Capitulo 18

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-De verdad, papá, está todo bien -suspiró Manjiro con una sonrisa después de escuchar la misma pregunta por undécima vez. Seishu tomaba a su pequeño de las mejillas, acariciándolas con sus pulgares y transmitiendo a través de su mirada esa preocupación tan característica de un padre.

-Siento que hayas tenido que quedarte a solas con él -dijo en voz baja con la intención de evitar que los guardias de Bonten que iban con ellos lo escucharan. Takemichi y Draken esperaban a un lado -. ¿De verdad está todo bien? ¿Me lo juras?

-Te lo juro -volvió a repetir esta vez con una pequeña sonrisa.

Después de haber acompañado al resto de sus hijos a las habitaciones en las que pasarían esa noche, Manjiro había sido el último a petición de sus padres. Antes de dormir querían volver a tener una pequeña charla privada en la que se asegurasen que de verdad todo estaba bien y que no había ocurrido algo extraño durante los quince minutos que estuvo a solas con el alfa. Hajime, por supuesto, se había encargado de interrogar a Takemichi con unas pocas preguntas para quedarse más tranquilo.

-Intenta descansar -Hajime se acercó a Manjiro y puso una de sus manos sobre su hombro dándole un pequeño apretón.

-Yo voy a dormir perfectamente, no hay alfa alguno que me quite el sueño -lo último terminó susurrándolo, provocando que los dos guardias de Bonten que los acompañaban miraran al menor con el ceño fruncido.

-No digas eso aquí -Seishu dejó un dulce beso sobre la frente de su pequeño y se alejó. Agradeció una última vez a Takemichi con la mirada antes de alejarse en dirección a la puerta de la habitación en la que dormirían. Por suerte, todas las habitaciones en las que descansarían sus hijos estaban en el mismo pasillo que ellos, al menos habían sido considerados en ese aspecto.

-Buenas noches.

-Buenas noches, cielo -Seishu le envió un besito al aire junto a una bonita sonrisa cargada de amor. Hajime, por otro lado, utilizó la mano para despedirse.

-Nos vemos por la mañana.

Lo cierto es que lo que más deseaba Manjiro en ese momento era poder tumbarse en una cómoda cama y dormir. El día había sido largo y tenso, necesitaba descansar como nunca antes lo había necesitado. Pero no parecían ser los planes de su acompañante.

Cuando entraron en la habitación y la puerta fue cerrada tras ellos, a Mikey casi no le dio tiempo girarse para mirar a los ojos a Takemichi pues en cuestión de medio segundo un par de brazos lo habían rodeado por la cintura para acercarlo a él. Fue mucha fuerza la empleada, tanta que le obligó a soltar un jadeo por la sorpresa y la molestia, pero su boca fue rápidamente cubierta por los labios de otra persona.

Torpemente, llevó sus manos al cabello del más alto, apretando los mechones entre sus dedos, cerrando los ojos y disfrutando de aquel beso tan inesperado pero gratificante y exquisito al mismo tiempo. La lengua de Takemichi se paseaba por toda su boca, casi con rabia, con violencia. Y cuando tuvieron que separarse para tomar aire, la respiración acelerada y las pupilas dilatadas del guardia le indicaron que su alfa había perdido un poquito el control.

-Apestas a ese alfa -su voz fue ronca, resultó ser casi un gruñido. Mikey suspiró al escuchar a su alfa tan molesto.

-Entonces haz algo para solucionarlo.

No hacía falta decirlo, lo sentía. Las feromonas agresivas de Takemichi habían inundado por completo toda la habitación, temía que incluso sobrepasaran la madera de la puerta y todo el mundo se diera cuenta de lo que estaba pasando. Y sus brazos lo pegaban con fuerza a su cuerpo, imposibilitándole moverse y alejarse. Pero no se quejó, su omega gemía de gusto en su interior por estar recibiendo el delicioso aroma de su alfa y toda su atención.

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora