Soy tuya - LR - (+18)

Especial Nochevieja/Año Nuevo.

*** Este capítulo no sigue la línea de la historia, es decir, este capítulo no es la continuación del anterior ni se va a continuar con él en la historia. A lo mejor se menciona como hecho apartado para nada más. ***

Feliz año a tod@s.

Alexei y yo estamos en la cama viendo una película en la televisión de pantalla plana que instaló hace poco en frente de la cama. Normalmente, alguien como Alexei dejaría que un equipo se encargase de instalarla, pero decidió que era más divertido que él y yo lo hiciéramos juntos... Y así fue. Nos pasamos alrededor de una hora o más riendo y discutiendo a la vez porque yo no entendía las instrucciones y lo estaba haciendo del revés.

— Muñeca — dice Alexei con su voz ronca y su acento ruso.

— Dime — respondo dejando de prestar atención a la película.

— Quiero que conozcas a alguien.

— ¿A quién?

— A babushka.

— ¿De quién se trata?

— Babushka significa abuela en ruso. Quiero que la conozcas.

— ¿Cómo se llama?

— Arinka.

— ¿Por qué quieres que la conozca ahora?

— Porque estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi vida contigo... Es hora de que la conozcas.

— ¿De verdad piensas eso?

— ¿Qué piensas tú?

— Lo cierto es que... Yo también veo un largo futuro entre nosotros. — Los suaves labios de Alexei se posan sobre los míos con delicadeza, formando un perfecto y dulce beso.

— Debemos ir a Rusia entonces.

— ¿¡A Rusia!? Pero... ¿Cuándo?

— Mañana, cogeremos el jet e iremos allí.

— Alexei, definitivamente, estás loco.

— Seguramente.

— Bueno, entonces prepararé la maleta. Ya puedo coger toda la ropa de invierno que tenga porque hará más que frío.

— Estaremos a menos cuatro grados en general.

— Madre mía, voy a morir de frío.

— No te preocupes por eso, puedo calentarte si quieres.

— Pervertido.

— Eso no me decías anoche...

— ¡Alexei! — exclamo completamente colorada.

— No seas tímida, muñeca... — Dice él a la vez que se levanta de la cama para abrazarme por detrás y comenzar a besar mi cuello con lentitud y detenimiento. Su tibia lengua se desliza por la cálida piel de mi cuello, haciendo que un ardor imparable recorra mi cuerpo.

Siento como un fuego, ya conocido, aparece en mi feminidad para luego extenderse hasta mi corazón.

— Creo que alguien tiene calor... — dice él mientras besa mi cuello y desciende una de sus grandes y venosas manos hasta la cintura de mi pantalón para luego introducirse en él y llegar hasta mi sexo.

Inconscientemente abro las piernas para recibir más.

Siento como sus largos dedos se posicionan sobre mi punto de placer y comienzan a moverse en círculos, con lentitud y delicadeza. Sus dedos se mueven de manera exquisita, de tal manera que cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás, ante la increíble sensación que proceso.