada espalda. Él no se gira, no dice nada.

— ¿Qué te pasa?

— Deberías saberlo — responde con un tono frío y seco.

— ¿Cómo voy a saberlo? No puedo leerte la mente, Alexei.

— ¿Te gusta Xavier?

— Es un buen entrenador.

— No me refiero a eso...

— ¿Te refieres a que si me gusta como hombre? No, claro que no.

— No era lo que parecía ahí afuera.

— ¿En serio? ¿Otra vez con tus celos?

— Cómo no voy a estar celoso... Te tocaba... Cuando yo solo debería hacerlo. — Se gira hacia mí.

— Alexei, es mi entrenador, tiene que corregir mis movimientos y para eso, a veces es necesario el contacto físico.

— No lo creo.

— Mira, ¿sabes qué? Voy a darme una ducha, espero que cuando vuelva dejes de actuar como un niño. — Me voy a la ducha, me quito la ropa y abro el grifo para que salga el agua caliente.

No tardo mucho en ducharme. En cuestión de minutos ya estaba afuera, colocándome una toalla alrededor del cuerpo y secándome el cabello con el secador.

Soy tuya - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora