Presentarse allí, completamente solo y hundido en un profundo malestar consigo mismo había sido una de las peores situaciones a las que había tenido que enfrentarse nunca.
El rostro primeramente sorprendido y posteriormente abatido de Hajime había sido terrible de soportar. Sus ojeras sumadas al evidente agotamiento en su expresión le daban una clara idea de todo lo que había tenido que sufrir el monarca. Ni siquiera le había gritado, no pudo, ni siquiera le golpeó, tampoco pudo hacerlo. Porque, ¿Cómo culpar a un niño de no haber hecho un trabajo que ni siquiera él había podido hacer? No tenía la valentía como para regañarle y mucho menos se creía tan hipócrita como para hacerlo.
Por eso, con una forzosa concentración e intentando ignorar el profundo dolor agudo de su cabeza atendió a todas las explicaciones que los hermanos Akashi le daban. Por suerte eran muchos los detalles que podían añadir aunque no de la misma calidad como lo podría hacer el propio Takemichi quien a penas pudo añadir gran cosa. Las marcas de su rostro daban un claro ejemplo de que todo lo que decían era cierto, los moretones y heridas aún estaban recientes, y su expresión tan seria e inexpresiva se alejaba mucho de lo que siempre ha solido ser alguien tan bondadoso como Hanagaki.
Pero a pesar de todos esos factores, a pesar de la decepción en el rostro del hombre al que le había jurado proteger a su niño y a pesar del dolor físico que sentía por los golpes, Takemichi no sentía algo concreto. Su alfa estaba ausente y en cierta medida lo agradecía, de ese modo podía concentrarse plenamente en su objetivo sin ser perturbado por nada externo.
-Lo siento -fue de las pocas cosas que añadió una vez que Senju terminó de relatar la historia de todo lo que había sucedido en Bonten. En el despacho del rey solo se encontraban él, los hermanos Akashi, Draken, Ame y el propio Hajime. Y esas dos palabras captaron todos los pares de ojos de la sala -. Lamento haber vuelto sin Manjiro. Lo siento de verdad -continuó y Hajime soltó un amplio y profundo suspiro. Cerró los ojos y se frotó el rostro con unas manos visiblemente temblorosas.
-Hanagaki, no...
-Le pido disculpas ahora pero mi misión aún no ha terminado. Le prometí que traería a su hijo sano y salvo y es lo que haré -Hajime volvió a mirarle. Esa firmeza que había caracterizado la expresión de Takemichi desde que lo vio no lo había abandonado. Y él no pudo hacer otra cosa que negar lentamente con la cabeza.
-La culpa es mía por pediros algo tan difícil, hijo.
-No lo es. Confió en mí y prometo no volver a decepcionarle.
-Deberíamos pensar en un plan alternativo y tendríamos que ponernos ya con ello -añadió Ame con la intención de aligerar un poco el ambiente. Hajime la miró un momento y justo después volvió a mirar a Takemichi. Se acercó a él los pasos que los separaban y entonces hizo algo que el menor jamás llegó a pensar que haría y menos en esa situación. Siempre había tenido mucho miedo a decepcionarle, a hacerle ver que no era digno de tomar la mano de su hijo, pero Hajime se veía mucho más pacífico de lo normal y con sus dos grandes manos lo tomó de los hombros para darle un suave y reconfortante apretón.
-Aunque pueda parecerte extraño no estoy enfadado contigo, Takemichi -y el mero hecho de emplear su nombre hizo la charla mucho más cercana -. Subestimamos a Haruchiyo, tú y yo, todos, y ese es un error del que ambos somos culpables. Sé perfectamente que cumplirás con tu promesa porque lo veo en tus ojos, sé lo decepcionado que estás contigo mismo, eres más transparente de lo que piensas, pero no quiero que te sientas así. Como tú has dicho vas a traer a Manjiro de vuelta, no, vamos a traer a Manjiro de vuelta pero esta vez lo haremos juntos -los hombros de Takemichi se relajaron un poco automáticamente. Hajime lo tenía mucho más claro esta vez, incluso un alfa como lo era Takemichi, siendo uno de los guardias reales más prometedores, era un niño y ese niño necesitaba la ayuda de un adulto para realizar una hazaña importante y peligrosa.
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Paradise [Takemichi & Mikey]
Fanfic❝No existe nada en este universo, ni siquiera el reino más idílico de todos, que pueda compararse a lo que siento cuando estoy contigo. Eso sí que puede ser considerado un paraíso❞ «AU Omegaverse»