Capitulo 9

694 97 54
                                    

Hajime no prestó atención a los suspiros y exclamaciones de sorpresa de sus invitados, en su lugar, mantuvo su completa concentración en las figuras que acababan de irrumpir en el salón de ceremonias con tanta naturalidad como si se tratara de su propio palacio.

Supo reconocer de inmediato a Haruchiyo Akashi, al fin y al cabo era idéntico a su padre. 

Aquel joven de veintidós años guardaba en su interior la eficacia e inteligencia militar de una persona cercana a los cuarenta. Y su mirada, repleta de firmeza y seguridad, podría llegar a acongojar a cualquier persona que se cruzara en su camino, alfa o no, a excepción de Hajime. Él ya se había enfrentado a los fantasmas de lo que quedaba ahora de los Akashi y costaba creer que hubiera algo peor que el predecesor de ese niño que jugaba a ser un rey.

Haruchiyo se acercaba con paso decidido hacia la mesa de la familia real, con Kakucho un paso por detrás de él y los Haitani dos más atrás. Kanji Mochizuki -mejor conocido como Mochi-, encargado de la seguridad de su rey, caminaba detrás de todos ellos. Su expresión, siendo la más amenazante e imperturbable, y su descomunal físico hacían de él uno de los alfas más temidos de Bonten.

Cuando el grupo paró su caminata frente a la mesa de la familia Kokonoi, a unos pocos metros de distancia, Akashi le dedicó una sonrisa al monarca que pretendía parecer simpática pero que, más allá de eso, resultó ser más tétrica de lo que hubiera esperado. Hajime avanzó unos pasos hasta situarse frente a la mesa por delante de su familia y observó al pelirrosa con seriedad.

-Hajime Kokonoi, al fin nos conocemos -con elegancia, Haruchiyo le dedicó al mayor una reverencia un tanto exagerada -. Es un placer estar aquí y ver en vivo y en directo al rey del que todo el mundo habla.

-Haruchiyo Akashi -Hajime inclinó tan solo un poco la cabeza a modo de saludo, no porque de verdad quisiera sino porque sabía de antemano que debía ser cuidadoso en lo que hacía y decía frente a alguien como Akashi -, el placer es mío.

Los invitados y el resto de la familia Kokonoi observaban la escena con tensión, algunos con miedo y otros con miradas de enojo hacia los invitados sorpresa. No habían muchos reinos que apoyaran el estilo de vida que tenía Bonten. A excepción de Valhalla nadie lo hacía en realidad. 

-Por lo que veo esta es una celebración muy bonita -Haruchiyo miró a su alrededor dando una vuelta sobre sí mismo hasta volver a clavar la vista en el otro rey -, es una pena que no recibiéramos invitación.

-Por eso mismo, ¿a qué se debe tu visita? -preguntó tajante -. No está bien visto acudir a eventos a los que no se ha sido invitado.

-Es que me entristece que se me deje de lado -llevó una mano a su pecho y forzó un puchero. Su actitud infantil lo hacían ver aún más demente -, he venido porque quería socializar un poco y porque... -su vista viajó por todos los miembros de la familia -, me apetecía conocer a tus hijos y felicitar a los cumpleañeros en persona. 

-Bien, pues ya está hecho -soltó volviendo a captar su mirada -, ya has hecho tu entrada triunfal y conocido a mi familia, ahora no me queda más remedio que pedirte que te retires -los Haitani lanzaron miradas de asco al rey de Tenjiku mientras que Kakucho se mantenía firme e impasible. 

-Hajime, de verdad que quiero mantener una buena relación con este reino -su expresión se relajó y su mirada se suavizó -, yo no tengo las mismas ideas que mi difunto padre, las suyas eran una completa locura -de inmediato, Hajime recordó el instante en el que temió por la vida de su familia en la Trágica Batalla de Tenjiku. Cómo el padre de Haruchiyo había ordenado asesinarlos a todos con la intención de hacerle sufrir. Le costaba mirar los ojos de su descendiente porque veía en ellos la maldad de su predecesor y las crueles intenciones que tuvo tantos años atrás.

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora