34. El beso de Judas.

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—Keith levanta es tarde, nos dejara el bus —dije y el abrió sus ojos, recorrió la habitación y después a mí.

La noche anterior había bajado a cenar y después Keith y yo fuimos a ver películas, por lo que nos quedamos hasta tarde y obviamente nos habíamos quedados dormidos.

—¿Te aprovechaste de mi anoche, que no recuerdo nada? —Preguntó y sentí mis mejillas enrojecer.

—No idiota, te quedaste de nuevo hasta tarde mirando películas, ahora muévete si no quieres que me arrepienta —él espabilo y se levantó apresurado. Me dio un beso en los labios y salió dejándome sola y con una sonrisa en la boca.

Me levante y me duche.

Me coloque un pantalón ajustado, una sudadera rosa y una chaqueta de cuero azul, junto con unas botas y un gorro de lana. Tome mi teléfono y una mochila con todo lo necesario.

Afuera el pasillo estaba atestado de chicas que corrían de aquí para allá y de allá para acá. Algunas me miraron, otras me saludaron y otras simplemente me ignoraron. No por nada ahora era la novia oficial de quarterback del equipo de futbol americano y mejor amiga del capitán. Dos de los chicos más deseados de todo el instituto.

Entre al asesor y este se detuvo un piso más abajo, en este entro Tessa y Miranda.

Genial.

Tessa se acercó con una sonrisa, mientras que Miranda se pegó al otro lado y nos miraba con una sonrisa condescendiente.

—No creas en el beso de judas, Charlie —canturreo y la mire sin entender. Tessa a mi lado se tensó.

—¿A qué te refieres?

—En este internado no todos son amigos de todos y todos guardan secretos —dijo con una sonrisita.

—No me gustan los acertijos, si tienes algo que decir, dilo de una vez —dije con voz firme y ella sonrió aún más.

—Linda y dulce Charlie, no te subas tanto a esa nube de felicidad, la caída puede ser muy dura —y dicho esto salió del ascensor cuando este abrió sus puertas. La mire irse y me quede estática.

¿A qué se refería? no lo entendía, pero se me instalo un nudo enorme en el estómago.

—Vamos Charlie —dijo Tessa mirando al suelo. Iba a preguntarle si sabía de qué hablaba Miranda, pero esta miro para otro lado.

Apreté las manos en puños. Si lo sabía, no me lo diría. Asentí y juntas caminamos al comedor, para comer algo antes de partir.

En el comedor todo era un alboroto. Entre los estudiantes localizamos a Cameron y a Keith, ambas nos dirigimos hacia allá.

Pero a mí se me había quitado el apetito.

Keith al mirar que me acercaba se levantó y camino hasta mí. Me dio un casto beso.

—¿Sucede algo? —Preguntó.

—¿Debería? —dije devuelta y él frunció el ceño sin apartar sus ojos de los míos.

Me estudiaba, así como yo hacía con él.

—No lo sé, pero tienes mala cara ¿tiene que ver con Madeline? —Preguntó y negué— ¿entonces? —él se miraba realmente preocupado.

Lo estudie, sus ojos me analizaban tratando de entender que pasaba conmigo. Keith me había demostrado una y otra vez, desde que estábamos juntos que me quería ¿Qué me pasaba? ¿Me dejaría llevar por una tontería que soltó Miranda? que seguro estaba resentida, porque Keith estaba conmigo.

Amanecer En ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora