Capítulo 52: Todo tiene un precio [TW: Violencia].

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En este capítulo se describen escenas de violencia, por lo que si eres sensible a este tipo de contenido, te recomiendo que no lo leas. Si lo haces es bajo tu propia responsabilidad.

Disfrutad de la lectura.

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El segundo que transcurre en el que Alexei y yo atravesamos la puerta y nos adentramos en la estancia, se siente como una eternidad. Parece que el tiempo se ha detenido y nada se mueve.

La sala está bien iluminada, las paredes son de hormigón y hay una mesa de madera en la esquina derecha que hay al lado de la puerta.

Al instante de cruzar la puerta y encontrarme dentro de la sala, mis ojos se clavan instintivamente en el centro del lugar. Hay una silla metálica y en ella está sentado el "ser humano" al que más desprecio: León Strauss. Está atado de pies y manos con cuerdas bastante gruesas, ásperas y aparentemente fuertes. No lleva camiseta y su piel está húmeda. En su piel expuesta se aprecian diferentes cortes, algunos más profundos y otros de mayor o menor tamaño; y varios moretones cubren su cuerpo. La sangre procedente de los cortes de su dermis ha dejado su recorrido marcado, haciendo que este se extienda y deforme a causa de la humedad que presenta su cuerpo. En cada una de las cuatro esquinas de la sala hay un fornido y alto guardaespaldas de Alexei, todos con los brazos cruzados y la mirada fija en algún punto de la estancia.

Alexei mantiene su mano entrelazada a la mía y de esa manera me acerca hacia una silla muy parecida a la de León, que se encuentra cerca de la puerta, a su lado izquierdo y pegada a la pared. Me siento en ella, Alexei se inclina hacia mí y me susurra al oído.

— ¿Recuerdas mis condiciones?. No harás nada que yo no considere necesario y si ocurre cualquier cosa... Lo primero que haré es sacarte de aquí, por mucho que rechistes o te niegues.

— Sí... Entendido. — Le respondo a Alexei a la vez que asiento con la cabeza. Él me mira a los ojos para asegurarse de que estoy de acuerdo y si me encuentro bien.

— No quiero que presencies todo lo que le vamos a hacer, así que cuando yo te lo diga sales de la sala. ¿Entendido?.

— Alexei, puedo soportarlo. No me asusta la sangre... Ya no.

— No es la sangre lo que me preocupa. — Sus ojos azules me miran con firmeza y preocupación.

— Estoy y estaré bien, lyubov... No te preocupes. — Le respondo mientras le dedico una cálida mirada mientras acaricio con mi pulgar su mejilla izquierda, con el objetivo de demostrar y transmitirle que no tengo miedo.

Cuando está satisfecho separa su mano de la mía y se dirige hacia la mesa de madera sobre la que hay diversos instrumentos metálicos y unos guantes de cuero negros.

— Buenos días, Leone. ¿Has dormido bien?. — Le pregunta Alexei con normalidad mientras se coloca los guantes tranquilamente. — Tal vez haya sido un poco difícil, ¿no?. — Apoya sus manos en la mesa de madera, haciendo que sus venas marcadas sean más visibles y que los músculos de sus brazos y espalda se admiren con detalle. — Tengo entendido que algunos de mis chicos se han estado divirtiendo contigo... — La burla es evidente en sus palabras y en su tono de voz.

Yo, mientras tanto, me cruzo de piernas y observo con detalle a Alexei y luego a León. Alexei está disfrutando con esto, tiene a León a su merced y puede hacerle sufrir todo lo que le plazca... Su vida está en sus manos y tiene controlado cada mínimo detalle de lo ocurre y va a ocurrir dentro y fuera de esta sala. León ahora es vulnerable, no tiene la oportunidad de luchar ni escapar. El momento para que Leone Grecco Strauss pague por todo lo que ha hecho.

Soy tuya - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora