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Kosair
Reinó de los bosques agosto de 1525
El dolor era insoportable, la sangre corriendo por mi rostro, los gritos aterrados de mi madre, las manos de mi hermano intentando impedir que mi cuerpo privado de su fuerza se desplomara contra el piso, mientras mi vista se nublaba en una bruma color rojo antes de darle paso a un paisaje completamente negro donde no escuchaba nada, no sentía nada.
Entonces apareció ante mí una iglesia.
A mi lado descansaba una niña, aparénteme un hada de clase baja con luminosos ojos morados que sostenía mi mano, una mano fina y tersa que claramente no le pertenecía a mi cuerpo. Mi mente y mis pensamientos estaban en un cuerpo ajeno viendo todo lo que pasaba a su alrededor.
A mis espaldas un chico de la misma especie me hablaba. No podía escucharlo, pero sí que podía leer sus labios, los cuales no abandonaban la sonrisa que los adornaba a pesar de estar susurrando.
- Algún día nos casaremos en esta iglesia, tu padre nos casará y bautizará a nuestros hijos.
- Shh, mi madre nos está viendo, silencio.
Dijo en mi mente la voz divertida de la dueña de aquel cuerpo.
La felicidad proveniente del cuerpo de la mujer me abrumó como un coletazo de dragón antes de que la misma fuera suplantada por la angustia al ver a un niño entrar al lugar, corriendo aparentemente gritando desesperado.
Todos en el recinto se levantaron solo unos segundos antes de que unos soldados de las tierras del fuego entraran al lugar con su peste a azufre y cenizas con las espadas ya manchadas de sangre.
No podía escuchar nada, pero sentí como el pavor me envolvió igual que la oscuridad en las noches sin luna.
El chico que antes estaba a mis espaldas me sujetó a mí y a la niña que estaba a mi lado, empujándonos lejos de los hombres armados.
Un baño de sangre fue lo siguiente que vi.
Los soldados se fueron encima de la gente como perros hambrientos asesinando a todos sin compasión, el chico fue apartado de mi lado mientras uno de los soldados me galoneaba intentando levantarme mientras yo forcejeaba con todas mis fuerzas.
Podía escuchar dentro de mi cabeza la voz de aquella mujer llamando desesperada primero al chico y después a la niña, que había corrido asustada. Solo en ese momento dirigí la mirada a donde estaba el que suponía era mi padre, para ver como un guardia atravesaba con su lanza su estómago mientras la voz de la mujer aturdía mis sentidos "papá, PAPÁ!"
No fue difícil que ella misma dirigiera la mirada hacia su madre para yo encontrarme con otro guardia cercenándole la cabeza con un hacha oxidada, mientras que dos esbirros me sujetaban a mí de los brazos, arrastrándome fuera del lugar mientras yo forcejeaba con la desesperación de los que penden sus vidas en hilos de araña.
Las Velas a mi alrededor fueron apagadas por el viento mientras buscaba a la niña con la mirada, como si de mi última esperanza se tratase, como si el hecho de encontrarla fuera a liberarme.
Pero un golpe en la parte de atrás de mi cabeza ensombreció todo a mi alrededor por mucho tiempo. Sentí como tomaban aquel cuerpo en brazos atándolo y llevándolo a algún lugar para luego lanzarlo contra el piso, aparentemente de madera.
Pasó aproximadamente media hora, quiero creer, antes de que los ojos de aquella chica volvieran a abrirse. Estaba dentro de un barco rodeado por otras chicas tan hermosas como las estrellas en un cielo despegado, pero con el semblante ensombrecido de tristeza cuando un hombre lobo con la cara deformada por quemaduras entró al lugar para dirigirse a mí acercando su rostro de aliento podrido para hablarme.
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El loco de los mil mundos (18+)
FantasyJamás me mostraron sus cuerpos, si me hubieran mostrado los cuerpos les hubiera creído pero ¿Cómo se resigna una madre? Una madre jamás pierde la esperanza...