C A P Í T U L O 55

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° V Y N E E A °

      —Lo siento —Fue lo único que me encontré capaz de murmurar cuando finalmente los brazos de Feyre me rodearon en un cálido abrazo —Siento mucho haberme marchado de aquella manera.

      Sus brazos me llevaron más con ella y sus dedos tatuados recorrieron mi espalda dejando suaves caricias.

      —No tienes nada por lo que pedir perdón —Respondió con una tranquilidad que solo ella poseía —Teníamos que habernos dado cuenta de las cosas, no debimos de dar las cosas por sentado. Somos nosotros quien debemos pedirte perdón.

      Ambas nos separamos pero no rompimos el contacto.

      Los ojos de Feyre brillaban en mi dirección y aunque reflejaban una calma que lograba amainar la tormenta de nerviosismo y vergüenza en mi interior, más allá podía ver como en el fondo las lágrimas estaban luchando por escapar de sus ojos.

      No fui capaz de resistirme a volver a abrazarla con fuerza.

      —Aún así —Insistí —Siento haberme marchado de esa forma, de haberte dejado allí ese día. De haberte gritado de aquella manera.

      Observé el rostro sonriente de mi hermano al mirarnos a ambas con una expresión cargada de sentimientos. Había tanta información en él en ese momento que era difícil describirlo. Felicidad, paz...

      Ni siquiera podía ponerme en sus botas.

      Había pensado mucho en mi misma, en lo que esos trescientos años podían haber supuesto para mi pero él...

      Rhysand había tenido que lidiar no solo con la pérdida de nuestra madre si no con la mía también. Se había quedado a solas con nuestro padre que no se caracterizaba por ser un hombre con el que uno se podría desahogar fácilmente. Y más allá de eso, había tenido que enfrentar no solo dos guerras que podrían haberlo arrastrado a la muerte, si no también se había visto encerrado y obligado a tomar un papel horrible durante cincuenta años.

Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora