C A P Í T U L O 32

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° C A S S I A N °

      Nadie vino a tamizarme. Esperé un largo par de minutos a que Azriel volviera pero, cuando las alas comenzaron a entumecerse en mi espalda debido al duro soplido del viento sabía que yo sería quien volaría de regreso.
      Y ahí me encontraba ahora, sobrevolando las espesas y blancas montañas de los territorios ilyrios. La última vez que había pasado por aquí no me había molestado en observar a mi alrededor, a notar como había cambiado tanto el la centenar de años que habían pasado desde la última vez que me había acercado a aquel campamento. Apenas quedaban peñascos de lo que alguna vez habían sido grandes cabañas, acondicionadas a los fríos más extremos de las estepas. Llenas de familias, de mujeres, hombres y niños. Todos igual de fríos y vacíos como la nieve que los rodeaba.
      Aún soñaba con ella, a veces. Me encontraba a mi mismo vagando por los bosques de pino, observando, buscando detrás de cada roca, de cada montaña de hielo, encontrarla.
      Jamás llegaba a ella, daba igual cuanto tiempo pasara caminando.
      Eso me llevaba a pensar en el sueño que había remplazado esa pesadilla hoy. A pensar en esa niña de cabello negro y ojos de un azul-violeta tan peculiares o más que los de Rhysand.
      Recuerdo que en aquel momento también pensé que podría tratarse de la misma pero, después de preguntarle a Rhys si su hermana había sido atacada o algo, él había negado, diciendo que ella había pasado toda la tarde en la casa de una de las hembras del campamento a pedido de su madre. Y aun así, me había quedado inquieto.
      ¿Quién había sido esa pequeña niña?
      ¿Por qué había soñado con ella esta noche?
      Decidí ignorar aquel pensamiento y enfoqué toda mi atención en acelerar el vuelo. Siendo sincero me sentía agradecido de que me hubieran dejado regresar por mis medios, dentro de lo que cabía. El estirar las alas después de días pegado al suelo se sentí ciertamente liberador, aunque, a medida que me acercaba a la cordillera que rodeaba Velraris no podía evitar como el nudo en mi garganta y estómago se cerraba cada vez con más fuerza.
      ¿Iría con Nesta a la Prisión?
      Si ese iba a ser el caso no me sentía preparado. Ella no se dignaría a hablarme y yo...yo no era capaz de soportar de nuevo la barrera que había creado entre nosotros un año antes.
      Por eso, cuando aterricé sobre una de las terrazas de la Casa del Viento no pude evitar sentir las rodillas temblar cuando una ola de algo tan poderoso como el respirar me golpeó al verla. Estaba de espaldas a mí, conversando con un tono tan serio como la muerte con Gywn quien estaba sentada en uno de los sofás.
      Todos estaban presentes allí. Rhys y Feyre estaban en uno de los sillones, con la segunda sobre las piernas del primero, el pequeño bulto revoltoso de Nyx sobre ambos jugando con el final de la larga trenza de Feyre.
      Unos pasos más allá, Az y Amren permanecían apoyados contra la piedra gris de la chimenea, ambos fueron los primeros en percatarse de mi llegada.
      Elain y Mor estaban sentadas en el mismo sofá que Gywn y ambas charlaban con un tono sereno sobre algo del tono de rojo que Mor tenía en su jersey y su semejanza con algún tipo concreto de rosa.
      —Has llegado —Mi mirada fue hacia el hueco de las escaleras.
      Para mi sorpresa Helion y Lucien subían por ellas con un paso tranquilo.
      Helion tenía un gesto divertido en sus facciones, casi como siempre, pero sin embargo, el zorro mantenía su ojo de metal centrado en mí y de una extraña manera entrecerrado. Casi como si fuera algo novedoso para él.
      Todos dirigieron su mirada a mi, y cuando Nesta lo hizo algo tembló dentro de mi.
      La necesidad de arrodillarme frente a ella y rogarle perdón me hacía querer echarme a llorar en aquel mismo lugar, sin embargo, tragué saliva y sacudí mis alas antes de adentrarme en el gran salón
      —Hola a ti también —Dije de mala gana mientras me encaminaba hacia donde todos se reunían.
      Los dos invitados caminando a mi espalda.
      —Al parecer esa cabaña no tenía una ducha, ¿no? —Preguntó Amren agitando su mano frente a ella —Hueles a cerdo.
      —¡Amren! —Protestó Feyre.
      Observé la sonrisa divertida de Mor tratando de esconderse en su pintalabios colorado.
      —Bueno, lo mío se arregla —Respondí sonriente Ser un gnomo a estas alturas no.
      Amren rodó los ojos pero vi sus mejillas alzarse casi de manera invisible.
      Mentiría si dijera que no los había echado de menos.
      Feyre fue la primera en quedar frente a mí directamente. Sus brazos se abrieron y me envolvieron antes de poder hacer lo mismo.
      Rhys se colocó tras ella, esta vez Nyx en sus brazos aunque, a juzgar como se removía en ellos, estaba seguro que él sería el segundo en recibirme.
      —Me alegra que vuelvas —Dijo Feyre suavemente mientras rompía el abrazo.
      Sonreí ligeramente.
      —No podía quedarme allí para siempre —Alcé suavemente la mirada hacia Nesta. Su mirada era dura, de nuevo un muro contra el que chocar —Además el mensaje fue convincente.
      No hubo reacción por su parte. Su figura permaneció rígida, con la espalda recta y los brazos cruzados, lo suficientemente de espaldas como para impedirme ver su rostro completo pero lo necesario para poder escuchar lo que fuera que se hablara conmigo en aquel momento.
      Feyre notó como toda mi atención se había deslizado a su hermana porque rápidamente dio un apretón a mi mano y se deslizó un par de pasos atrás, enseguida la pequeña figura de Nyx se deshizo de los brazos de su padre y voló un par de metros tan solamente para chocarse contra mi. Al instante mis brazos se envolvieron a su alrededor sosteniéndolo.
      —Hola a ti también —Acaricié su mejilla y enseguida una sonrisa ligeramente desdentada le bañó la cara al pequeño —Cada vez tienes más dientes. Dentro de poco podrás morder a tu padre.
      —Mi hijo no es un perro, Cass —Advirtió con diversión Rhys antes de quedar frente a mi.
      —Que yo sepa tú tampoco y cuando éramos críos me pegabas tremendos bocados —Rhys carcajeo y yo sonreí.
      —Eso era porque tú, de alguna extraña manera, solo lograbas conectar los puñetazos contra mis dientes.
      De nuevo, ambos sonreímos y con cuidado de no aplastar a su hijo, me rodeó en un abrazo rápido que terminó con un par de palmadas en ambas espaldas.
      —¿Podemos dejar los saludos para más tarde? —Nesta finalmente intervino en la conversación. Su tono gélidamente distante —Necesitamos escuchar lo que Gywn tenga que contarnos para encontrar a Velaris y deshacernos de esa estúpida Sombra.
      Nadie dijo nada.
      Por un par de segundos la sala permaneció en silencio. Nesta fijó su mirada en mi. Mis rodillas temblaron y de nuevo, la necesidad de rogarle perdón me hizo querer temblar.
      Pero me obligué a mantenerme firme y esta vez, mis ojos fueron hacia la cobriza junto a Nesta. Una sonrisa suave le bañó los labios.
      —Hola —Saludó ella.
      No pude evitar agradecer la calidez del gesto.
      —Hola Gywn —Respondí —¿Qué tienes que contarnos?
      Todo el mundo tomó posición junto a los sillones. Nesta obviamente tomó asiento el el brazo del sofá junto a Gywn, así manteniéndose lo más alejada que le era posible de mi.
      Por mi parte me situé junto a la chimenea, sumándome a Azriel y a Amren, aunque Helion pronto se sumó quedándose a mi espalda.
      —Como dijo Amren, cuando Nesta me contó lo que buscabais no pude evitar pensar en la vieja leyenda que circula entre las sacerdotisas más jóvenes. Siempre pensé que no era más que un cuento, uno que les contaban para evitar que deambularan a altas horas de la noche por la biblioteca sin supervisión, o que bajaran a los niveles más profundos —Una suave sonrisa le bañó los labios, casi con cierta sensación de melancolía —Desde que Bryaxis se marchó las historias se volvieron aun más populares porque, a pesar de que ella ya no estaba allí...todas lo sentían.
      Se detuvo un instante y miró a Nesta con intensidad, como si ella misma hubiera sido testigo de sus palabras.
      —Es extraño de describir porque no siempre está presente. Se percibe cuando estás en los niveles más bajos, cuando ordenas libros sientes que hay algo más allí y, aunque asusta, no te sientes amenazada. Por eso creo que ninguna de las sacerdotisas se ha quejado nunca. Quizás piensen que es un hechizo para protegernos.
      Rhys intervino de manera rápida.
      —Los únicos hechizos de la montaña son los que no permiten la tamización de nadie dentro de ella ni cerca, y unas cuantas barreras. No hay nada parecido a lo que cuentas —Gywn asintió.
      —Lo supuse —Respondió con un murmuro —Pero de nuevo, no se siente como algo malo y, solo parece sentir curiosidad. Solo mira. Entonces creo que por eso nunca nadie dijo nada.
      —Se siente como si un gato te estuviera mirando entre las sombras —Esta vez fue Nesta quien habló. Su mirada aún fija en Gywn quien asintió para corroborar con las palabras de su amiga.
      —La leyenda que las viejas sacerdotisas nos cuentan es que, una vieja criatura, procedente de otro mundo, tan lejano como las estrellas que nos visitan en la noche de estrellas, llegó hasta la biblioteca antes incluso de que esta sirviera a las sacerdotisas y se sintió atraído por los que allí habitaban. Curioso por lo que nuestro mundo le ofrecía —Se acomodó en el sofá y sus ojos dieron un rápido vistazo a todos los presentes —Dicen que si te lo encuentra no verás más que un hermoso gato blanco pero, que sí te tomas el tiempo para hablar con él, responderá todas tus preguntas porqué, ha pasado tanto tiempo viajando entre mundos, que conoce el pasado y el futuro.
      Lucien fue quien intervino para la sorpresa de todos.
      —Elain también puede ver el futuro —Sus brazos se cruzaron sobre su pecho —Si quisiéramos alguien capaz de verlo le pediríamos a ella que nos ayudará.
      —Hay una palabra que no has parecido comprender, zorro —Repuso Amren —Elain puede ver el futuro pero, esta cosa, conoce el futuro. No es lo mismo.
      Elain se añadió a la conversación con su usual tono tímido y tranquilo.
—Tiene razón —Sus ojos viajaron escasamente por unos segundos hasta Lucien —Yo puedo verlo, pero no lo conozco y la mayor parte de lo que me llega son imágenes que no sé cómo interpretar. Además, la última vez que pude ver algo fue con La Sombra, he intentado encontrar algo sobre Velaris pero, no logro nada.
      Ahora Rhys volvió a hablar.
      —Gywn —Volvió a centrar la conversación en la sacerdotisa Has dicho que no siempre lo percibís, que viene y va ¿Hay algún momento donde sepáis que siempre se le puede encontrar? ¿Algún momento exacto?
      Esta asintió.
      —Siempre lo percibo en los servicios que ofrecemos. Mientras cantamos, siempre lo percibo observar desde lejos.
      Nesta contó rápidamente con sus dedos.
      —El próximo servicio es en dos días, ¿no? —Gywn asintió.
      —Sí —Volvió a afirmar —Es un servicio especial ofrecido para los niños de Velaris que perdieron a alguno de sus padres durante la Guerra.
      —Necesitamos ir a ese servicio —Dijo Feyre entonces —Necesitamos encontrar a esa... ¿cosa?
      —No creo que sea necesario ir todos —Repuse —Si vamos todos lo más seguro es que las sacerdotisas se incomoden o alarmen ante nuestra presencia. Creo que con que dos o tres personas vayamos estará bien,
      Rhys asintió.
      —Cass tiene razón. Dado que quizás sea conveniente tener a los dos mayores implicados en el tema también sea necesario, propongo que Nesta y Cassian vayan si o si, el tercero puede ser Azriel. Puede que sus sombras nos ayuden —Todo el mundo aprecia estar de acuerdo pero, Nesta rápidamente protestó.
      —Gywn ya estaría dentro del plan, estoy segura que no le importaría dejar el servicio para ayudar. Y Emerie también podría venir. No creo que es necesario que ellos vengan, las sacerdotisas se sentirán estresadas.
      —No te ofendas dulzura —Habló Amren —Pero creo que aunque te guste o no, la elección de Rhys tiene más sentido, aunque estaría bien contar con Gywneth.
      —Si necesitáis mi ayuda con gusto lo haré —Respondió esta.
      A su lado Nesta frunció el ceño pero no dijo una palabra más.
      —Entonces está decidido —Mor se puso en pie —Nesta, Gywn, Cassian y Azriel se ocuparan de llegar hasta esa cosa. Y el resto ¿Qué haremos?
      Fue Helion quien habló entonces.
      —El resto convocaremos una reunión de altos Lores. 








Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora