Capitulo 10

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Su mirada desquiciada les hizo comprender que ese alfa no estaba pensando con lógica.

-Detrás de mí -Takemichi se dirigía a él sin quitar la vista de la amenaza. Manjiro observó su entrecejo fruncido y su mirada dura, una que no había visto en él hasta la fecha. Su postura también evidenciaba que estaba a la defensiva y que al mínimo movimiento actuaría.

-Pero...

-¡Ahora! -durante la fracción de un segundo Takemichi dirigió su mirada a él. Debido a la dureza de su tono, Mikey se vio obligado a obedecer y en un instante se había puesto detrás del alfa.

-No servirá de nada esconderse -sentenció el otro hombre aún con la daga fuertemente apretada entre sus dedos -, no os servirá de nada esconderos.

-¿A qué te refieres? -saltó Mikey con los nervios crispados. Tanta palabrería vacía estaba agotando su paciencia. Takemichi le empujó hacia atrás con su mano libre.

-El rey no es digno -dijo acercándose un paso -, desde que llegó al trono todo ha empeorado. Primero nos lleva a una guerra, luego mancha la sangre real nombrando príncipe a ese niño inútil y ahora pretende casar a su futuro heredero con el omega de un reino débil. Tiene la oportunidad de unirse a la grandeza de Bonten y lo echa a perder -a cada palabra que decía más enfurecido se mostraba. Takemichi había desenfundado su espada pero la mantenía a un lado -, ¿y qué hace él y toda su familia mientras tanto? Vivir una vida tranquila llena de lujos en este lugar, me dais asco.

-Retrocede -Takemichi alzó la espada en su dirección cuando interpretó que se había acercado más de la cuenta -, te recomiendo que te alejes a no ser que prefieras elegir, ¿calabozo o la muerte? -el otro rio con ironía.

-Un niño no va a poder conmigo.

-Has encontrado el modo de entrar a palacio ilegalmente -continuó ignorándole -, de un modo u otro saldrás perdiendo. Hay cientos de guardias.

Manjiro observaba al alfa con fastidio. No se sentía asustado, ni muchísimos menos, se sentía profundamente enfadado por el hecho de que alguien creyera que podría matarlo a él o a su familia tan fácilmente. Apretó los puños a ambos lados de su cuerpo con rabia.

-Serás idiota -soltó tras Takemichi. El alfa que aún portaba la daga en su mano volvió a prestarle atención y Takemichi se tensó ligeramente.

-No digas nada -le ordenó en un susurro, pero parecía que por un momento se había olvidado de cómo era ese pequeño omega.

-Si no te mata él lo haré yo -sonrió con toda la seguridad del mundo -, y si no lo hago yo lo harán las miles de personas que hay hoy reunidas aquí. Es más -dio un empujón al brazo de Takemichi para dejarse pasar y avanzó unos pasos por delante de él con seguridad -, deja que te demuestre quién es al que estás intentando matar.

-¡MANJIRO! -no supo si es que se había despistado por la seguridad que intentaba demostrar o que el otro alfa fue demasiado rápido, pero en la fracción de un segundo ya tenía una daga volando en dirección a su frente, con la punta afilada cortando el aire a una velocidad que casi no pudo apreciarse.

Por suerte, Takemichi fue aún más rápido.

Antes de que pudiera tocar al omega, a tan solo unos pocos centímetros de distancia, Takemichi había azotado la daga con su espada provocando que el sonido del choque de los aceros rebotara en el espacioso jardín. La daga se estrelló en el suelo con fuerza y Mikey sintió el latir de su corazón a mil por hora bajo su pecho.

Mierda, ¿había estado a punto de morir?

-¡Apártate! -de un tirón en su brazo, Takemichi empujó a Mikey unos metros por detrás de él con fuerza haciendo que aterrizara sobre su trasero.

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora