capítulo 5 ¡POR FAVOR CÁLLATE!

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***

Los dos hermanos sintieron una especie de corrientazos al ver a las dos figuras vivitas y coleando, mientras que Kosair buscaba la herida de su espada, que estaba seguro de que había clavado en el pecho de cada uno.

Sander se preparó para correr mientras sostenía la capa de su hermano, que ya estaba buscando la empuñadura de su espada.

- Parece qué no eres tan inútil como yo pensé, al menos sirves de alfiletero.

La voz de Kosair pronunció esas palabras, mientras que muy al contrario de su hermano la voz de la mente de Sander solo le suplicaba que se callara y huyeran.

- ¡¡DESGRACIADO ARROGANTE!!

Vocifero una de las figuras mientras sacaba una cimitarra y una hilera de dientes asquerosos salían a la luz.

- Ríndete y quizás considere matarte rápido

Seguido de estas palabras Kosair busco la empuñadura del puñal que le había quitado a lo que él pensaba era un cadáver, y en un movimiento rápido lo lanzo contra la bestia clavándolo en una columna tan solo unos centímetros de su rostro.

- Ya veremos quién acaba muerto.

Gruño Kosair desdeñoso.

Sander estaba aterrado mientras maquinaba una solución, estaban en un reino ajeno, solos y encima rodeados de elfos guerreros, sumado a brasas calientes en todas partes, y a diferencia de los niños que estaban afuera, ellos si se quemaría como 2 hojas secas en las brasas.

Kosair levanto su espada cuando la figura corrió hacia él, pero antes de recibir cualquier ataque una luz los cegó inmovilizándolos con la presión de unas cuerdas doradas.

Acacia

Corría el año de 1526, cuando le dieron a Acacia la noticia de la supuesta muerte de sus dos hijos, nadie se molestó en buscar sus cuerpos o ver si seguían con vida, total para los altos mandos ellos nada más eran dos chicos más del montón.

En el momento en que Acacia escucho al mago pronunciar la muerte de sus hijos, su mente quedó en blanco mientras su corazón se rompía en mil pedazos, no escucho nada más, solamente veía los labios del contrario moverse. Su alma se rompió junto con su corazón mientras su mente intentaba con todas sus fuerzas aferrarse a algo que no la hiciera perder la cabeza.

Cuando la madre cerró la puerta a espaldas del burdo mensajero que fue a su casa a escupirle aquella noticia como si de una receta de cocina se tratara su cuerpo cayó al piso entre gritos de dolor mientras pronunciaba el nombre de sus hijos con la vaga esperanza de que ellos
aparecieran, después de todo, una madre jamás pierde la esperanza.

Pasaron tres días antes de que Acacia llegara a la academia de magia, donde se alojaban los más altos rangos del reino junto con los cuatro gobernantes. La mujer llegó hecho una fiera con un nido de sombras en los pies y miles de espectros alrededor de su cuerpo que hacían temblar hasta a los hombres lobos que ahora rondaba en la escuela. En ese momento esa mujer era capaz de derrumbar a quién se le pusiera enfrente solo moviendo los dedos.

Aquella mujer de baja estatura que saludaba a todos con una gran sonrisa parecía haber abandonado el cuerpo del ser que ahora caminaba con un paso firme e imponente por las pasillos, sus ojos verdes ahora estaban teñidos de rojo enmarcados por grandes ojeras mientras que de sus dedos aun caía sangre, la mujer se había arrancado las uñas de la desesperación de imaginar el cuerpo de sus hijos inertes, carentes de alma... muertos.

A su pasó las grandes y pesadas puertas se habrían con una fuerza tal que la madera crujía al golpear contra los muros, todas las antorchas se apagaban cuando la madre pasaba junto a ellas dejando un sendero lúgubre a sus paso, al cual ni siquiera los hombres lobos se atrevieron a adentrase, las risas macabras de las sombras que ahora habían tomado posesión del pasillo ya eran suficientes para ahuyentar a cualquiera sumándole a esto la mirada brillante y desorbitada de Acacia transformaron los pasillos en fronteras .

Cuándo Acacia llegó a la sala del consejo la oscuridad la había rodeado totalmente, exclusivamente podías ver su silueta iluminada por la bruma verde de los espíritus que la rodeaban listos para tomar la sangre y la vida de todos ahí.

- ¿Su conciencia los deja dormir tranquilos? No saben si mis hijos sobrevivieron cuando vosotros ya los habéis dado por muertos.

Dijo la mujer en un susurro aterrador, imponente, casi macabro.

- Acacia tienes que entender que

La mujer no dejó terminar de hablar al mago cuando sus espíritus estremecieron el aire con una ráfaga de viento que remesio todo a su alrededor.

- ¡NO HAN MOVIDO NI UN SOLO DEDO! Si tan seguro están de sus muertes ¡¡¡TRÁIGANME SUS CUERPOS!!!

Exclamo la mujer en un tono de voz mucho más alto mientras sus ojos desorbitados examinaban con una mescla de irritación y asco a los hombres frente a ella.

Uno de los magos del consejo impuso orden con un fuerte grito que hizo que la sala se iluminará por completo, haciendo huir a las sombras y convirtiendo a los espectros en sal, aun así no pudo desvanecer el aura de terror que rodeaba a la mujer que mantenía su cabeza baja dejando caer algunos mechones de su corto cabello sobre las marcas de su frente dejando en evidencia las lágrimas de sangre que empezaban a nublar su vista la cuál no se despegaba en ningún momento de los magos.

- ¡ACACIA PARA YA MISMO!, entendemos tu dolor mujer pero entiende que tus hijos están muertos, hicistes un pésimo trabajo como madre con esos chicos, es por eso que ahora no son más que alimentó para buitres en algún lugar,  porque jamás pudiste controlar a esas escorias, ahora quédate quieta y cállate, por más que grites tú tiempo no volverá, perdiste tú juventud junto con esos dos parásitos, así que te recomiendo que en vez de hacer berrinche aquí busques un hombre que te embarace nuevamente, y está vez será mejor que hagas un buen trabajo y no traigas más escorias al mundo, si ese fuera el caso sería mejor que te lanzaras  de un puente, y nos libraras a todos de tú molesta presencia.

- Ustedes no entienden nada.

Gruño ella con un tono de voz ronco mientras apenas y subía un poco el rostro, dejando en evidencia como el blanco de sus ojos se había tornado completamente rojo, lo cual lejos de hacerla ver vulnerable solo infundía más miedo y hasta cierto respeto ante los que la rodeaban ¿cuán grande tenía que ser el dolor de aquella madre para que sus lágrimas se tiñeran de sangre?

- Yo tuve que cuidar a mis dos hijos sola, tuve que tragarme mi dolor y sufrimiento para que ellos no se vieran afectados, soporté maltratos, golpes de un hombre abusivo QUÉ USTEDES ME IMPUSIERON, pase hambre más de una vez para que ellos pudieran llevarse algo de comida a la boca, sacrifique mi felicidad y mi vida por ellos, tuve que ocultar las crisis de irá y gritos de ese hombre por ellos, tuve que ocultar los moretones que me dejaba bajo largas mangas.

Pero quiero que les quedé algo muy claro ¡A TODOS USTEDES! ya no soy esa chica de 19 años que sostenía a sus bebés en brazos llorando la ausencia del hombre que amo y que es el padre de sus hijos. Y mis hijos, mis dos hijos NO SON ESCORIA, son mucho mejor que ustedes PORQUE ELLOS SI SABEN LO QUE ES EL HONOR Y EL RESPETO y les puedo jurar algo, señor gobernador, si mis hijos están vivos y les pasa algo por culpa de su negligencia, haré que este lugar se derrumbe sobre sus cabezas, hare que panguen con sangre su irresponsabilidad ¡se los juro!

El loco de los mil mundos (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora