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Mientras Joas caminaba a paso acelerado persiguiendo su hija, la preocupación le daba vueltas a la cabeza, su hija siempre había sabido defenderse bien, pero en estos momentos estaba herida y muy débil. La situación era exageradamente peligrosa
Por otro lado, Nurbanu caminaba con dificultad en una dirección desconocida, le importaba poco el destino al cual se diriguia siempre y cuando pudiera mantenerse lejos del grupo.
Un mar verde esmeralda apareció ante la joven, la cual resbaló por una pequeña piedra, haciéndola caer sobre sus rodillas, al reflejarse en aquella superficie brillante apareció ante sus ojos el reflejo de una mujer invadida por la tristeza, la desesperación y el dolor.
Sus ojos desbordaban decepción y amargura.
Nurbanu asustada, volteo su rostro hacia sus espaldas y miro en todas direcciones buscando a la mujer del reflejo, pero lo único que encontró fue a su padre, el rostro del hombre que ella tenía enfrente desbordaba miles de sentimientos, la sorpresa, el miedo, e incluso hasta la culpa, habían tomado posesión de sus facciones.
Nurbanu, preocupa iba a dirigirse hacia su padre, su reacción le avía preocupado bastante, pero una voz lastimera alcanzo a detenerla.
El reflejo ante ella era una figura que resplandecía en una luz lúgubre y melancólica, era alta y esbelta, su rostro estaba enmarcado por un cabello exactamente igual al de ella, más el tatuaje de flamaradas que portaban los elfos del fuego.
Sus grandes ojos brillaban fulgurantes tras la cortina de una inmensa tristeza.
-¿Por qué me quitaste el derecho de estar al lado de mi amada hija Joas?
La voz no alcanzó a ser más que un susurro, aun así Joas camino hacia atrás, tapándose los oídos desesperado y moviendo su cabeza frenéticamente asía los lados como si quisiera impedir que sus orejas se separan de su cabeza.
Nurbanu aún más confundida, decidió dirigirle la palabra a aquel reflejo que por alguna razón le trasmitía una seguridad engañosa, la misma seguridad que le decía a gritos que algo no estaba bien.
-¿Cómo puedo ayudarte? ¿Quién es la hija de la cual hablas?
La mujer del reflejo sonrió amargamente ante las palabras de la chica antes de que su vos susurrante se volviera a hacer presente.
-No puedes, para mí ya no hay salvación bella joven. De todos modos tus intenciones son nobles y tu corazón es puro, eres afortunada.
Dijo la mujer pintando una leve sonrisa en su pálido rostro, al tiempo que acercaba una mano fantasmal al rostro de Nurbanu como si quisiera acariciar su mejilla, deteniéndose solo centímetros antes de alcanzarla.
-En tiempos de antaño mi vida estuvo atada a la de ese hombre, Joas fue mi amor, Joas fue el hombre en el que más confíe en toda mi vida.
Cuando creía que mi vida no podía ser más dichosa y que ya era la mujer más afortunada del mundo, me entere de que estaba embarazada, descubrí que la felicidad no tenía límites.
Joas se emocionó con mi preñes tanto o incluso más que yo. Siempre estaba a mi lado y se quedaba junto a mí, incluso cuando empezaba a llorar de la nada o para sostener mi cabello mientras vomitaba.
A Nurbanu se le dibujó una sonrisa boba en el rostro sin que ella se diera cuenta, la llenaba de dicha escuchar lo bueno que había sido su padre con esa mujer.
-Joas controlaba todo lo que comía.
Prosiguió el espíritu.
-Pensaba que lo hacía para cuidarme, pero la verdad era totalmente diferente.
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El loco de los mil mundos (18+)
FantasiaJamás me mostraron sus cuerpos, si me hubieran mostrado los cuerpos les hubiera creído pero ¿Cómo se resigna una madre? Una madre jamás pierde la esperanza...