13. Potterheard siempre.

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Después que Gabe, me recordara amablemente, que debía retomar mis dietas. Me encontraba sentada en una banca, con una barra nutritiva de granola y cero azúcares. Hice una mueca.

No nos queda de otra compañera.

Estamos de acuerdo.

—¿Qué haces? —pregunto, tomando asiento a mi lado.

—Contemplo el paisaje.

—¿Un montón de adolescentes? —lo mire.

—Un grupo de personas, con sueños, metas e ilusiones —conteste.

—Para mi siguen siendo un montón de adolescentes. —se encogió de hombros.

—No te negare que esto parece más un manicomio, que cualquier otra cosa, pero todo es cuestión de perspectiva —el rio.

—¿Eso fue lo que te sucedió con mi hermana? ¿La miraste desde otra perspectiva?

—No, la mire siendo ella. —él asintió.

—Nunca te agradecí, por lo que has hecho por mi hermana.

—¿Y eso es?

—Sacarla de su cascaron.

—¿Y por qué me lo agradeces?

—Porque solo tú viste, más allá de lo que ella mostraba. Tú la sacaste de las sombras.

—No entiendo —él miro al frente.

—Antes que llegaras, Tessa era un completo desastre. No hablaba con nadie, se la pasaba escondida en su habitación... —negó.

—No me des merito, que no me corresponden. Ella y yo somos amigas.

—Y me encanta, porque sacaste un lado más seguro de Tessa que antes no estaba. Incluso cuando le regalaste ese diseño, por cierto, gracias por ello, me ahorraste un montón de trabajo y sufrimiento.

—No fue nada es un simple diseño.

—No menosprecies tu trabajo Charlie —sonreí de lado— cuando ayudaste al imbécil de Ethan a acercarse a ella. Si, Charlie, se que fuiste tu... el punto es que has sido clave en la nueva personalidad de Tessa.

—Ella es una buena chica, Sam solo necesitaba un poco de confianza en sí misma

—y gracias, por brindársela —sonreí.

...

El comedor, estaba casi vacío ¿y saben por qué? porque era fin de semana y a casi todos, los dejaban salir menos a mí, ya todos sabemos porque e incluso Tessa había salido, porque tenía una cita con Ethan y estaba tan emocionada, que no me quedo más que sonreír, cuando me moría porque me metiese en su mochila y me llevase con ella.

Y eres pequeña, capaz y entrabas.

Sí, bueno, el punto es que me sentía un poco triste y la soledad no ayudaba. Después de lo de mamá, no he querido volver a saber nada de ella y tampoco he contestado las llamadas de mi hermana. Sé que solo se preocupa por mí, pero por una vez, quisiera ser yo la prioridad, por una vez, quisiera que me antepusieran a mí y eso no sucedería, por lo que mi corazón golpeado y yo nos deprimiríamos con chocolate y haríamos berrinches hasta quedar saciados

Pero claro, tampoco podía hartarme de chocolate, por lo que opte, por galletas integrales, mejor aún.

Si claro.

Vaya, hasta a ti, te había extrañado.

Adiós.

Y así, quedaba nuevamente sola, que deprimente, ni mi conciencia quería hacerme compañía. Tome mi bandeja y tome asiento en una mesa.

—¿Dónde has estado?

—Por ahí.

—¿Cómo te sientes después de..? —Cameron, había evitado hablar de ello, y se lo agradecía, aun cuando moría por preguntar, al igual que Keith. Ellos habían estado castigados de nuevo, por lo que no los había visto en los últimos días y no iba a mentir los había extrañado.

Sobre todo a Keith.

Aquí vamos.

Pero admítelo.

¿Ahora si vienes a molestar?

Es mi hobby.

—He estado bien. Si omitimos a los algunos hechos, mejor que nunca.

—No me mientas.

—No te miento.

—Si estas mintiendo, Charlie y no lo niegues —iba a protestar, pero me corto— como también me vas a decir ¿por qué después de comer todo lo grasoso, que te encontraras, ahora solo comes comidas, sin grasas, sin azucares y sin gluten, cuando gritabas que no te gustaba?

—Me lo receto la enfermera.

—Pensé que necesitabas vitaminas, porque estas muy delgada —atrapada— Charlie, sabes que puedes hablar conmigo.

—Estoy bien Cameron de verdad.

—Charlie...

—Por favor, confía en mí —susurre, posando una mano sobre la suya y él suspiro, como si yo le causase mucho estrés.

No me gustaba mentirle tan descaradamente, pero tampoco me gusta la mirada de lástima que me dan las personas y no quiero tener que responder preguntas para las cuales no tengo respuesta.

—¿Como decirte que no, cuando haces esa cara? —Sonrió— vale, Charlie confiare en ti.

—Genial.

—¿Estas lista para las navidades en mi casa?

—No —el me miro con una ceja arqueada

—Tu sinceridad a veces me sobrepasa —dijo y yo reí.

—¿Seguro a tu familia no le importara? —Una dulce sonrisa, se curvo en su rostro.

—A mamá le encantaras. —sonreí.

Eso esperaba, lo último que necesitaba, era no ser bien recibida.

Había pasado todo el rato, con Cameron, y Keith no apareció en ningún momento, por lo que la curiosidad me pico y le pregunte a Cameron. Había salido del internado a solucionar algo con su padre. Intente ocultar la decepción que me embargo a Cameron, a mí y a todo el mundo.

Y fallamos en el proceso.

Cameron, sonrió y me guiño un ojo, puse los ojos en blanco.

Por lo que el resto de la tarde, la pase tirada en mi cama, como la osa perezosa que era y un maratón de Harry Potter para completar mi humor.

Potterheard siempre.

Sí, señor. 

Amanecer En ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora