Soy tuya - LR - (+18)

Capítulo 44:¿Qué quieres hacer?.

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Disfruten de la lectura.

¡Por cierto! Si van a hacer el sin respeto, háganlo tomando precauciones, cuídense y hagan aquello con lo que se sientan cómod@s. NO se obliguen a hacer nada que no quieran. Tampoco se basen en la ficción como referencia ya que se trata obviamente de ficción.

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Sábado. Nueve de la mañana.

Mis ojos se abren con pesadez, cerrándose de vez en cuando debido al sueño que tengo a pesar de haber dormido más de lo normal.

Cuando ya estoy más despierta y espabilada, me giro hacia la izquierda para ver si Alexei está dormido o si sigue en la cama. Por lo que parece sigue durmiendo ya que está boca abajo y con la cabeza hacia la derecha. Por unos segundos me detengo a observar y admirar su espalda desnuda totalmente musculada. ¿Este hombre siquiera es real?

Me acerco a él y con cuidado, para no despertarlo, comienzo a acariciar la suave piel de su espalda mientras observo como la misma brilla a la luz del sol.

Al cabo de unos segundos Alexei comienza a moverse, para luego girar su rostro hacia mi dirección..

— Buenos días, muñeca — dice con una voz más ronca de lo normal ya que se acaba de despertar. Reconozco que si su voz ya es atractiva, cuando habla recién levantado es... Apocalíptico. Literalmente, si con su voz mañanera me pide que me lance por la ventana encantada lo hago.

— Oh, perdona. No quería despertarte — respondo con una pequeña sonrisa.

— Llevo despierto un rato. — Finalmente abre los ojos. Cuando me fijo en el color azul de sus ojos siento que mi concentración se limita nada más que a sus ojos y me pierdo en ellos con gran facilidad. — ¿Has dormido bien?

— ¡Sí! — Comienzo a darle pequeños besos por la cara, pero de repente siento como una extraña sensación se forma en mi estómago y garganta. Mi estómago empieza a revolverse y una especie de presión aparece en mi garganta.

— ¿Estás bien? — me pregunta Alexei extrañado al ver mi repentina expresión.

— Creo... Creo que no me siento... Bien. — Comienzo a sentir pequeñas arcadas, hasta que la sensación de querer vomitar se vuelve insoportable, por lo que me levanto corriendo de la cama y voy rápidamente al baño. Comienzo a vomitar lo poco que me queda de la cena hasta que a los pocos segundos aquella sensación se detiene.

— ¿Estás bien? ¿Te ha sentado algo mal? — pregunta Alexei a la vez que se sienta a mi lado y me sujeta el cabello.

— Vete. No es agradable que me veas vomitar...

— ¿Crees que eso me importa ahora mismo? — Coloca una de sus manos sobre mi frente para luego quitarla. — No parece que tengas fiebre... ¿Te encuentras mareada?

— Mmm... — Me levanto para ver si me siento mareada. En cuanto lo hago siento una pequeña sensación de mareo. — Un poco solo...

— ¿Te notas algo más? ¿Dolor de cabeza?

— No, de momento no noto nada más.

— Vístete. — Me pide antes de salir del baño.

— ¿Para qué? — pregunto saliendo del baño detrás de él.

— Vamos al médico — responde mientras comienza a cambiarse de ropa.

— Cariño... No creo que sea nada. Tal vez es solo cansancio...