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Reinó de las estrellas octubre de 1526
El reino de las estrellas apareció como una luna menguante, blanca y luminosa. Las calles olían a jazmines y miles de luciérnagas se paseaban entre los árboles cargados con frutas brillantes.
Kosair se despertó de golpe sentándose sobre el crujiente lecho de hojas donde lo habían tumbado. El chico parpadeó varias veces hasta que su vista se acostumbró a la capa de oscuridad que lo cubría, de ese modo podía distinguir el lugar en el que estaba.
A lo lejos pudo distinguir las siluetas de Sander, que estaba sobre otro lecho de hojas, no muy lejos de él. Con la cabeza zumbándole, se puso de rodillas y se acercó a su hermano, comprobando con alivio que estaba vivo.
El reino de las estrellas parecía la caída de una cascada, todos los días avalanchas de todas las especies de los reinos de la fantasía llegaban para descansar, retomar energías y seguir su viaje. Los habitantes de este reino estaban tan acostumbrados a los extranjeros que no se les hizo raro la llegada del peculiar grupo.
Kosair sentía como si le hubieran dado un fuerte golpe en la cabeza, no sabía cuánto tiempo había estado ahí, pero sí que se percató de que sus heridas habían sido cocidas y estaban cubiertas por un ungüento incoloro. Cuando el joven se puso en pie, la oscuridad teñida de luz onduló violentamente contra él, aturdiéndolo por breves momentos.
Tras la puerta de la habitación en donde estaban se filtraba la luz de un fuego titilante pero constante, y miles de voces se entrelazaban y cruzaban entre sí, miles de lenguas viajaban en el aire haciendo difícil el entendimiento, la única que Kosair llegó a identificar fue la voz de Joas, parecía estar nuevamente estable y hablaba tranquilamente.
- ¿Sabe cuándo alcanzará a recuperarse el chico de esa habitación?
- No se preocupe, señor, los médicos han hecho hasta lo imposible para sanarlo, el joven es fuerte. Saldrá adelante.
Kosair había perdido la poca confianza que alcanzó a depositar en aquel hombre, no confiaba en él ni en las personas a su alrededor, apenas tuviera la oportunidad, no dudaría ni por un momento en huir con su hermano y Velita. Su única meta era volver a su casa con su ellos, donde lo esperaba su madre, ¿Qué tanto pedir era eso?
Mientras Kosair viajaba en sus pensamientos, Sander se despertó, y, emocionado por verlo en pie, se levantó para hablar con él, no lo pensó mucho y le toco el hombro, pero Kosair no se había dado cuenta de que era la mano de su hermano la que lo había tocado y de un movimiento rápido colocó la mano de su hermano contra su espalda y lo tiró al piso de un empujón.
El estruendo atrajo a los sanadores que entraron a la habitación rápidamente, encontrándose a Kosair disculpándose con su hermano y a Sander echando humo por las orejas indignado, el chico tenía la mejilla roja por el impacto contra el suelo y se estaba sobando las muñecas.
Sander salió de la habitación realmente molesto, mientras que Kosair quería dar vuelta atrás el tiempo. No lo había golpeado con intención, todo fue un accidente, él no identificó al momento que el que lo tocaba era su hermano y reaccionó.
Nurbanu llego a la habitación unos momentos después y al ver a Kosair en pie corrió hacia él para abrazarlo, colgándosele del cuello.
- Las medicinas han hecho efecto, ya estás de pie, ¿pero por qué esa cara?
El forestal guardó silencio, sus nervios ya no aguantaban más, no quería que nadie lo tocara más, no soportaba más manos encima de él, no soportaba el dolor por el peso de la chica sobre sus heridas, no tenía paciencia para lidiar con el enfado de su hermano y lo sacaba de quicio ser el espectáculo de circo de los sanadores.
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El loco de los mil mundos (18+)
FantasyJamás me mostraron sus cuerpos, si me hubieran mostrado los cuerpos les hubiera creído pero ¿Cómo se resigna una madre? Una madre jamás pierde la esperanza...