—Vamos Charlie, llegaremos tarde —se quejó Cameron, por cuarta vez y por cuarta vez negué con la cabeza. Baje un escalón— Charlie... —advirtió. Otro escalón e iba por el cuarto y casi cante victoria, si casi no hubiese resbalado, por suerte para mí, Cameron estaba cerca y me sostuvo antes de que me dieses de bruces contra el suelo.
—Eres muy terca —me encogí de hombros y él me llevo en brazos hasta el auto, una vez listo, codujo al colegio y mire a mi alrededor.
El día anterior la residencia había estado atestada de periodista y papá, tuvo que llamar a la policía para que los sacasen.
Después de dormirme y despertar con Keith al lado, una sonrisa tonta había iluminado mi rostro. Lo observe dormir durante un rato, hasta que él había abierto sus ojos y me había mirado con sus orbes azules. Efectivamente había velado mi sueño y después de hablar durante un rato, papá mando a Cameron por mí.
Efectivamente, Liam había entrado al país desde hacía una semana. Suficiente tiempo para orquestar todo. Quizás quiso ponerse en contacto con Gabe y al encontrar una negativa de parte de este, no le quedo más que actuar solo.
Ahora sabría quién es Charlotte McCallister Callahan.
Papá había insistido en que no asistiese a clases, pero no podía seguir permitiendo que Madeline manejara mi vida. Había hablado con Lyssa y junto con papá y el bufete, estaban haciendo todo lo posible, por salir bien librados de este lio.
Mire a mi alrededor cuando estacionamos el auto en el colegio. El auto de Keith no estaba por ninguna parte, aunque él me había dicho que llegaría un poco tarde, tampoco había periodistas lo que era bueno y suspire aliviada.
O no estaban a la vista.
Cameron había estacionado el auto, justo al lado del de Bryce, por lo que este al ver de quien se trataba se apresuró a ayudarme.
—Yo puedo sola —gruñí.
—Eso no parecía hace un momento —dijo Cam y le pegue con la muleta—. Joder. Deja de hacer eso.
—Tu deja de ser tan tonto —él me miro mal y le saque la lengua.
Cameron se adelantó, cuando su teléfono sonó y Bryce lo miro con mala cara, yo reí y él me miro.
—Suéltalo Bryce —dije.
—Vi las noticias...
—Como todos, supongo —dije y aparte un mechón de cabello cuando el viento lo revolvió. Me ajuste los anteojos—. ¿También tienes algo que decir al respecto? —el negó.
Porque en las redes sociales se creían con el derecho dar su más sincera y sin ser pedida, opinión.
—No, solo que esperé que me llamaras por si necesitabas algo... —su voz se perdió con la brisa, pero igual lo oí.
—Este es un problema que debemos resolver mi hermana y yo —el asintió.
—¿Entonces... Keith y tú...? —Levante una ceja en su dirección— ¿Aun tienen algo?
—No —dije rápidamente.
—¿Eso quiere decir que aún tengo oportunidad? —Preguntó de golpe y lo mire.
Vaya descarado.
Bryce, era un buen amigo y no era tonta sabía que no le era indiferente, lástima que mi torpe corazón, le encantase sufrir.
—Eso quiere decir, que no quiero nada con nadie ahora. Que tengo un montón de problemas que resolver y que lo último que necesito es añadirle más —dije y él me miro.
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Amanecer En Colores
Teen FictionUna chica, dos chicos y un internado, son la ecuación perfecta para un sin fin de problemas. Dos chicos, que se niegan a quererse. Charlie, intenta evitarlo. Keith, intenta evitarlo. ¿Y qué pasa cuando la una gota de lluvia colisiona con un rayo de...