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Joas dudó por varios instantes si debía entrar o no a la habitación de Sander. La culpa le recriminaba que si no fuera por él, el joven no estaría herido, no tenía por qué estar en ese lugar, ese joven no merecía lo que le pasó.
No merecía el dolor de esas heridas o la angustia de la pérdida de su hermano, y no estaría sufriendo de no ser por su culpa.
Joas ya había tomado la decisión de no entrar, no merecía estar cerca de alguien como ese forestal, pero al girarse para retirarse se encontró de frente con la sanadora.
- ¿No piensas entrar? El joven parecía realmente preocupado por ti, quería saber cómo estabas.
La chica, al ver la duda en el rostro de Joas volteó los ojos con una sonrisa, después abrió la puerta dándole paso al hombre, el cual, ya resignado, decidió entrar. Después de eso la chica se fue cerrando la puerta tras de sí.
Pero Sander estaba dormido profundamente, su respiración era tranquila y tenue, típica de los sueños calmados, Joas solo pudo colocarse al lado de su cama, mirándolo fijamente, admirándolo, como si se tratara de una bella flor, o del capullo de una mariposa que está pronto a florecer.
No hacía más, solo lo miraba, esperando a que despertara, aunque... eso no sucedió.
Mientras tanto, el sol ya había alcanzado la cúspide del cielo y varios de los policías se habían dirigido a la casa de Elnath a buscarlo, encontrando al grupo completo de elfos desaparecidos.
Fueron revisados rápidamente por un sanador y al comprobar que no había daños comprometedores procedieron a explicarles los preocupados que habían puesto a todos. El estrellado se estaba disculpando por las molestias mientras Kosair apenas prestaba atención, solo fijó la mirada en ellos cuando escuchó las palabras "el otro forestal, el pequeño".
Fue ahí cuando su atención se encendió como la pólvora y se fijó en los policías como si fuera el objetivo de un rifle.
- "El pequeño forestal fue encontrado en los alrededores del río, una de sus piernas está muy infectada por una herida y está sufriendo delirios. Nadie sabe si se salvará"
Kosair no estaba dispuesto a escuchar más. Preguntó rápidamente donde estaba su hermano, al escuchar que en el sanatorio agradeció mientras se disparaba a correr siguiendo las señales de los caminos de piedra de aquella ciudad de mil estrellas.
**Sander**
Mi mente reaccionó, pero mi cuerpo no despertó con ella, podía sentir la mirada fija de alguien sobre mí, podía escuchar su respiración, pero mi cuerpo no respondía a mis órdenes. Ni siquiera era capaz de abrir mis ojos. Con todas mis fuerzas intenté moverme, parpadear, lo que sea, luché desesperadamente por emitir al menos un susurro, pero nada emergía de mis labios.
La persona que me acompañaba de repente salió corriendo de mi habitación y a los pocos segundos una patada abrió la puerta de par en par haciendo crujir la madera al chocar con tanta fuerza contra la pared.
- ¡SANDER!
Era mi hermano, él estaba aquí, estaba vivo y si pudo dar esa patada, probablemente también estaba sano, pero yo estaba desesperado, era completamente frustrante y aterrador, no podía moverme, no podía hablar, no podía ver, pero sí podía sentir y escucharlo todo.
Escuchaba los llantos de Joas y de una chica, la cual supongo era Nurbanu, escuchaba los gritos de mi hermano diciendo mi nombre y sentía como me sujetaba de los hombros zarandeando mi cuerpo.
Sentí cuando me echaron el agua helada, sentí el olor quemante del licor que colocaron bajo mi nariz, y sentí las pequeñas agujas que clavaban levemente en las plantas de mis pies.
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El loco de los mil mundos (18+)
FantasyJamás me mostraron sus cuerpos, si me hubieran mostrado los cuerpos les hubiera creído pero ¿Cómo se resigna una madre? Una madre jamás pierde la esperanza...