Capitulo 11

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-¿Una invitación? -la pregunta se escuchó incrédula a través de los labios de Kakucho. Observaba a su rey con sorpresa, algo que, ciertamente, ocurría a menudo. Era una evidencia que Haruchiyo sorprendiera incluso a sus hombres de confianza con cada cosa que dijera o hiciera. Muchas veces era de esperar sus movimientos pero otras simplemente era inesperado.

Esta era una de esas veces.

-Correcto, una invitación -el rey estaba sentado en su trono con los codos apoyados en cada uno de los reposa brazos. Cruzaba una de sus piernas sobre la otra y su expresión había mostrado aburrimiento hasta que se le pasó por la cabeza su siguiente movimiento -. Hace mucho que Bonten no acoge a invitados de otros reinos, ¿no crees?

-La semana pasada estuvo aquí el rey de Valhalla, Shuji Hanma -puntualizó pero Haruchiyo le restó importancia con una sacudida de su mano.

-¿A quién le importa eso? Un reino tan insignificante como ese no es noticia.

-Pero son los únicos aliados que tenemos.

-Y por eso no los eché de mi reino -sonrió con evidencia. Conocía a Hanma desde hace mucho pero no era de su absoluto agrado. Intentaba que su reino fuera la copia barata de Bonten pero Haruchiyo detestaba que tuviera una doble cara, que por un lado se aliara con él y por otro actuara con el resto de los reinos como amigos de toda la vida.

Lo aceptaba porque, como bien había dicho Kakucho, eran sus únicos aliados y con el único reino con el que podían contar si algo sucedía. Pero si sus planes con Tenjiku resultaban exitosos, Valhalla sería el primero de los reinos en reducir a cenizas.

Kakucho no pudo decir nada más pues justo cuando fue a abrir la boca, la puerta de la estancia en la que estaban se abrió de golpe revelando a otras dos personas que entraron en el lugar con rapidez y, casi, agresividad.

Takeomi portaba una evidente expresión de enojo pero que intentaba controlar por su propio bien, mientras que Senju permanecía detrás de él y con ligero miedo en su interior. Había intentado convencer a su hermano de no enfrentar a Haruchiyo pero como él, Takeomi era cabezota y no se podía razonar con él cuando se enfadaba pese a intentarlo.

Haruchiyo suspiró y observó a ambos con aburrimiento. Takeomi, su hermano mayor, había sido la desgracia de la familia Akashi. Era un beta que no había podido heredar el trono pese a ser el mayor por el hecho de no ser un alfa. Haruchiyo lo detestaba por ser tan débil a sus ojos y por no haber estado a la altura de su apellido. Por otro lado, Senju era su hermana pequeña y que había tenido la suerte de ser una alfa. Aún así, Haruchiyo la había menospreciado durante toda su vida y la había mantenido vigilada desde hacía años. Temía que atentara contra su vida para tener el trono porque eso es algo que él hubiera hecho.

-¿Acaso estás loco? -fue lo primero que salió de los labios de Takeomi cuando llegó frente a él. Tanto Kakucho como Senju lo insultaron en sus mentes. Había cruzado la línea.

-¿Cómo dices? -preguntó el rey con desdén. Se puso en pie simplemente para poder observar a su hermano desde una altura mayor, como si fuese una cucaracha o una simple hormiga que pudiese aplastar con el pie.

-Acabo de enterarme -continuó -, fuiste al cumpleaños de los mellizos Kokonoi sin invitación, ¿sabes a caso el riesgo que eso implica? -el pelirrosa se mantuvo sin decir nada -. Tienes que tener más cuidado con tus acciones, Haruchiyo, estas cosas inician guerras.

-¿Cómo me has llamado? -preguntó en un tono de voz inexpresivo. Takeomi cambió su expresión a una de sorpresa pero al instante pareció comprender.

Sintió a su hermana tensarse tras su espalda pero él no bajó la vista ni el semblante en ningún momento.

Haruchiyo se acercó a ellos y paró cuando estuvo frente a su hermano.

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora