Capitulo 49

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Aprovechó todo ese instante como si fuese el tesoro más valioso sobre la faz de la tierra. Aunque para él era así. 

Quiso que durara para siempre porque había tenido tanto miedo... Jamás en la vida había luchado por algo con tanta intensidad, con tanta desesperación, jamás en la vida había sentido el pánico que sintió durante los últimos horribles e interminables días. Y ahora volvía a tener a su omega entre sus brazos, podía volver a ver sus preciosos ojos brillantes, podía volver a tocar la suavidad de su piel, escuchar su melodiosa voz y besar todo su rostro. 

Se suele decir que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y aunque Takemichi lo había sabido desde el principio no fue hasta ese momento en que se dio cuenta de que lo hacía. 

Habían pasado solo unos pocos minutos, pero unos repletos de paz y tranquilidad. Manjiro había dejado de sentir un poco de su dolor aunque sabía perfectamente que por el momento sería incapaz de moverse libremente. Tenía los ojos cerrados mientras sentía las caricas de Takemichi sobre su pelo y sus dulces y pequeños besos sobre la piel de su frente. Respiró pausadamente, disfrutando y deleitándose con el delicioso aroma de su alfa. Recordó entonces todo lo que había pasado, cada detalle y cada sentimiento. Y no pudo evitar tardar en preguntar aquello que le atormentaba. 

-¿Ya ha terminado todo? -susurró bajito y a Takemichi no le tomó más de dos segundos contestar. 

-Sí, mi amor -murmuró de vuelta. Hizo que su omega se alejara solo lo suficiente para poder contemplar sus preciosos y brillantes ojos -. Ya ha terminado todo, te lo prometo, nadie más volverá a hacerte daño nunca -Mikey soltó un casi imperceptible suspiro y no quiso preguntar más. No le interesaba, no quería saber, tan solo necesitaba fiarse de las palabras de su alfa y si él decía que todo estaba bien, que ambos estaban seguros y a salvo, no necesitaba conocer los detalles.

-No quiero que te vuelvas a separar de mí, Michi -pidió -. Nunca más. 

-Tampoco tengo intención de hacerlo -contestó con una pequeña sonrisa. Entonces su mirada viajó por la silueta de su omega, aún portando ese maldito vestido blanco, y sus ojos se detuvieron en la venda manchada de rojo de su abdomen. Con suavidad acercó una de sus manos a ese punto y rozó con la yema de los dedos el vendaje -. ¿Te duele? -preguntó con cierto temor. Manjiro sonrió también un poco.

-Algo menos.

-Lo siento -dijo con la voz rota -. Debería haber evitado que esto ocurriese, no soy lo suficientemente bueno en...

-Me has salvado, Takemichi -le interrumpió de inmediato. No podía soportar que los pensamientos negativos y autodestructivos de su alfa le hiciesen sentir mal por algo que definitivamente no era su culpa. Takemichi le devolvió la mirada con esos ojos de cachorrito que le habían enamorado desde el principio. De verdad, Takemichi era un alfa que daba miedo en algunas ocasiones pero la gran mayoría del tiempo se veía adorable -. Estoy tan agradecido de que hayas sido tú quien me haya salvado la vida... 

-Podría haberlo hecho mejor.

-Lo has hecho perfecto -susurró muy cerca de su rostro. Su sonrisa seguía ahí, intacta y tan dulce que le dieron demasiadas ganas de devorar sus labios con afecto -. Mi precioso y valiente alfa... -dijo muy bajito y solo entonces Mikey cortó la distancia y le regaló el beso más dulce y lleno de amor del mundo. Takemichi no quiso profundizar demasiado, tan solo dejó que sus labios y su lengua danzaran tal y como Manjiro quería. Saboreó ese instante como si fuese el manjar más exquisito del universo, y así era, de eso no cabía duda. 

El momento íntimo fue roto por unos pequeños golpecitos inesperados en la puerta. Ambos se separaron lentamente y mientras la puerta se abría Takemichi decidió incorporarse sobre la cama. Manjiro le miró con cierta alarma, no quería que se alejara de él, pero la sonrisa de Takemichi y el modo en que tomó su mano con la suya para entrelazarlas le hizo entender que no lo haría. Su alfa se quedó sentado sobre el colchón a su lado. 

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora