Al día siguiente el agente sigue investigando preguntándole al personal más detalles sobre el tratamiento que seguía Elnath, en eso la enfermera en jefe le explica que en el campo de la salud mental hay una guerra, la vieja escuela apoya la psicocirugía como la lobotomía la cual podía convertir a los pacientes en zombis, la nueva escuela cree en la psicofarmacología que utiliza distintos medicamentos y terapias para conducir a sus pacientes a distintos resultados.
El agente aún no se ha librado de la fuerte migraña que lo atormenta desde que llego al hospital y ya agotado se tambalea por el dolor, esto lo nota la enfermera y le entrega unas pastillas para tratar su malestar, después de que el agente se las tomara lo llevan a acostar con la ayuda de los guardias.
Ya dormido sueña con un muchacho que le reprocha el no haberlo salvado, el agente sigue caminando hasta encontrarse con una mujer adornada por una corona sentada frente a una fogata, tiene una herida que le cruza el rostro, la mujer enciende un fósforo y le saca unas cuerdas de titiritero.
Posteriormente aparece su esposo ensangrentado frente a tres cuerpos, la muchachita de cabellera rizada, el hombre y el muchacho mojado, el agente carga al muchacho y este le pregunta por qué no lo salvó a lo que este le responde que no tuvo la oportunidad de hacerlo. En eso el escenario cambia a un lago donde el agente pone el cadáver del muchacho en una balsa sobre el lago y lo deja flotar sobre ella.
En ese momento despierta, pero en otro sueño porque aparece su esposo diciéndole que el estrellado estaba en el lugar, seguía ahí y debía encontrarlo, tras esto, despierta en medio de un gran alboroto que Barak le explica que se debe a que gracias a la lluvia el sistema de seguridad había fallado y eso les permitiría entrar al área del hospital que le habían denegado, un sótano en el que albergaban a los pacientes más peligrosos.
Al llegar hay un guardia que los reside advirtiéndoles que deben de tener cuidado porque aún había pacientes sueltos, los compañeros avanzan hasta que se ven interrumpidos por un paciente que ataca al agente, este logra liberarse y descarga la furia que le producían sus sueños contra el interno, está a punto de asfixiarlo, pero en eso llega Barak y lo detiene llevándose al interno con ayuda del guardia a la enfermería dejando al agente solo.
El agente enciende un fósforo y sigue explorando el lugar hasta dar con la mujer de la cicatriz y la corona en uno de los cubículos con barrotes, durante toda la conversación el agente ilumina la conversación con fósforos mientras le pregunta quién era ella y como había llegado a tal lugar. Esta le responde que está ahí por su culpa y que debe salir inmediatamente para seguir con la misión que le encargaron inicialmente.
El agente está confundido y la mujer le recuerda que su esposo está muerto y debe dejarlo ir, en eso el agente alucina a su esposo, la mujer de la corona se da cuenta y le repite que debe volver a su misión inicial que debe terminarla y aceptar que su esposo está muerto.
Finalmente ya sin la luz emitida por los fósforos la paciente a la que ya no se le distingue la corona le dice que Elnath no está en ese sótano; ordenando sin miramientos que se largue y no la moleste más.
Después de eso el agente sale del lugar reencontrándose con Barak diciéndole que deben ir al faro que ilumina el lugar el cual está en medio del lago, pero este le dice que eso representa un gran peligro no solo por las afiladas piedras de la ladera venenosa sino también porque no conocían la profundidad ni densidad de esas aguas, y ellos no eran criaturas de los reinos de agua.
El agente empieza a desconfiar de su compañero y le dice de manera tajante que irá solo, así lo hace, pero al bajar su miedo al agua lo paraliza, después de esto ve una luz emanando de una de las piedras de la ladera, inmediatamente sube y se encuentra a un muchacho algo magullado frente a un fuego, el agente la identifica como Elnath el estrellado desaparecido, esta le cuenta que todo lo que le dijeron era mentira.
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El loco de los mil mundos (18+)
FantasíaJamás me mostraron sus cuerpos, si me hubieran mostrado los cuerpos les hubiera creído pero ¿Cómo se resigna una madre? Una madre jamás pierde la esperanza...