XV

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-¿Pasa algo?-Pregunte con la duda carcomiéndome viva.

-Más o menos-Se hizo hacia atrás en su asiento- te hare una pregunta, contéstala con la verdad-Asentí- ¿Por qué haces esto?-La pregunta me sorprendió, si, pero no tanto- Porque si lo haces por venganza, no creo que esto sea bueno para ti- Bueno eso si me tomo muy sorprendida, su expresión no se relajó.

-¿Venganza?- Pregunte confundida- ¿Por qué lo haría por venganza?- Negué con la cabeza- Lo hago porque me gusta todo esto, me gustaría ser reconocida como alguien que salvo a alguien-Dije con las mejillas sonrojadas, no lo había dicho en voz alta, hasta ahora- ¿Por qué pensó que lo haría por venganza?-Lo mire directo a los ojos.

-Se lo que pasaste en México...

-Dawson me conto-Me encogí de hombros.

-Ese chico-Negó resignado con la cabeza- Volviendo al tema, se lo que pasaste con tu padre, se lo que les hizo a ti y a tu familia y...

-Si es por mi padre despreocúpese, no es por venganza, al menos que sea una agencia contra el abuso familiar lo haría- Reí entre dientes, la expresión seria de Rudolf por un momento se transformó a la sorpresa y confusión- Creo que ni así- Susurre.

-Am... si claro-titubeo un poco, era raro que él titubeara con toda esa fachada del tipo rudo- Eso es todo, puedes unirte a los otros-Asentí, él se paró y yo igual- Los primeros entrenamientos serán para fortalecer tu fuerza y habilidad-Comento mientras regresábamos donde los demás se quedaron.

Fui directo con Aleix, quien estaba recargado en un aparato -extraño para mi- cruzado de brazos y serio, las demás estaban levantando pesas, me acerque a Aleix.

-Hola-Dije un poco bajo, el me miro.

-Siéntate-Me señalo el asiento del aparato- Se usa así- Agarro la barra-Alza las manos-Lo hice me puso la barra entre las manos- Bájala hasta la altura de tus hombros-Él estaba muy cerca, me sentí algo nerviosa.

La baje, me costó un poco de trabajo, mire al frente y vi que tenía tres barras en el aire una serie de poleas.

-Son solo quince libras, dame  50.

-Bien-Volvió a subir la barra, la baje, así era.

-No dejes que el peso te lleve-Puso sus manos a un lado de las mías, esta vez me ayudo a bajarlo, mi corazón se aceleró. Lo hizo como unas tres veces y luego la soltó- Así está bien, descansa y vuelve a empezar- ¿Debe de estar bromeando? Solté la barra me gire a verlo, no, no bromeaba, mordí mi labio para no quejarme.

-Bien-Se mostró molesto, lo vi, le molestaba que no me quejara. Y eso me divertía.

-Chicos-Rudolf les hablo, ellos le prestaron atención- Vengan un momento.

Fueron hasta él, comencé a hacer lo que Aleix me dijo, al número veinte, los hombros me dolían, lo solté, me gire para ver que hacían los chicos con Rudolf, me masajeaba mis hombros, vi que estaban hablando muy serios, Rudolf señalo a Dawson y el hizo como si tuviera un cierre en su boca, como cuando prometió no decirle nada a Aleix, ¿Qué era ese secreto entre ellos? Mi curiosidad es tan grande.

Con gran esfuerzo me gire y volví al ejercicio, me costaba más trabajo, me dolían más los brazos.

La sesión estuvo llena de pesas, sentadillas, saltos y sudor, mucho sudor.

Estábamos en el suelo tratando de reponernos.

-Creo estuvo bien por hoy chicas-Las palabras de Rudolf me sonaron como a un canto de ángeles- Nos vemos el lunes después de clase, descansen.

Between WeaponsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora