C A P I T U L O 17

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° C A S S I A N °

El amor es todo, menos duda.
Eso era algo que tenía muy claro desde que había sido lo suficientemente maduro como para entender su propio concepto.
Amar significaba dedicarte en cuerpo y alma a una única persona, y saber que eso solo ocurriría con ella, con ese extremo opuesto del alzo que unía nuestros corazones.
Nesta era mi compañera, Nesta era la mujer que amaba y amaría. Vyneea era la que mi cuerpo reclamaba.
No podía mentirme, ocultarlo o negarlo para mi mismo, no podía siquiera tratar de rechazar la idea porque algo dentro de mi, más profundo que cualquier sentimiento o sensación, me lo confirmaba.
Amo a Nesta, mi corazón late gracias a ella, mi cuerpo se mueve gracias a ella, mi mente se despeja gracias a ella.
Vyneea...
Vyneea e confundía, a mi y a mis sentidos.
No había un vínculo, mi cuerpo reaccionaba a ella pero el alzo, siempre lo había sentido con Nesta y, aunque era cierto que desde que la mujer de cabello había parecido podía sentirlo con más fuerza, había estado ahí, siempre presente.
No podía haber un vínculo.
En la historia jamás se había escuchado de un macho o hembra vinculado a dos personas, no era algo racional, el Caldero no se equivocaba...
-¡Cassian! -La voz de Feyre me trajo de vuelta.
Los ojos de mi amiga y alta lady estaba fijos en mi, y en esa claridad un claro tinte de preocupación.
-¿Qué ocurre? -Pregunté sin tratar de ocultar el desconcierto.
Ciertamente desde que había salido huyendo de la Casa del Viento no había podido fijar mis pensamientos en otra cosa que no fuera en Vyneea y lo que había sucedido ya cerca de una hora atrás.
-¿Estas bien? -Preguntó dejando caer su mano sobre mi brazo -Has estado en otra parte durante toda la reunión.
Levanté la mriada al gran escritorio de Rhys, sin embargo, él ya no estaba allí, tampoco estaba Azriel ni Elain, quien se había unido a la reunión para sostener a Nyx y enterarse de lo ocurrido en la reunión con Helion y Eris. No me había dado cuenta de cuando todos se habían marchado.
Observé de nuevo a Feyre y suspiré con pesadez dejándome caer contra el respaldo adaptado del sillón, las alas elevándose justo sobre el borde. No me importó dejarlas caer contra el limpio suelo de madera. Estaba exhausto.
-¿Estabas pensando en Nesta? -Preguntó ella mientras se acomodaba en el sillón contiguo, subiendo sus piernas al mueble y colocándose de lado, enfrentándome.
La observé de reojo mientras cubría mi rostro con mi mano y sostenía mis propias sienes, había un dolor punzante en ambas.
Realmente se me olvidaba con bastante frecuencia lo joven que ella era. La madre de Rhys jamás se hab rías entado de aquella manera, ni siquiera frente a nosotros cuando eramos niños, y estaba segura que las mujeres del resto de altos lores lo verían incluso como una ofensa pero, Feyre era tan distinta, tan joven.
¿Cuántos años tendría Vyneea?
El pensamiento brotó solo, inconsciente.
-No, no realmente...-Suspiré -No estoy seguro de que es lo que pasa.
-Aun estas tensó por lo de anoche, ¿has hablado ya con ella? Asentí suavemente.
-Me disculpe -Expliqué -Realmente me sentía como un imbécil por al forma en que actué pero...no puedo evitarlo -La miré, o eso es lo que traté de hacer porque no pude sostenerle la mirada y terminé observando los tatuajes gemelos en brazos y manos -Creo que aún cargo con esa necesidad de asegurarme de que ella está bien.
-¿Te sientes responsable? -Negué, aunque no del todo convencido.
-No es realmente así, es extraño de explicar -Feyre extendió su brazo y dejó caer so mano sobre la mía, sus dedos se entrelazaron suavemente con los míos y me dio un apretón reconfortante -Supongo que como fui quien la vio caer y la rescató aun hay algo que me obliga a mantenerla en un ambiente seguro.
-Es normal Cass -En sus labios se extendió una suave sonrisa -Siempre eres el primero en ver por los demás y te preocupas por todos nosotros. Es normal que sientas ese tipo de apego hacia ella.
-Pero...-Me detuve a mi mismo.
No estaba seguro de si debía compartir lo que había ocurrido minutos atrás, no al menos hasta que yo mismo tuviera una respuesta, por vaga que fuera.
-Simplemente estoy algo sobrepasado por todos -Me limité a contestar.
Feyre no dijo nada, ella era lo suficiente perspicaz como para saber que había algo más pero no me forzó a hablar y secretamente lo agradeci.
La castaña entonces e incorporó ligeramente y se inclinó sobre al mesa donde habían aparecido dos grandes y humeantes tazas de lo que podía oler era su té de hierbas favorito. Rhysand nos había contado que había empezado a tomarlo al principio de su embarazo ya que aminoraba los malestares en la mañana y las nauseas al comer, desde entonces no había dejado de tomarlo.
Tomo ambas y extendió una en mi dirección, y aunque en ese momento quizás un vaso de licor me hubiera sido más grato, yo lo acepté gustoso.
-El aplazamiento de la ceremonia, ¿fue idea de Nesta? -Asentí silenciosamente mientras bebía de mi taza.-Lo suponía.
-Me contó que te lo había comentado -Feyre asintió con los ojos fijos en la taza.
-Sí, me dijo que prefería celebrarlo tranquila, cuando todos pudiéramos enfocarnos simplemente en festejar-Una mueca triste le bañó el gesto -La comprendo, realmente me hubiera gustado que Rhys y yo pudiéramos hacerlo de esa manera.
No pude evitar sentir una ligera punzada en el pecho.
-Aun guardo rencor por no haber podido ser el padrino -Bromeé -Cuando me pongo traje soy el más guapo de los tres.
Feyre sonrió y golpeó suavemente mi codo desde su sillón.
-¿No lo eras ya?
Ambos reímos y lo agradecí. Feyre siempre lograba sacarnos de esa nube pesada en la que muchas veces nosotros mismos decidíamos sumirnos.
Lo había hecho con Rhysand, aunque para ese momento ella no lo supiera ni pudiera verlo, lo había hecho con Mor y Ariel a l alentar a la rubia a finalmente poner un punto final entre la tensión que ambos habían cargado por quinientos años, lo había hecho con sus hermanas al traerlas a Velaris y al abrirles las puertas de nuevo a pesar de la historia que las tres cargaban detrás de si.
Feyre era una estrella eterna que siempre nos iluminaba, aunque no fuera consciente de ello.
-¿Entonces? -Preguntó ella devolviendo un tono más serio a la conversación
-¿Ayudarás a Vyneea a entrenar para poder ir Bajo la Montaña?
Asentí mientras daba el último sorbo a la taza y luego esta desaparecía de mi propia mano. No entendía como aquella magia era posible, pero tampoco el iba a buscar respuesta.
-Sí -Respondí esta vez en voz alta -Si Rhsy y Helion quieren que ella vaya no voy a negarme aunque no puedo evitar sentir algo de inquietud por ello. -Estiré las piernas sintiendo los músculos algo adormilados por al postura -Su condición ha mejorado notablemente pero necesitaremos como mínimo una semana y media más antes de obtener algo con lo que trabajar y que sea posible que ella vaya a ese lugar.
Feyre asintió y llevó una de sus manos a sus labios, mordiendo ligeramente sus uñas.
-Ella necesita ser al menos capaz de correr por un par de minutos antes de atreverse a poner un pie allí abajo, necesita un mínimo de indenpencia -Le di al razón.
-Ella es capaz de caminar sin ningún impedimento cerca de quince minutos, necesitamos alargar eso a por lo menos dos horas -Feyre asintió -Y no tiene problemas para abajar escaleras o subirlas, tampoco para mantener el equilibrio al agacharse o levantarse, eso es algo realmente bueno, nos ahorra mucho tiempo.
La castaña se levantó de nuevo, pero esta vez caminó hasta el enorme escritorio de Rhys. No pude evitar dar una corta sonrisa al ver el gran cuadro de ella misma a su espalda. Lo había pintado hacia ya un año y sin embargo se veía tan distinta, no físicamente, no había un gran cambio en su aspecto, quizás su cabello estaba algo más corto porque realmente se había cansado de que Nyx tirara de el constantemente, lo que había cambiado había sido algo más profundo, algo más complicado de cambiar.
Feyre había dejado de tener pesadillas de manera tan recurrente, era algo que Rhysand nos había compartido a Azriel y a mi meses más atrás, después de la anual guerra de bolas de nieve. Él se había visto tan aliviado y feliz por eso. Sabía que él no tenía tanta suerte y que varias veces tenía pesadillas con las que incluso le costaba controlar su poder en la noche, sin embargo que su pareja finalmente comenzara a volver a una normalidad lo aliviaba profundamente.
-Madja nos contactó hace un par de días -Feyre abrió uno de los cajones y comenzó a buscar algo en su interior -Nos dijo que había estado estudiando las muestras que extrajo de las heridas de Vyneea.
Pareció encontrar lo que finalmente buscaba y colocó una pequeña caja sobre la mesa, yo me incorporé y caminé hasta ella, quedando a su lado y observando lo que había en el interior.
Dos huesos, ambos pequeños pero idénticos, uno más delgado y frágil que el otro, con pequeñas grietas rellenas de una pasta blanquecina que unía los trozos que habían sido destrozados.
-Este -Señaló el hueso perfecto y sin muescas -Ex un hueso de un ala ilyria de una hembra en su adolescencia -Señaló el otro -Este es uno de los huesos que pudo reconstruir con los fragmentos que extrajo de Vyneea.
-¿Entonces ella sí es una ilyria? -Feyre asintió sin despegar la vista de los huesos en el interior de la caja.
-Sí pero...-Cruzó sus brazos sobre su estómago -No encaja el tamaño de los huesos de sus alas con la edad que aparenta tener.
Alargué mi mano y tomé el hueso sin pasta, observándolo entre mis dedos más de cerca.
-Esto debe ser de una hembra que no pasaría los doce años -Feyre sintió silenciosamente -Pero Vyneea, por su aspecto no debe de ser mucho más joven que nosotros, ¿cuántos años pueden ser? ¿trescientos, cuatrocientos años?
Observé la mueca divertida en el rostro de Feyre.
-Oh diecinueve o vente en términos humanos -Sonreí también.
Estaba seguro aun le resultaba extraño pensar que que todos aquí teníamos más de la edad que ella jamás podría haber imaginado cuando era humana.
Dios, Nesta solo tenía veintiséis años, era tan malditamente joven.
-Entones, ¿qué significa eso? -Pregunté volviendo a enfocarme en lo que teníamos frente a ambos.
El rostro de Feyre volvió a tensarse.
-No lo sé pero Madja nos dio dos opciones; al primera es que el ataque que sufrió reabrió las heridas ya cicatrizadas y que quizás Vyneea hubiera perdido sus alas mucho antes de que la encontráramos, por eso lo que hubiera quedado de sus alas no se habría desarrollado y el hueso tendría explicación, la segunda...-Su cuerpo sen tenso y sus manos se aferraron al borde de la mesa, sus ojos se oscurecieron -La segunda opción es que...quien fuera que lo hizo mantuvo las lesiones por años, desde que le rompieron las alas siendo una niña hasta que nosotros la encontramos. Algo semejante a lo que le hicieron a Azriel, su poder de curación no habría podido sanar su espalda y sus alas, al permanecer destrozadas por tanto tiempo simplemente habrían dejado de desarrollarse. Luego, simplemente le habrían arrancado las alas y la habrían lanzado desde el cielo, tratando de dejarla morir.
La sangre corrió con mis venas con rabia u violencia.
Las dos opciones eran asquerosas y jodidamente brutales.
-Madja cree que lo más fiable es la segunda opción, aunque las dos explicarían la perdida de memoria debido al trauma ocasionado -Quería salir volando y encontrar a los responsables de semejante tortura.
Quería atraparlos entre mis manos y despedazarlos de la misma manera en que había destrozado a los hombres que habían llevado a mi madre a su muerte.
Me había ganado el título del lord del baño de sangre por una cierta razón y si llegaba a encontrar a esa gente, lo descubrirían de primera mano.
-Madja dijo que quizás, con ciertos estímulos, Vyneea podría recordar cosas
-Explicó Feyre -Aunque Rhys aun no está muy seguro de que es lo que realmente oculta sus secretos, lo que él vio en su ente, ese muro, no parecía natural.
-Ella recordó algo, después de estar en la Corte Pesadillas, después de que Eris le hablara -NO lo había recordado, ninguno lo había echo, cuando todos habían regresado nos habíamos enfocado en Bajo la Montaña y habíamos olvidado el recuerdo.
-¿Qué? -Preguntó Feyre algo perdida.
Yo asentí y deslicé los mechones sueltos de mi cabello mal recogido hacia atrás, fuera de mi rostro.
-Ella lo recordó, el como le arrancaron las alas.

Una Corte De Sombras Y Sangre© [CASSIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora