Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]

C A P Í T U L O 13

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° V Y N E E A °

Los ojos de Cassian me atravesaron y mis piernas temblaron por ello. Una ferocidad bestial, como si una bestia se hubiera despertado dentro de él, algo que no había visto nunca y que, si no fuera por la situación en la que nos encontrábamos, me habría hecho caer de rodillas al suelo.

—¿Vyneea? —La voz de Feyre llenó el vacío pero sin embargo yo mantuve mis ojos fijos en el soldado de media melena —Vyneea entiendo que te sientas conectada a todo esto por tu visión pero ir ahí es...

Mientras tomaba una gran inspiración y agachaba la mirada para ver las manos de Nyx entrelazarse con mi cabello dije; —Peligroso, lo sé.

Alcé la mirada de nuevo y esta vez los clavé sobre la castaña quien tenía el ceño suavemente fruncido en un gesto de pura preocupación.

—Lo sé. Sé que ese sitio es lo suficientemente malo como para que ni tú ni Rhysand queráis regresar, estoy segura que nadie aquí quiere pisar ese sitio y es por eso, y porque de alguna extraña manera siento que tengo que ir que, es que me ofrezco —Me incliné suavemente dejando al pequeño en el sofá —Sé que quizás no es la mejor idea contando con mi condición pero quiero ir.

—Esto no es una cuestión de querer o no Vyneea —Intervino Azriel con el mismo tono frío y serio que había adoptado desde el momento en que había llegado.

—También soy consciente de eso, pero si nadie se va a ofrecer voluntariamente —Ignoré deliberadamente el hecho de que Cassian si lo había hecho —Yo estoy dispuesta a ir, incluso si necesito pasarme los próximos días caminando sin parar e incluso correr. Quiero ir.

La amplia sala permaneció en silencio. Ninguno dijo una palabra mientras todos mantenían su mirada viajando de mi al mapa brillante sobre la mesa. Y mientras ellos procesaban mi propuesta yo solo me centré en la sensación ardiente de la mirada de Cassian. Aquellos ojos castaños no se habían apartado ni un solo centímetro de mí, y en ellos había algo lo suficientemente intenso para hacer sentir que mi corazón iba a saltar de mi pecho.
Había una tensión, una punzada de algo que no sabía explicar que tiraba de mí en su dirección. Fuera lo que fuera aquel extraño sentimiento decidí hundirlo en lo más profundo, ignorando la sensación vibrante que levantaba en mi, lo ahogué por completo.