Capitulo 45

293 47 30
                                    

Izana llegó justo a tiempo.

La hostilidad que desprendían las feromonas de los alfas en ese lugar era abrumadora y completamente desagradable. Sus ojos se abrieron como platos al encontrar la razón por la que Takemichi había detenido abruptamente sus pasos centrando su mirada mortal en otra cosa; Haruchiyo estaba a tan solo unos metros de distancia. Pero su postura evolucionó a una mucho más desafiante cuando divisó también a Mikey agarrado fuertemente por una de sus manos. 

Lentamente llevó la suya propia hacia la espada en su cintura. 

-Suéltalo -casi no parecía ser la voz de Takemichi la que pronunció esa tajante y directa orden. El tono tan grave y profundo a la par que tosco contrastaba con su habitual modo de hablar mucho más amigable en la mayoría de las ocasiones. Takemichi parecía estar totalmente transformado en otra cosa, en otro ser mucho más voraz, y Mikey se vio irremediablemente afectado por la forma de hablar de su alfa. 

-Será interesante comprobar cómo consigues hacer que te obedezca -contestó el contrario con un tono de voz mucho más burlesco. Mikey gimió dolorosamente al sentir el agarre en su brazo mucho más fuerte y Mochi dio un paso adelante, seguro e intimidante -. Aunque te tenga justo delante estás a años luz de alcanzarme.

-Será mejor que obedezcas, Akashi -advirtió Izana intentando añadir coherencia a la conversación -. Estoy seguro de que Tenjiku ya ha atravesado los muros de tu reino, estás a nada de perder y puede que lo único que te salve ahora sea que te rindas. 

-¿Rendirme? -escupió con un poco más de rabia. Sus intenciones pretendían aferrarse al tono burlesco de su voz y sus palabras pero también era evidente la rabia. Bien sabía él que eran ciertas las palabras del falso príncipe -. ¿Y quién me está pidiendo la rendición? ¿Un supuesto príncipe con la sangre manchada de pobreza e inferioridad? No eres nadie para exigir algo así -la mano de Izana que sostenía la espada hubiese vacilado de haber escuchado esas palabras tiempo atrás, desde que era niño le había preocupado su pertenencia a la familia Kokonoi; el hecho de no ser hijo biológico de los reyes, pero ahora esa preocupación estaba teñida por sensaciones más positivas. Desde que su alfa aceptó a sus hermanos como lo que eran durante el primer celo de Manjiro su seguridad había crecido considerablemente. Era un Kokonoi y no iba a venir un cualquiera a decirle lo contrario. 

-Soy el segundo en la línea de sucesión al trono de Tenjiku -dijo con una sonrisa de medio lado -. Creo que no hay nadie más oportuno que yo en este momento para exigirte que te rindas -la sonrisa de Haruchiyo desapareció por completo y en su rosto solo apareció el odio descontrolado. Manjiro no despegaba sus ojos de los de Takemichi, suplicando con ellos el necesitado encuentro con su alfa. Lo necesitaba entre sus brazos y no era el celo lo único que lo pedía a gritos. 

-Yo no soy nadie -soltó Takemichi de repente y cuando Izana lo miró vio en él una firmeza inigualable -, pero si no te rindes justo ahora y sueltas a mi omega te mataré.

-Pura falacia -comentó Haruchiyo por última vez antes de mirar a Mochi con violencia -. ¡Acaba con ellos!

-Será todo un honor -Mochi soltó un escupitajo grande y viscoso a un lado y alzando su espada con seguridad soltó un grito rabioso al mismo tiempo que los cuatro soldados que lo acompañaban se unían en su acción. Todos se lanzaron contra ellos, descargando toda su violencia en los golpes de espada que azotaron justo después, haciendo que el pasillo se inundara en chasquidos feroces; en metal contra metal, y en los gruñidos de los alfas que se defendían a muerte. 

-¡TAKEMICHI, CUIDADO! -por mucho que Mikey quisiera correr hacia él le resultó imposible. Se sintió desesperado al contemplar una batalla de la que no podía formar parte. De pronto encontró un poco de autocontrol entre toda esa maraña de ardor y necesidad que se había apoderado de su cuerpo durante las últimas horas. Estaba preocupado por su pareja y por su hermano, pero también estaba enfadado por no ser capaz de defenderse. 

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora