Qué vale más que el oro o las perlas,
joyas que ni se compran ni están en venta,
pero que serán arrebatadas en la siguiente entrega.
Con la piedra entre las manos Sander vio cómo su hermano desaparecía con Nurbanu, su mejor amiga, dejándolo a él solo con Elnath.
Se quedó inmóvil con ambas manos sobre el pecho, como si esperara que mágicamente su hermano volviera a asomar la cabeza para llevarlo con él, o que su madre lo abrazara, dejándole saber que no estaba solo.
Pero eso no ocurrió, al contrario, se encontró con el brazo de Elnath dándole un medio abrazo con los ojos cerrados tras los lentes redondos. El tacto no le gustaba, solo aceptaba de buen talante los abrazos de su madre y porque era su madre, nada mas. No había excepciones ni con su propio hermano.
A pesar de esto, su tez pálida se puso algo colorada.
- Intenta no comerte la cabeza demasiado ¿si? te prometo que te seré de apoyo y cuidaré dentro de mis capacidades. Conozco a un par de sirenas, estamos en una mejor posición que la de ellos dos, te lo aseguro. No te preocupes.
Dijo Elnath a Sander, el cuál se preguntaba dentro de su propia cabeza ¿de dónde sacaba la moral y la cara dura ese chico para decir eso, después de haber hecho tal pataleta digna de un niño por ir con su hermano?, ¿es que acaso le divertía la situación? Patético, realmente patético para un elfo de 21 años.
Ahora sí el forestal se puso realmente colorado, pero de la indignación, no quería escucharlo más. Se dedicó únicamente a ignorarlo, mientras que su mente maquinaba veinte soluciones a su problemático presente, las consecuencias de cada supuesta solución, los daños secundarios y como estos mismos afectaban al problema inicial, cuando el sanador se lo echó al hombro como si de un saco de papa se tratara, corriendo en dirección al arco de madera y abriendo el portal.
Todo a su alrededor se desvaneció menos el sonido de su voz exclamando indignado.
- ¡¡DESGRACIADO!!
Acto seguido llegaron al reino de las sirenas.
Reinó de las aguas y los mares agosto de 1528
El portal los escupió a las orillas de un inmenso mar prácticamente sin playa, si llegaban a meter un pie en el agua caerían a la profundidad de lo desconocido.
El terreno era pantanoso y lodoso, por lo cual, apenas Elnath tocó el piso, resbaló hacia atrás. El estrellado no estaba en condiciones para un aterrizaje así, mucho menos para eso con alguien incluso unos centímetros más alto que él, por ende también más pesado sobre los hombros.
No llevaban ni una hora solos y ya la paciencia de Sander comenzaba a ser tentada. No solo había cometido una estupidez tan astronómica sin meditarlo o consultárselo, sino que encima lo arrastró por el barro cuál coleto.
Definitivamente, esto ya iba muy mal.
El ambiente a su alrededor era preocupantemente silencioso, el aire era pesado, casi ausente en aquel lugar bordeado por cañas de azúcar, pequeñas hadas y libélulas azules, brillantes como luciérnagas.
La luz provenía del techo, un techo completamente forrado de cristales de hielo aparentemente, los cuales brillaban con los colores del arcoíris.
- Parece que hay una presa ahí.
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El loco de los mil mundos (18+)
خيال (فانتازيا)Jamás me mostraron sus cuerpos, si me hubieran mostrado los cuerpos les hubiera creído pero ¿Cómo se resigna una madre? Una madre jamás pierde la esperanza...