capítulo 9 tretas y engaños

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Joas apareció detrás del chico y vio la escena.

El hombre sintió como si una pesada roca le hubiera caído en la cabeza al ver a su hija, sintió como su mundo se derrumbaba al ver a su pequeña reducida a lo que estaba ahora, cubierta de sangre y lágrimas, aún apresada en los brazos de aquel guardia.

Apenas y pudo mantener la compostura, quizás por los años que había servido en el ejército, quizás por instinto, pero lo que es casi seguro es que fue por Sander...

Aquel forestal destilaba un aura tétrica, parecía que la razón y la prudencia que le había demostrado aquel pequeño joven a Joas durante los días que habían estado juntos infiltrándose al volcán habían desaparecido dándole paso a una bestia, una bestia que no razonaba y solo buscaba destruir todo a su paso, una bestia cuyos ojos destilaban muerte.

La causa era más que obvia al ver al chico que colgaba de las esposas al techo, su cuerpo estaba convertido en una sola llaga mientras de sus pies goteaba la sangre que resbalaba por todo su cuerpo, aun así pudo ver una sonrisa en la cara de lo que quedaba de aquel chico, a pesar de su situación sus ojos aún destilaban respeto dándole un aura más macabra a la escena.

Joas tomo a Sander por sorpresa cuando le dejo caer su pesada mano sobre la espalda sosteniéndole el hombro con fuerza mientras le susurraba.

- no te las intentes dar de héroe ahora, vi la cara de gato asustado que pusiste apenas vistes a tu hermano, él sanara después de que algún sanador lo atienda, pero si tú te le llegas a lanzar encima a uno de estos soldados te aplastarán como una cucaracha.

Sander ni siquiera se molestó en subir la mirada para verlo, se limitó a quitarle el cuchillo encantado con curvas azules que Joas tenía en el cinturón para colocárselo en el suyo propio manteniéndolo debajo de la túnica mientras con su otra mano sostenía un puñal común de doble filo.

El elfo del fuego no ignoraba lo que acaba de hacer Sander, pero lo dejo pasar, se había dado cuenta en el poco tiempo que conocía a aquel chico que no estaba tratando con cualquier tonto, él sabría usarlo.

Después de esta acción, el hombre salió de la celda para dispararle flechas a cualquiera que decidiera acercarse.

Los ojos de Sander se iluminaron con el brillo de la muerte mientras veía a ambos guardias, los cuales habían empezado a reaccionar para defenderse.

La chica que él suponía era Nurbanu fue lanzada a una esquina y su hermano mayor tenía la vista perdida.

No podía contar con nadie, estaba solo contra esos dos hombres.

Sander intento acercarse a uno de frente para apuñalarlo con su cuchillo manteniendo el que Joas le habías dado aún oculto, pero una patada por parte del guardia lo tiró al piso de sentón, haciéndolo rodar sobre sí mismo mientras tosía.

- ¿qué pasa? ¿No ibas acaso a matarme?

Dijo el guardia con vos amenazante y triunfadora, mientras que el otro reía con sorna.

- al final resultó ser solo una pequeña rata.

Sander volvió abalanzarse sobre el guardia para luchar, pero su adversario estaba entrenado para pelear y evadía sus ataques con facilidad, golpeándolo en respuesta.

Después de varios rodillazos a la boca del estómago del chico, este cayó al suelo escupiendo sangre.

- o vamos, ¿tan rápido te cansaste?

Se burló el guardia que no estaba peleando mientras el otro desenvainaba su espada reflejando sus ojos en el filo, al mismo tiempo que esto pasaba Sander se ponía de pie sonriendo para sus adentros ¡VENGA A POR MÍ! ¡SEA MI CONEJILLO DE INDIAS!

El loco de los mil mundos (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora