XXXIV

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Desperté en el suelo, en posición fetal.

Nunca había sentido el suelo tan frio. Me estire y mis músculos dolieron, al levantarme algunos huesos tronaron.

Mi mirada se fue a las cortinas cerradas, abrí solo un poco, estaba lloviendo, aún era de noche. Un trueno sonó fuerte, con mi mano busque la de Aleix, pero luego recordé, él no estaba aquí, mi corazón dolió, mi cabeza y mi corazón estaban en lucha por sus deseos, estaba enojada y triste.

Parpadee para detener las lágrimas que amenazaban en salir. Busque mi teléfono en mi pantalón, pero no lo traía, mire la mesita de noche, y justo estaba comenzando a sonar.

Era mi madre.

-Mamá-mi voz sonó rasposa.

-Maya, lo siento por despertarte, pero te informo que tal vez lleguemos en la noche-se escuchaba ruido de fondo. Me aclare la garganta.

-Oh, está bien-mi voz se escuchó desganada- ¿Quieren que cocine algo? Seguro llegaran con hambre.

-No, compraremos algo en el camino-hizo una pausa- ¿Estas bien cariño?-creo se dio cuenta de mi tono.

-No, solo es que estaba durmiendo- puse una voz mas alegre, o eso creía.

-Bien-dijo con voz insegura- De todos modos llegaremos hoy y me contaras que paso-ahora sonaba segura.

-Si, mamá- no, claro que no le contaría.

Se hizo silencio, algo extraño en ambas.

-Bien- ella rompió el silencio- Te dejare dormir un poco mas.

-Si, gracias.

-Te quiero cariño, nos vemos en la noche.

-También te quiero, mamá.

Y colgó.

No estaba de ánimos para hablar con nadie. Al colgar vi el número de llamadas perdidas, tenía 25 de Aleix, 10 de cada una de las chicas, 13 de Dawson, incluso tenia llamadas de Mark, que eran 8, y solo una de Rudolf. Las ignore todas.

Vi la hora en mi teléfono, eran las cinco y media de la mañana, decidí bañarme.

El agua estaba fría pero sirvió para despertarme del todo, me vi al espejo, no tenía marcas de haber llorado, excelente. Me puse mi ropa interior, seque mi cabello y salí.

Fui a mi armario, y empecé a buscar que me pondría, en ese momento recordé que hoy presentaría mi exposición en biología.

-Lo que me faltaba-masculle entre dientes.

Empecé a buscar un par de jeans con brusquedad, saque mis blusas, mis pantalones cortos.

-Agh- le di una patada a la ropa en el suelo.

Una playera negra se quedó atorada en mi pie, de mal humor me incline para quitarla, pero el aroma de la playera me detuvo en seco, la extendí, era la playera de Aleix, la que use en el partido, todo el día estuve con ella, por lo que su aroma lo tengo memorizado en mi cerebro. La acerque a mi nariz, seguía oliendo a él, cerré los ojos para que el aroma varonil me inundara completa.

Antes de abrir mis ojos desee con todo mi corazón que estuviera aquí, pero con mi cabeza deseaba que no se me acercara jamás, me había mentido, ocultándome algo que no solo me ponía en riesgo a mi, sino a toda mi familia.

Esta vez la cabeza le gano al corazón.

Tire la playera a la esquina más alejada de mi habitación, volví a buscar mi ropa, me vestí con un blusa manga larga color negra un poco ajustada de algodón, por fin encontré mis malditos jeans y me los coloque, por ultimo me calce mis converse negros, ate mi cabello en una cola de caballo y salí a la cocina.

Between WeaponsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora