XXXVII

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-Hola-salude cuando estuve frente a él.

-Hola-estaba sonriendo, abrió la puerta del copiloto-¿Te llevo?-señalo adentro del coche con la cabeza, yo reí.

-Claro-asentí, iba a meterme, pero antes cuando estuve cerca de Aleix tome su rostro y lo bese cortamente.

Al separarme le sonreí, me metí al asiento del copiloto, cerró la puerta y rodeo el auto para sentarse a un lado mío.

El camino a la escuela estuvo replete de miradas furtivas y sonrisas, creo que ambos nos sentimos completos al estar juntos.

Al entrar al aparcamiento de la escuela, vi que los chicos y las chicas estaban ahí, esperándonos, mi estómago se revolvió, seguía odiándome por haberles dicho tanta mierda.

-Ellos lo entienden-Aleix dijo, al parecer estaba viendo mi cara de sufrimiento, yo negué levemente, el auto ya estaba estático.

-No lo espero-dije en un hilo de voz.

Tomo mi mano y la apretó, gire mi rostro para verlo y me dio una dulce sonrisa, la cual me fue imposible no devolver.

Asentí, como si estuviera diciendo que estaba lista para enfrentar a mis, umm, ¿amigos?

Salí, del auto, escuche la puerta del conductor cerrarse, Aleix se colocó a mi lado, íbamos acercándonos a los chicos, Mark estaba de cara a mi, y en cuanto me vio, vino corriendo y me dio un abrazo. Si... yo tampoco me lo esperaba.

-¿Qué diablos?-dije con dificultad contra su pecho.

-Oh Maya, nos hacías falta-lloriqueo mientras me movía de un lado a otro, como si fuera una muñeca de trapo, me aparto de él y puso su rostro a la altura del mio- ¿Sabes que es no tener motivos para molestar a Dawson? ¿Lo sabes?

-Yo...-iba a hablar pero no me dejo terminar.

-¡Claro que no!, tampoco sabes que es no tener a tu amigo queriendo hacerle la vida imposible a tu otro amigo, o que las chicas estén calladas ¡Vaya que desespera!-me sacudió, mis ojos estaban demasiado abiertos.

-Pensé que te molestaba que estuvieran hablando-dije con un tono cauteloso.

-¡No claro que no!-me volvió a abrazar, en ese momento salió una risa de mi.

-¡Yo también quiero uno!-dijo Dawson.

-¡Si!-era la voz de Toshio.

Escuche murmullos y sentí como más personas se unían al abrazo, por un orificio entre todos los cuerpos juntos vi a Aleix con una sonrisa.

-¿Piensas dejar que me asfixien?-pregunte con voz ahogada.

Tomo aire.

-Bueno ya todos ustedes-escuche la voz de Aleix- No quiero que mi chica vaya al hospital.

Todos rieron y por fin me dejaron respirar, pase mi mirada por todos, estaban sonriendo, pero Gianna tenía algo en su mirada, algo que me dolió, y creo a ella la estaba matando, al parecer descifro mi mirada interrogante.

-Tenemos que hablar-dijo ella con un tono de voz triste, me sentí mal por eso, asentí.

-Nos vemos luego ¿Si?-me gire a ver a mis amigos y me detuve en Aleix enviándole una mirada cómplice.

Gianna y yo fuimos al campo de futbol americano, era obvio que no entraríamos a la primera clase, el campo esta vacío, todo el camino fue silencioso, nos sentamos en las gradas, pasaron unos cinco minutos en los que ninguna de las dos dijo nada, hasta que Gianna lo rompió.

Between WeaponsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora