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Iba camino a la escuela, en el asiento delantero del auto de Aleix.

Cuando me desperté estaba en mi cama, estaba sola, pensé por unos segundos que él se había ido en la noche, pero solo se estaba bañando.

-Hoy prometo hacer el desayuno-Aleix se estaba secando su oscuro cabello con una toalla. Tenía una toalla enrollada en su cadera. Yo aún seguía acostada.

-Espero y esta vez no se convierta en carbón- dije divertida.

-Bueno, no aparezcas desnuda ante mí, porque no respondo a mis actos- mis mejillas se calentaron, se enrollo la toalla con la que secaba en su cuello.

-Trato-le guiñe un ojo.

Me levante y fui directo al baño para comenzar a alistarme para la escuela.

Si, había preparado el desayuno y sabía demasiado bien.

Me gire para verlo mientras conducía, su perfil era extremadamente perfecto, su nariz, su mandíbula ligeramente apretada, sus labios, parecía un chico rudo, con el cual deberías pensar más de dos veces en meterte con él.

Pero el recuerdo de él siendo dulce y comportándose como niño, desmoronaba esa imagen en migajas.

-¿Qué tanto me miras?-sus ojos grises seguían en la carretera, sus labios se curvaron en una sonrisa divertida.

-No te miraba a ti- mentí catastróficamente.

-Claro, entonces ¿Qué veías?-su tono fue de curiosidad fingida.

-La ventana de tu lado tiene una mancha-señale la casi invisible mancha negra en el cristal- Deberías lavar tu coche-mire al frente.

-Y tu deberías aprender a mentir mejor-dijo mientras entrabamos al estacionamiento de la escuela.

-Miento bien-refunfuñe.

-Alguien te ha mentido bien-Aleix dijo burlón quitando las llaves del contacto.

Frunciendo el ceño salí de su auto, a los segundos Aleix me alcanzo y entrelazo nuestras manos. Gire a verlo aun con el ceño fruncido, él me miraba sonriente, negando con la cabeza sonreí.

Entramos al instituto y pareció como si hubieran entrado fantasmas, todos estaban centrados en nosotros.

Bien, esto no lo pensé.

Comenzamos a caminar entre los que estaban en el pasillo, parecía una película o no sé, después de 20 segundos de silencio todo el mundo pareció volver a lo que hacía antes de que Aleix y yo entráramos.

-Eso fue raro-Aleix se inclinó hacia mi para decírmelo en un tono divertido.

-Si, digo, eres feo por las mañanas, pero debieron disimular un poco-gire mi rostro para verlo, le di una sonrisa completa cuando me miro.

-No yo creo que vieron lo linda que estas hoy-pauso- Aunque eso se aprecia todos los días-me guiño un ojo, mis mejillas estaban rosadas.

Me acerco más a él, su mochila colgaba al otro lado, la mía estaba sobre mis dos hombros.

Al llegar a mi casillero sonó un teléfono, era el de Aleix.

-Justo ahora-gruño viendo la pantalla de su teléfono.

-¿Qué paso?-me gire cerrando mi casillero, abrió su boca para hablar pero no se escuchó su voz, sino la de Toshio.

-¡Maya!-mis tres mejores amigas estaban atrás de mi novio.

-¡Chicas!-dije contenta de verlas.

-¿Aleix no se suponía que tenían una reunión los del equipo?-Toshio se dirigió a él.

Between WeaponsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora