Capitulo 33

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No entendía absolutamente nada pero al mismo tiempo no le interesaba hacerlo. 

Lo único importante para entonces era la realidad, esa realidad que le había situado de nuevo frente al amor de su vida. Su omega estaba alborotado, emocionado e impaciente, Mikey miraba a Takemichi con un brillo en los ojos que había sido inexistente durante todos los días de su ausencia. Y Takemichi lo hacía de la misma forma, intentando por todos los medios frenar los impulsos de su alfa que le exigían abalanzarse sobre él y rodearle con sus brazos. 

El silencio era absoluto. Manjiro miró a su padre un segundo, después a Takemichi y de nuevo a su padre. No sabía qué hacer, no sabía qué decir, sus manos apretujaban las telas de su ropa con la única intención de controlar su emoción y sus impulsos. Y cuando Hajime tuvo los preciosos y brillantes ojos de su hijo sobre él, repletos de vida de nuevo, decidió asentir en su dirección con una tenue y pequeña sonrisa. 

Manjiro no tardó más en disfrutar del permiso de su padre. Solo fueron necesarios dos únicos y rápidos pasos para que Takemichi tuviera el pequeño cuerpo de su omega contra el suyo. Ambos se otorgaron el abrazo más reconfortante, emocionado y cariñoso del mundo. Cargado de anhelo y felicidad. Mikey hundió el rostro en su cuello, aspirando el delicioso aroma de su alfa de nuevo, sintiendo sus ojitos aguarse por la emoción, disfrutando de su calor como nunca lo había hecho porque había tenido tanto miedo... Y Takemichi se limitó a cerrar los ojos y hundir su nariz en su cabello, aspirando profundamente y tirando de la ropa del menor con sus manos para cerciorarse de que realmente lo tenía entre sus brazos otra vez, que no era una ilusión y que estaba abrazando a su omega. 

Ambos habían pasado muchísimo miedo y de repente esa sensación tan negativa se había evaporado. 

-Gracias, dios, gracias... -solo Takemichi fue capaz de escuchar el susurro de Mikey. Él no dijo nada de vuelta porque no podía, sentía que si abría la boca rompería en llanto. 

Se alejaron un ratito después solo para mirarse fijamente. Tan precioso era el rostro de Manjiro que Takemichi tuvo que poner todo su esfuerzo para no llorar al poder apreciarlo de nuevo. Llegó a creer que no volvería a tocarlo otra vez; a sentirlo; a verle. Pero le tenía de vuelta y esperaba no tener que dejarle ir de nuevo. 

Manjiro soltó una pequeña risita emocionada al mismo tiempo que un par de lágrimas caían de sus ojos. 

-No llores -susurró Takemichi llevando sus manos a sus mejillas y apartando las lágrimas con sus pulgares. 

Hubieran permanecido así por el resto del día. De hecho, nada les interesaba más que eso, pero la situación seguía siendo extraña y para su disgusto tenían un público a su alrededor que no dejaba de mirarles. 

Draken sonreía viéndolos pero intentando que su alegría no fuese demasiado evidente, los Akashi simplemente observaban la escena perplejos y sorprendidos y Shinichiro intentaba aparentar la seriedad propia de un hermano mayor aunque en el fondo estuviera disfrutando del regreso de la alegría de su hermanito. Senju y Takeomi habían escuchado rumores de aquella relación tan singular pero jamás llegaron a pensar que esos dos se amaran tanto. Es decir, a la vista estaba que lo hacían. Y Hajime simplemente se mantuvo inmóvil y en silencio hasta que decidió carraspear para interrumpir la escena.

Demasiado contacto frente a él. Fuera cual fuese su posición ahora Manjiro seguía siendo su hijo. No le gustaba que un alfa lo manoseara de esa forma frente a él y jamás le gustaría. 

Con ese carraspeo ambos tuvieron que separarse pero inmediatamente Mikey tomó la mano de su alfa y entrelazó sus dedos. No estaba dispuesto a alejarse de él otra vez; a dejarle ir. Y no quería romper todo tipo de contacto físico de nuevo. 

Paradise [Takemichi & Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora