Capítulo 20 Estabas delirando

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**Elnath**

El aliento de Kosair salía de su boca con algo de dificultad acariciando levemente mi cabello, me suelta de la nada y un grito ahogado sale de mi garganta cuando caigo sobre la cama.

Con ojos bien abiertos lo veo colocarse sobre mí, sin perder el tiempo desenfunda el cuchillo que llevaba en el cinto rasgando mi túnica; me estremezco cuando la punta del cuchillo abre ligeramente mi piel, antes de darme cuenta retira por completo la tela de mi cuerpo dejándome completamente expuesto ante él.

Quiero apartarlo, alejarlo de mí, pero mi cuerpo no responde, simplemente las órdenes que le doy no le llegan. Su mirada está sobre mis cicatrices, no quiero que las mire, así que sin pensarlo llevo mi mano a su rostro y lo levanto para que nos veamos el uno al otro.

<< por todas las estrellas fugaces ¿QUÉ SE SUPONE QUÉ ESTOY HACIENDO?>> me reprocho a mí mismo montando una guerra entre mi sentido común y mis hormonas encandiladas por el deseo.

Retiro mi mano dándome cuenta de lo mucho que esta tiembla; Los ojos de Kosair están oscurecidos y me miran sin hacerlo en realidad, Empiezo a asustarme por el vació que hay en ellos y me remuevo debajo de él intentando zafarme, pero solo logro que ponga más peso sobre mí dejándome completamente atrapado.

-  ¿Tienes miedo?

Una perfecta sonrisa adorna sus labios y hace que mi interior se estremezca.

-  ¿Tienes miedo?

Repite

- Sí, tengo miedo...

Alcanzó a musitar

-  ¿Yo te doy miedo?Si...¡EXCELENTE!

Doy un grito cuando su cuchillo rasga profundamente mi piel y cierro los puños apretando la manta que cubría mi cama.

-  Me gusta que me temas, tu mirada aterrada me excita en demasía... tú vos afligida... tus gritos... ¡QUIERO OÍRLOS

- ¡Para!

Pido cuando sus dedos se posa en mi cadera, encajandolos y lastimándome.

- ¿¡Por qué estás haciendo esto así tan de repente!?

-  ¿Acaso no es lo que querías? Fuiste tú quien se subió a mis caderas.

Me dedica una arrogante mirada y todo en mí vibra. Tengo miedo y estoy adolorido, pero en mi interior hay una parte de mí que muere por saber que es lo que ara.

Su tacto me vuelve loco y aunque me he dado el gusto de fantasear de vez en cuando con el, hay una gran diferencian entre la realidad y mis pensamientos, en mi mente puedo permitirme fantasear una y mil cosas con el, pero en la realidad no puedo permitírmelo. No quiero tener sexo con mi paciente, un chico al que conozco hace menos de una semana.

<< Solo déjate llevar, Dejate arrastrar por el deseo impuro que causa en ti, Deja que la perversidad que habita en ti te consuma, Disfruta de esta agonía tan placentera. Lo mereces, mereces hundirte en el fango de tu propia inmundicia.>>

Cierro los ojos dejándome por completo a su merced. Escucho su risa llena de satisfacción y arrogancia. La cama se hunde un poco y siento su respiración en mi oído.

Al abrir los ojos veo como extiende su brazo alcanzando la pluma de pavo real que estaba en la pequeña mesa al lado de mi cama, con ella solía escribir mis cartas. La mira y después empieza a rozar la pluma por mi vientre, generando cosquillas.

Se quita de encima de mí y empieza a pasarla por toda la extensión de mi cuerpo, sin tocarme con sus manos aumentando las cosquillas que sentía... ¿Por qué alargaba mi tortura de esta manera?

El loco de los mil mundos (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora