C A P Í T U L O 26

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°V Y N E E


El agua ya estaba fría y sin embargo yo no encontraba una razón para salir de ella.

Habrían pasado cerca de treinta o cuarenta minutos, hacía veinte que había escuchado la puerta de la cabaña ser abierta y cerrada, desde entonces nada más había llenado el silencio en el que me había sumido.

Me había tomado la molestia de observar a detalle el pequeño baño, modesto si lo comparaba con alguno de los de la Casa del Viento o de la Casa del Rio, elegante si se comparaba con un baño de cualquier cabaña corriente.

Las paredes de maderas estaban vacías, a excepción de un armario que colgaba a unos metros de la puerta y del espejo extrañamente pequeño que colgaba sobre el rústico lavamanos. Este no era nada de otro mundo, una simple pila con cajones debajo, con una madera del mismo tono que la de las paredes. La bañera en la que me encontraba metida estaba pegada a la pared, lejana de la única y muy pequeña ventana que había en la estancia. Era lo suficientemente grande como para que mis pies no llegan a tocar el final aunque tuviera las piernas extendidas, también lo suficientemente honda como para que el agua, estando reclinada casi tumbada me llegara más arriba de los pechos.

Era un lugar bonito, quizás me hubiera gustado pasar largos días allí si no fuera por la situación.

Estaba tan absorta en mis pensamientos que cuando una voz me llamó desde el otro lado de la puerta no pude evitar sobresaltarme.

—Entraré, traigo algo de ropa para que te vistas —El manillar de la puerta giró lentamente —Date la vuelta.

Acaté la orden enseguida girando por completo hasta encarar la pared de madera, a su vez me abracé y llevé las piernas contra mi pecho, aun así un escalofrío me recorrió la espalda cuando una oleada de aire caliente llenó la habitación mientras Eris entraba.

Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora