14. ¿Liam Besson?

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—Déjame dormir —dije somnolienta.

—No levántate —dijo golpeándome con la almohada.

—Joder para ¿Qué te pasa? —un nuevo golpe— si no paras, te golpeare —se detuvo.

—Levántate.

—No quiero —me acurruque aun mas bajo el cobertor, un nuevo golpe— Tessa basta.

—Levántate, Charlie.

—Carajo. No quiero. Déjame dormir.

—Son las diez de la mañana —continuo.

—¿y qué? —refunfuñe.

—Hoy, hay partido —canturreo.

—No me interesa.

—Vamos, prometiste acompañarme.

—No prometí nada.

—Vamos, Charlie. No quiero ir sola. —se quejo.

—Ve con Ethan.

Joder, no quería levantarme, quería seguir durmiendo y lamentar mi penosa existencia.

—Está en el equipo, como Sam y Cameron —dijo como ofreciendo un caramelo a un niño— y Keith —añadió en tono meloso.

—Sigue sin importarme.

—Carajo, Charlie ¿quieres levantarte de una vez? —dijo hastiada.

Nos salió con carácter.

Y que lo digas.

—No dejaras de molestar ¿verdad?.

—No —maldije en todos sus antepasados.

—Está haciendo un montón de frío, Tessa ¿cómo van a hacer un juego?

—Tenemos estadio cubierto ¿recuerdas? —maldije, de nuevo.

Los ricos y sus cosas.

Me levante, con pereza y estire mi cuerpo hasta escuchar mis huesos crujir, ella aplaudió como niña pequeña y yo solo quería volver a dormir y matarla en el proceso, pero eso sería mucho trabajo, así que solo me quedaba con la opción de solo dormir.

—Por lo menos, me dejaras ducharme ¿verdad?

—Sí, pero apúrate.

—Eres una molestia.

—Paso mucho tiempo contigo —le saque el dedo del medio.

Muy maduro, Charlie.

Corrí a mi armario después de la ducha y cogí unos jeans tallados, una franela, una sudadera y una chaqueta térmica, ya hasta parecía tres tallas más grandes, un gorro de lana y mis converse. El frío era infernal.

—¿Partido? —pregunte de pronto.

—Sí, hoy comienza la temporada interescolar.

—¿Quienes soy los invitados de hoy?

—No tengo ni idea.

—¿Y porque vamos entonces? —volví a quejarme.

—Porque los chicos jugaran.

—Vámonos antes de que me arrepienta.

Salimos de la habitación, no sin antes coger mi teléfono y efectivo y entramos al ascensor. Tessa, solo hablaba de Ethan y ya comenzaba a cansarme. Afuera la brisa fría, casi, me hace querer volver y acurrucarme nuevamente.

Amanecer En ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora