V Y N E E A
Por alguna razón que no llegaba a comprender del todo, me fue imposible apartar la mirada de aquel macho de ojos violetas.
Había algo en él, en sus rasgos y en lo que fuera que desprendía que era conocido para mi, familiar de algún modo. Como un eco que reverberaba en mi pecho, un sentimiento primal y oscuro.
Rhysand, el Alto Lord de esta corte, la pareja de Feyre.
Su nombre se quedó impregnado en mi lengua, un sabor dulzón y a su vez agrio.
Fue gracias a Morrigan, quien me sostenía con sus manos en mi cintura y hombros que con un corto pellizqueo me trajo de vuelta al mundo real.
Me apresuré a tomar la mano extendida del lord frente a mi y a estrecharla con suavidad y entusiasmo comedido.
—Es un honor conoceros —Me incliné ligeramente —Y dejarme agradeceros tanto a usted como a Feyre lo que han hecho por mi.
Su risa llenó el silencio que el resto había creado para nosotros, una risa ronca y áspera, una risa propiamente masculina pero con un toque dulzón.
Una risa que ya estaba grabada en mi interior y que se retorció cuando la volví a escuchar.
Durante unos segundos mi piernas temblaron y sentí a Mor tensarse a mi espalda, rápidamente le di una mirada de soslayo mostrándole una corta sonrisa. Estaba bien, todo estaba bien.
Rhysand se colocó junto a su pareja y dejó que aquel apr de ojos tan peculiares cayeran sobre mí de nuevo.
—No necesitas tratarme tan fríamente, llámame solamente Rhysand —Yo asentí aun cuando no tenía porque hacerlo, no era una orden, no había nada en su tono amable y suave que fuera un mandato.
—Igualmente, gracias por todo, de verdad —Él le restó importancia con un suave gesto de cabeza.
—Nada que agradecer muchacha —Fue esta vez la otra hembra, una de las dos únicas que no conocía, quien habló —Es su trabajo cuidar de la gente en esta ciudad, ¿no es así Rhysie?
Todos mantuvimos la atención sobre la hembra de ojos rasgados, pelo corto sobre los hombros y negro como la noche. Su piel suavemente bronceada era resaltada por las joyas plateadas que cargaba, un gran collar de rubíes rojos, unos pendientes a juego y en sus manos, anillos del mismo estilo.
Era extraño, algo en ella me hizo temblar y sin embargo, era la que menos desprendía poder de toda la sola. No había nada especial en la esencia que transmitía, nada, pero sin embargo verla te hacía preguntar si estabas apunto de morir.
Su aspecto era mortífero, incluso cuando ella misma era tan pequeña.
No necesitaba que se pusiera de pie para notar aquel detalle, Azriel estaba sentado a un par de sillas de esta y si lo comparaba con Mor a mi lado, ella debía ser algo más baja que yo, no mucho, pero si lo suficiente para que se notara la diferencia.
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Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]
FanfictionEl destino a veces es caprichoso, y con ellos no iba a hacer de menos. Viejas leyendas cobraran vida, peligros ya hundidos se levantaran. Cassian estaba listo para la paz pero ¿puede el amo del baño de sangre alguna vez dejar su espada? Ella no d...