C A P Í T U LO 16

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° V Y N E E A °


      —¿Qué?
      El rostro de Cassian, el cual se había ido relajando poco a poco, volvió a tensarse con fuerza.
      Observé sus hombros cuadrarse y su mirada, la cual había permanecido fija en mi, se desvió hasta el punto donde se dibujaba la ciudad más allá del balcón, como si sus ojos pudieran encontrar la enorme Casa del Rio donde sus altos lores vivían, como si pudiera ver a Rhysand desde aquí.
      —Sinceramente no estoy segura de si lo decía en serio —Volví a abrazarme a mi misma, esta vez de manera más suave y relajada —Creo que sí, que en el fondo él sabe que de alguna manera necesito ir pero, por otro lado sé que tiene miedo de que si lo hago, os ponga en un riesgo innecesario.
      Cassian había vuelto a sumirse en un silencio que me pesaba en los hombros. No podía leer su mente como lo hacían Feyre o Rhysand pero, sabía que dentro de aquella cabeza debían de estar corriendo doscientos mil pensamientos distintos.
      —No lo entiendo —Respondió por fin mientras suspiraba pesadamente. No podía culparlo, yo tampoco podía darle una respuesta.
      —No entiendo porque necesitas ir a ese lugar —Su rostro giró y sus ojos, aquellas hermosas esferas pardas quedaron clavadas en mi.
      —No es una elección —Traté de explicar —Es como...—Era difícil encontrar las palabras —Es como si mi propio cuerpo quisiera moverse solo, como si algo tirara de mi en dirección a ese lugar. Es un sentimiento constante que me arrastra consigo.
      —¿Es tan intenso? _Asentí ante su pregunta.
      —Es difícil de explicar pero, sí.
      Cassian tensó la mandíbula y los puños, luego se obligó a respirar. No pude evitar fijarme en como sus alas se extendían ligeramente cada vez que se centraba en expulsar el aire y al tomarlo volvían a comprimirse contra su amplia espalda.
      Aun estaba vestido con el traje de combate que había vestido en la Corte de las Pesadillas, este era ligeramente más pesado que el que vestía normalmente, también era de un color negro mucho más intenso haciendo que los sifones resaltaran mucho más incluso estando apagados.
      Mis ojos recayeron sobre la tinta que ascendía tan solo unos pocos centímetros sobre su cuello, los tatuajes que yo ya había visto y que llenaban su pecho y brazos.
      Pasaron largos segundos, incluso me atrevía decir que fueron minutos, pero ninguno de los dos quería parecer hablar. Sabía que él no discutiría sobre el tema de Bajo la Montaña conmigo, al menos no hoy, y que esa conversación la estaba guardando para si mismo y para Rhysand.
      —Los tatuajes _Mi voz llenó el silencio. Cassian volvió a fijar su atención en mi.—¿Qué significan?
      Algo se relajó en sus facciones y como si pudiera ver bajo la ropa observó su cuerpo.
      —Depende de cual de ellos sea —Explicó —Los que tengo en los brazos y el cuello fueron para alentarme a la hora de luchar, una promesa a mi mismo que uno de los soldados de los campamentos ilyrios "amablemente" calcó en mi piel. Son una especie de tradición entre nuestra gente, tatuar la piel tiene muchos significados distintos.
      —¿Y la estrella de ocho puntas en la espalda? —Pregunté curiosa.
      —Ese es un trato—Respondió mientras ligeramente, una sonrisa se esbozaba en sus labios.
      —¿Con alguno de ellos? _Señalé con un suave gesto de cabeza la ciudad más allá del balcón.
      —Con Nesta.
      El aire se enfrió a mi alrededor y no pude evitar recordar lo que ambos habían anunciado esa mañana.
      —Cassian...—Traté de comenzar pero sin embargo el soldado a mi lado dio un paso al frente y se colocó frente a mi.
      Su alas se extendieron ligeramente y me vi ensombrecida por la amplitud de su figura completa, alcé el rostro para poder verlo directamente a los ojos.
      —Debo de irme —Anunció —Pero...
      Había algo extraño en sus facciones, una tensión que no parecía ser producto de nuestra charla o la situación con la montaña.
      —Si realmente necesitas ir a ese lugar...—Le costaba hablar, como si no quisiera realmente decirlo _Estoy bien con ello. Trataré de buscar alguna manera, algún entrenamiento que te permita mejorar tus habilidades en un corto plazo de tiempo para que...—Sus facciones se relajaron —Para que ninguno de nosotros corra peligro y tú misma puedas darte una oportunidad.
      Sonreí.
      —Daré lo que sea necesario.
      —Solo necesito que prometas que te mantendrás a salvo.
      La tensión en mi pecho, aquel débil tirón que ya tantas veces parecía haberse despertado, apareció de nuevo.
      —Solo si tú prometes lo mismo —Alcé mi mano extendiéndola para él. Cassian la observó y por unos segundos permaneció quieto, más, sin embargo, sus dedos se enrollaron en torno a mi mano, estrechándola con suavidad.
      —Es un trato.
      Un cosquilleo me recorrió el esternón pero no le hice caso, en su lugar mantuve la mirada fija sobre él, ambos con pequeñas sonrisas en los labios.
      Que él hubiera depositado esa pequeña gota de confianza en mi, que hubiera abierto esa pequeña puerta, había hecho que algo más se avivara dentro de mi, como una pequeña brasa que ahora iluminaba un diminuto trozo de la sombra queme carcomía por dentro.
      Cassian se despidió y luego caminó tranquilamente hasta la terraza, segundos después ya era solamente un silueta surcando los cielos de Velaris.

Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora