XXXVIII

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Íbamos platicando de nosotros, en si él me preguntaba sobre mi vida en México y yo le preguntaba sobre él, cada dos por tres reíamos por las anécdotas que tenía con Mark y Dawson.

-¿A dónde vamos?-pregunte al no reconocer el camino.

Aleix me dio un vistazo rápido y sonrió.

-Se paciente-iba manejando tranquilo, ya no a toda velocidad, había cambiado eso desde que le dije lo del accidente.

Pasaron diez minutos cuando llegamos a una parte de la ciudad que no conocía, era un barranco. Se estaciono detrás de una roca, debajo de un árbol, se veía toda la ciudad, estaba nublado y se veía hermoso.

-¿Quieres deshacerte de mí?-pregunte con terror fingido.

-Para nada preciosa-se quitó el cinturón de seguridad y salió, fue hasta la cajuela, yo seguí sus movimientos, volvió con una canasta, se metió de nuevo al auto-Solo quiero almorzar contigo.

-¿Cómo hiciste esto?-abrí la canasta y saque lo que parecía era lasaña. Había platos y una manta.

-Cortesía de los chicos y las chicas-se encogió de hombros.

-¿Les pediste ayuda?-dije divertida.

-No, es porque ellas quieren que les enseñe el video de Mark y Dawson llorando, y ellos porque quieren que los borre-explico con una sonrisa, negué con la cabeza mientras reía.

-Me lo enseñaras a mi ¿cierto?-pregunte alzando una ceja.

-Claro, a ellas también, por no decirme lo de Lenny antes ¿quieres comer?-pregunto sacando dos platos.

-Por favor, muero de hambre-sobe mi estómago.

-Iba a llevarte a donde fuimos la primera vez-dijo mientras servía- Pero al parecer lloverá, así que no quiero que enfermes.

-Gran idea cariño-me alce de mi asiento y bese su mejilla, me sonrió, me dio el plato con comida.

Comenzamos a comer, retomamos la plática que teníamos antes de llegar, me enseño el video en donde los chicos estaban todos adoloridos y llorando, quejándose de lo rudo que fue Rudolf con dos chicos indefensos, casi me atoro con el postre que era un pastelillo de chocolate.

-Dime ¿Dejaste a algún chico en México?-pregunto de repente, despreocupado.

Había puesto de vuelta la canasta en la cajuela, solo había dejado la manta que estaba en mis piernas, había empezado a llover leve, pero ninguno de los dos quería irse.

-¿Por qué la pregunta?-lo mire sonriente.

-Para asegurarme cual es mi verdadera competencia-dijo sarcástico, solté una carcajada recordando lo de Lenny- ¿Entonces?

Apreté mis labios.

-Si, deje a un chico-dije en un hilo de voz, el ambiente se puso algo tenso.

-¿Lo querías mucho?-pregunto después de aclararse la garganta.

-Es mi mejor amigo de toda la vida, fue mi primer amor-fije mi vista en la ciudad que se veía a lo lejos, me sentía extraña al contarle esto a Aleix.

-¡Vaya!-exclamo- Eso es una competencia fuerte-rio forzadamente.

-No lo es-dije de inmediato, aparto la mirada de mi, ambos mirábamos al frente-Es solo mi mejor amigo, hace poco hable con él y sabe que ya no siento lo mismo por él.

-¿Cuándo hablaste con él?-quiso parecer como si no le importara, pero su mandíbula tensa decía lo contrario.

-El día de mi cumpleaños.

Between WeaponsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora