No podía quejarse, al menos esa noche había podido dormir un poco.
Se despertó cuando la luz del sol comenzaba a colarse entre las oscuras cortinas del cuarto. Se removió sobre la cama y tuvo que soltar varios quejidos cuando la tela de las sábanas rozó alguno de sus hematomas sobre las costillas. Su rostro no dolía tanto, las heridas ya estaban secas y comenzaban a curarse.
Estaba tranquilo, Haruchiyo no había vuelto en toda la noche y no le importaba en absoluto el motivo aunque le pareciese extraño. No quería pensar en eso, no quería pensar en él, necesitaba abstraerse del gran problema que suponía seguir con vida. Quedó tumbado boca arriba y soltó un largo suspiro. Puso la palma de su mano sobre su pecho e intentó sentir esa conexión tan única que siempre había compartido con Takemichi. Pero estaba vacío, ahí no había nada, una ligera lágrima cayó de uno de sus ojos y se perdió en la almohada bajo su cabeza. Tenía miedo porque no sabía bien qué era lo que eso significaba, si era bueno o malo. No sabía si su alfa estaba bien, si la razón por la que Akashi no había vuelto es porque se estaba ocupando de él, si estaba cerca o lejos. No sabía nada y esa incertidumbre era arrolladora dentro de sí mismo.
-¿Dónde estás...? -susurró pero entonces esa pregunta retórica quedó perdida en el espacio, sin nadie que la escuchara y sin nadie que pudiese responderla.
Unos minutos más tarde la cerradura de la puerta comenzó a escucharse. Su corazón empezó a bombear rápidamente y asustado giró sobre la cama cubriéndose con las sábanas y haciéndose el dormido. Sin embargo, temía que los temblores en todo su cuerpo le delataran.
La puerta se abrió de golpe y Mikey no pudo evitar encogerse. Unos pasos acelerados se acercaron a la cama y le tocaron el costado, apretando y tirando de él levemente para despertarle.
-Hey Manjiro, despierta, vamos -Mikey se giró el seguida y observó con los ojos como platos a Kakucho delante de él. Automáticamente su ceño se frunció y todo su temor se transformó en ira de repente. Sin poder evitarlo, porque prácticamente fue automático, lanzó una de sus piernas hacia él y le dio una fuerte patada en el abdomen.
-¡Aléjate de mí! -chilló y el rostro de Kakucho se transformó en uno desesperado. Miró hacia la puerta y después al príncipe indicándole con la mirada que bajara la voz -. ¡Aléjate de mí, mentiroso!
-Habla más bajo, por favor, tengo que decirte algo y tiene que ser cuanto antes.
-¡No! No quiero escuchar nada de ti, maldito mentiroso -Mikey se abrazó las rodillas y su postura se transformó en una más a la defensiva. Su mirada aniquilaba por completo al alfa delante de él, era como si su omega interno intentara volver a hacer acto de presencia para defenderse aunque ese hecho solo quedara en el débil intento.
-Sé que ahora mismo me odias pero todo tiene un motivo, yo...
-¡He dicho que no quiero escucharte!
-Takemichi está bien -soltó sin más, sabía que de otro modo Manjiro no querría escucharle, y entonces la expresión del omega se suavizó, su postura se relajó y su mirada se volvió mucho más suave. Boqueó unos segundos, completamente impactado por lo que acababa de escuchar, lo cierto es que esperaba cualquier otra cosa menos esa.
-¿Qué...?
-Escucha, estoy aquí sin permiso, si me pillan seré hombre muerto y solo tengo unos minutos. Tienes que escucharme -continuó pero era como si Mikey no escuchara esa información, como si no fuese lo que de verdad quería escuchar.
-Cuéntamelo, ¿Por qué dices que Takemichi está bien?
-Anoche cuando Mochi y yo nos lo llevamos le ayudé a escapar, de haberse quedado aquí ya estaría muerto. Se marchó a Tenjiku en un barco junto a Senju y Takeomi, él quería quedarse y ayudarte pero le obligamos a subir, lo siento, le habrían matado si se hubiese quedado -Kakucho tenía miedo de la reacción de Mikey, para un omega el que su alfa le abandonara ante el peligro no era una muy buena noticia, solían estresarse. Por eso, después de unos segundos de asimilación, cuando la mirada perdida de Mikey y el gesto tembloroso de sus labios empezaron a adquirir un tono brillante y una sincera sonrisa se extrañó. Mikey sonrió, rio un poco y apretó los puños a la altura de su pecho, sintiendo de nuevo esa agradecida felicidad de su interior.
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Paradise [Takemichi & Mikey]
Fanfic❝No existe nada en este universo, ni siquiera el reino más idílico de todos, que pueda compararse a lo que siento cuando estoy contigo. Eso sí que puede ser considerado un paraíso❞ «AU Omegaverse»