Soy Esmeralda y fui secuestrada a los 17 años para ser vendida al palacio de la reina de fuego, la reina del mundo.
Fui arrancada del seno de mi hogar en una tarde desgraciada. Yo me encontraba en la iglesia de mi padre, cuando un niño entró al recinto gritando, preso del pánico el cuál nos contagió a todos con su voz. "Los hombres lobos llegaron, LOS CABALLEROS SOMBRA ESTÁN AQUÍ" el niño no pudo terminar de hablar cuando fue alcanzado por una flecha que le arrebató la vida.
Las campanas resonaban haciéndole eco a los gritos y llantos desconsolados de las hadas en el reino. Los elfos del fuego invadieron la iglesia, llenándola con su olor a azufre y cenizas mientras gritaban con su voz de muerte y miseria, matando a todos los que intentaban detenerlos cortándole las alas.
Leo fue uno de los pocos hombres que seguía con vida cuando me tomó de la mano a mí y a mi pequeña hermana, mientras intentaba ocultarnos en algún sitio, el que fuera. Un baño de sangre fue lo siguiente que vi.
Los soldados se fueron encima de la gente como perros hambrientos asesinando a todos sin compasión. Fue entonces cuando una mano enguantada apartó a Leo de mi lado de un empujón tan fuerte como para que rodara varios metros. Yo intenté volar, intenté ir por él y ayudarlo a levantarse, pero ese hombre me sostuvo subiéndome a su hombro mientras yo gritaba desesperada pateándolo y forcejeando.
Mis esfuerzos eran en vano ante aquel hombre que seguía caminando conmigo en su hombro como si nada, yo solo podía gritar con todas mis fuerzas el nombre de Leo como si de una plegaria se tratara, como si pudiera levantarlo con mis palabras. Entonces me di cuenta de que mi hermanita ya tampoco estaba con él. La llamé y la llamé hasta que sentí que mi garganta iba a reventar, pero nada, no la encontraba.
Por algún motivo sentí la exagerada necesidad de buscar a mi padre con la mirada, cuando vi como un guardia atravesaba su estómago con una lanza mientras que a mi madre le separaban la cabeza de su cuerpo con hacha oxidada y ensangrentada.
- MAMÁ, PAPÁ, ¡¡MAMÁ!!
Las Velas a mi alrededor fueron apagadas por el viento mientras buscaba a mi hermanita con la mirada, como si de mi última esperanza se tratase, como si el hecho de encontrarla fuera a liberarme.
Pero todo se ensombreció a mi alrededor antes de poder encontrarla. Un golpe en la parte de atrás de mi cabeza me hizo perder el conocimiento, probablemente el guardia harto de mi pataleo y forcejeo me golpeó para así callarme.
No se cuanto tiempo pasó, cuando al fin desperté mis manos y mis piernas estaban atadas alrededor de un mástil de madera, estaba rodeada por otras chicas de diferentes razas, incluso un par de súcubos estaban ahí. Todo estaba oscuro, apenas entraba la luz suficiente para distinguir un par de figuras, cuando una trampilla en el techo fue abierta y un hombre lobo entró de un salto.
- Todas ustedes fueron vendidas a la reina. Ya no son más que eso, mercancía barata, sus almas ya no les pertenecen, son propiedad de mi señora, la reina Claennis, soberana del fuego.
Yo seguía forcejeando cuando la bestia se acercó a mí, inundando mis fosas nasales con su aliento podrido, espantándome con sus nauseabundos dientes amarillos.
- Mientras más pronto entiendas que ahora eres propiedad de la reina, que tanto tu alma, como tu vida, le pertenecen a ella, será mejor para ti, así quizás sobrevivas.
A mí no me vendieron, ¡ellos me secuestraron! Ellos me arrebataron todo, ELLOS FUERON LOS DESGRACIADOS.
Sin pensarlo solté un escupitajo a su rostro que fue a parar a uno de sus ojos, haciéndolo rezongar. No tuve tiempo de disfrutar su incomodidad cuando recibí un puñetazo que me volvió a sumir en la inconsciencia.
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El loco de los mil mundos (18+)
FantasyJamás me mostraron sus cuerpos, si me hubieran mostrado los cuerpos les hubiera creído pero ¿Cómo se resigna una madre? Una madre jamás pierde la esperanza...