Capítulo 37: ¿Sí o no?

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— Atenea Morgan, ¿quieres casarte conmigo?

De pronto, todo lo que había a mi alrededor desapareció. Como si las únicas personas que estuviésemos en aquel restaurante fuésemos Alexei y yo...

Mi corazón late de tal manera que puedo oírlo y sentir como palpita en mi pecho.

Los ojos de Alexei están fijos en los míos, con sus pupilas dilatadas.

Siento como todo mi cuerpo tiembla. Mi cabeza no para de lanzar ideas al aire, algunas buenas y otras malas. Todo tipo de escenarios aparecen por mi mente...

Nunca pensé que mi relación con Alexei fuera a llegar tan lejos... Es cierto, que la idea de pasar una vida con él había aparecido en mi cabeza alguna que otra vez, pero... Una parte de mí siente que soy demasiado joven como para casarme con él, ni por pensar en lo que diría mi padre al respecto... Yo creo que le daría un infarto.

Pero... Para ser sinceros... Estoy perdidamente enamorada de Alexei, incluso daría mi vida por él si fuese necesario... Por lo que pasar una vida entera junto a él... Creo que es una gran idea.

Sonrío, como nunca lo había hecho antes. Acaricio una de sus mejillas y con la voz más dulce que jamás haya oído respondo:

— Por supuesto que quiero casarme contigo.

Los ojos de Alexei se abren de par en par para luego mostrarme una gran sonrisa llena de felicidad. Coge el anillo y lo coloca en mi dedo anular de la mano derecha.

Él se levanta, al igual que yo y fundimos nuestros labios en un cálido beso. La gente del restaurante comienza a aplaudir, por lo que nuestro beso se interrumpe y miro a nuestro alrededor para ver a la gente que nos presta toda su atención. Mis mejillas se tornan rojas al darme cuenta de que estamos siendo el centro de atención del restaurante.

Rápidamente me vuelvo a sentar y Alexei hace lo mismo. Nos miramos durante unos segundos, sin decir nada pero ambos sonrientes. Alexei extiende una de sus manos sobre la mesa para que yo haga lo mismo y así entrelazarlas.

— ¿Eres consciente de que mi padre te va a matar cuando se entere? — pregunto sonriente.

— Será un riesgo que tendré que correr — responde con una sonrisa socarrona.

— Estás loco.

— Sí, pero te encanta.

— Podría ser...

Después de media hora hablando y riendo, salimos del restaurante y esperamos a que el aparcacoches nos traiga el coche de Alexei.

— Se me ha ocurrido una idea — dice Alexei al mismo tiempo que empieza a conducir.

— Siempre que dices eso tengo miedo.

— ¿Por qué?

— Porque la última vez que se te ocurrió una idea acabamos en Rusia.

— Bueno, pero no pasó nada malo. De hecho, te lo pasaste muy bien.

— No te digo que no, pero planear las cosas con un poco de antelación nunca viene mal. ¿No crees? — Arqueo una ceja.

— Si planeas cada cosa te vuelves predecible.

— Por favor, ¿podrías dejar de tener la razón cada dos por tres?

— ¿Podrías hacerme caso de vez en cuando?

— Mira que lo dudo.

— Entonces no esperes lo mismo de mí. — Ambos empezamos a reír a carcajadas.

Tras unos largos minutos conduciendo Alexei se detiene frente a una especie de monte desde el cual se puede ver toda la ciudad y el cielo lleno de estrellas junto con la luna en su máximo esplendor.

Salimos del coche y nos ponemos los abrigos para luego subirnos al capó del coche y tumbarnos sobre él para observar el cielo estrellado.

— Es precioso... — comento observando cada estrella del cielo. Está tan oscuro que las estrellas se ven a la perfección. Las luces de la ciudad captan mi atención también, brillando a unos cuantos kilómetros desde donde nos encontramos.

— Este lugar... Me transmite paz — dice Alexei.

— Desde luego — respondo para luego suspirar. — ¿Sabes? Me hace feliz estar contigo, Alexei. Siento que puedo contarte cualquier cosa y que aunque sea la mayor locura tú me vas a creer y a acompañar en esa locura...

— Muñeca, por ti haría lo que fuese... Quien se atreva a hacerte algo... Tendrá que pagarlo con su vida... Eres mi mundo, Atenea. Si alguien te hace algo... Arderá en el Infierno, eso te lo aseguro.

— Gracias por protegerme... Ojalá pudiera hacer yo lo mismo por ti.

— En realidad lo haces, solo que a tu manera.

— ¿Eso crees?

— Por supuesto.

Me acurruco en su pecho para luego volver a mirar las estrellas. Puedo oír los latidos de su corazón, el cual lleva un ritmo lento y marcado.

— Te quiero mucho, Alexei...

— Y yo a ti, muñeca.

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Buenasss!!!

He vuelto, de nuevo... En fin, han sido unas semanas de mucho lío para mí entre la universidad, el trabajo y otras cosas... 

Sé que os gustaría que actualizase con mayor frecuencia, pero no tengo tanto tiempo y además, siendo sincera... Me organizo realmente mal. 

Esta semana tengo los exámenes de la universidad así que esta semana no voy a comenzar el siguiente capítulo, aunque una noticia buena es que tengo los próximos capítulos organizados y planificados, en los cuales tendré en cuenta algunas de vuestras sugerencias. 

Sé que el capítulo es corto, pero es lo que he podido hacer. Prometo que el próximo será más largo.

En fin, no me enrrollo más.

No olvidéis darle like al capítulo y comentar que os ha parecido. 

Besooos!!!

Soy tuya - LR - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora