Capitulo 24

549 65 45
                                    

-No, espera -Takemichi le había tomado de la muñeca, deteniéndolo. Mikey se dio la vuelta y lo miró, esperando a que hablara, con un sentimiento muy profundo escondido dentro del manto oscuro que era su mirada. Esperó a que continuara, no tenía un ápice de fuerza para preguntar -. Esto no se va a quedar así, ahora mismo voy a ir a informar a tu padre. 

-No vas a hacer eso -dijo sombrío. Takemichi no pudo detener la frustración y el enojo que se instauró en su pecho.

-Manjiro, ese alfa ha infringido las leyes más valiosas de Tenjiku, está claro que debo...

-He dicho que no, no vas a hacerlo -el alfa tuvo que enfrentar la dura mirada que le dedicó su pequeño omega. Su mirada se suavizó cuando en lo más profundo de sus iris pudo apreciar la preocupación, una que le atormentaba desde que había escuchado la amenaza del Akashi. Estaba claro, se intentaba hacer el fuerte cuando estaba claro que no lo era lo suficiente como para aguantar algo así, nadie podía serlo en realidad.

-Escucha, no tiene por qué pasar nada, no debes preocuparte. 

-No intentes tranquilizarme como un buen alfa tú también, fingiendo que lo tienes todo controlado y que yo no debo hacerme cargo de los problemas porque soy un omega débil.

-Yo no he dicho eso en ningún momento -dijo frunciendo el ceño.

-Pero lo piensas, lo sé, lo pensáis todo. 

-Manjiro, hey -se acercó a él el paso que los separaba y tomó al menor por los hombros para obligarlo a prestarle atención. El pecho del omega subía y bajaba a gran velocidad, tenía ansiedad, bien lo sabía él. Tenía miedo, quería hacerse cargo del problema, pero el problema mayor es que nadie nunca le había explicado cómo afrontarlos -, tranquilízate, sabes que no lo digo por eso, mírame a los ojos y créeme. 

Mikey lo hizo. Poco a poco su mandíbula se relajó y su ceño dejó de estar fruncido. Soltó un largo suspiró y destensó un poco los hombros. Fue instantáneo, automático, Takemichi le relajaba. Nunca creyó que él llegaría a sentirse a salvo con un alfa, siempre se había negado a sentirse así. Pero ya no podía hacer nada al respecto y sin embargo, no le causaba un sentimiento negativo como hubiera esperado, era lo contrario, se sentía agradable.

-No puedes decirle nada, ni a mi padre ni a nadie. 

-Vale, no te preocupes, haré lo que me pidas -sintió la caricia del mayor sobre su piel. Takemichi se acercó lo suficiente para dejar un dulce beso en su frente -, pero tienes que saber que sería lo mejor. No lo digo porque él sea un alfa y tú un omega Mikey, lo digo porque es tu padre y evidentemente él sabrá lo que hacer al igual que el mío lo hubiese sabido mejor que yo. 

-¿Acaso no le has escuchado? -preguntó con resignación.

-Sí, lo he hecho.

-No ha pasado nada, ¿vale? -continuó alejándose de su toque -. Sí, me ha tocado pero tampoco ha sido para tanto, todo el mundo sabe que esa me parece una norma absurda.

-Te ha hecho daño -clarificó cortante, sus puños apretándose de nuevo ante el recuerdo de ese alfa poniendo las manos encima de su omega para hacerle daño. 

-No lo ha hecho -dijo aunque era una mentira, eso ambos lo sabían -, y te estoy ordenando como tu príncipe que no dirás nada. Aquí no ha pasado nada -apartó la mirada de la suya porque sabía que no podía mentirle de esa forma, que Takemichi había aprendido a leer sus pensamientos. Se sentía emocionalmente desnudo ante él y ciertamente era lo que menos le gustaba de la relación que ambos compartían. Nunca le había gustado que la gente supiese lo que sentía; que pudiera leerle con tanta claridad.

-De acuerdo -dijo pasados unos segundos, se había obligado a sí mismo a suavizar la voz; a relajarse. No quería actuar instintivamente frente a Manjiro -. No diré nada, pero tampoco le quitaré el ojo de encima a ese imbécil. 

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora