Capítulo 2 🖇

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Yeonjun solía ser alguien controlador y ordenado, pero era experto rompiendo promesas, al menos cuando se trataba de Soobin. Se despertó con su alarma de las cinco de la mañana y no estaba en su casa, ni en su cama, estaba en el sofá de su ex arropado con una cobija. Al menos era el sofá, y no la cama del menor.

Vio a Soobin salir de la habitación principal y se sentó rápidamente.— Me iré ahora, gracias por dejar que me quedé,— dijo. No quería seguir siendo un estorbo para el dueño del apartamento.

— Al menos bebe algo de café para que conduzcas más despierto,— ofreció Soobin.

¿Por qué se sentía tan mal cada que Yeonjun se iba? Ya debería estar acostumbrado porque esa era su rutina.

— Lo siento, tomaré uno de camino. Wooyoung está libre hoy y tengo mucho trabajo solo.— Se paró y tomó sus cosas para marcharse.

— Recuerda no excederte y tomar descansos, ¿está bien? No te hace bien rebasar los límites.

Y por eso siempre volvía a Soobin. Todos estaban ocupados con sus propias vidas. No le iba a exigir a nadie que estuviera pendiente de él cuando hasta él se olvidaba de sí mismo. Sin embargo, Soobin siempre estaba ahí, era su soporte. Soobin le recordaba cuidarse, comer bien, pasar tiempo con la familia. Nadie más hacía eso por él.

— Lo sé, no lo haré, gracias.— Le dio un beso en la frente y salió de allí.

Compró un café en una máquina expendedora de camino al trabajo. Agradeció tener ropa extra y un baño en su oficina y, también, que Wooyoung no estuviera.

Cuando volvió a estar listo se sentó en su escritorio a trabajar. El trabajo era demandante. Ser el encargado de llevar el negocio familiar no era tarea fácil. Aunque sus padres aún participaban activamente, le delegaban cada vez más responsabilidades alegando que era parte de la capacitación porque algún día todo eso sería suyo.

En días como esos se lamentaba de que su hermano menor no estuviera interesado ni en lo más mínimo en el negocio familiar. Al chico le gustaba el arte, no manejar bienes raíces. Si no hubiese sido así tendría una compañía para trabajar. Obviamente no se oponía al sueño de Beomgyu, pero era mucho para él solo.

— Si te hubieras casado no estarías solo.— Era lo que decía su padre cada vez que él mostraba el mínimo signo de queja o cansancio ante el trabajo.

De igual manera estaría solo, ¿no? Porque Choi Soobin era un psicólogo y se le daban muy mal los negocios. La única ayuda era moral, que aunque importante no le quitaba carga.

Pasó mucho tiempo entre reuniones y papeleo. Cuando vino a percatarse de la hora eran las tres de la tarde y en su estómago solo había caído el café de la mañana. Decidió comer afuera para despejarse y terminó haciéndolo en un pequeño restaurante que servía gastronomía mediterránea. Él era fanático del buen comer, solo que cuando se concentraba solo alguien más podía sacarlo de ahí.

En días normales Wooyoung lo interrumpe al medio día y salen a comer juntos. A veces su amigo le lleva algo de comida casera, algunos días comían en la cafetería de la empresa y otros, en restaurantes. Odiaba comer solo, pero ese día era una excepción.

Tomó su celular para ver si tenía mensajes y efectivamente encontró algunos de Changbin, su mejor amigo.

"Pregunta Felix que si ya comiste algo."
"Responde, tonto."

"Sí, ahora mismo estoy comiendo."

Una notificación llegó inmediatamente.

"Estaba preocupado por ti porque sabe que mamá Wooyoung te abandonó."

"Soy un hombre adulto, me sé cuidar solo. Pero gracias por el detalle."

"Un hombre adulto que almuerza casi a las cuatro de la tarde. Eres el ito del self care."

"Te invitó a cenar, dile que no puedes."

"Para tu mala suerte, sí iré."

Soltó el celular para terminar su comida. Sin dudas los mensajes habían subido su ánimo. La única ventaja de ser amigos de parejas casadas era que terminaba siendo el hijo adoptivo de estas.

Entrada la noche salió al hogar de los Seo luego de haber ido a su apartamento para ducharse y ponerse algo más cómodo. Al llegar fue recibido por su mejor amigo por un golpe en el hombro y una mirada retadora.

— Te salvas porque hoy eres un perro abandonado,— dijo señalándolo con el dedo.— Otro día no te pasaré el mensaje.

— ¡Te estoy oyendo, cielo!— gritó Felix desde la cocina.— Mejor ve a revisar el pollo, ¿sí?— dijo dirigiéndose al salón donde estaba su invitado a quien le dio un abrazo.— ¿Cómo estás, Yeonjunie?

— Algo atareado, pero bien, ¿cómo se porta el perro de Changbin?

— Mejor que tú, te lo aseguro,— habló el mencionado.

— Nunca entenderé su insistencia en llamarse de manera tan despectiva,— añadió Felix.

En medio de la deliciosa cena que habían preparado los Seo, hablaron de sus trabajos, familia, rememoraron anécdotas. Y como no, salió a relucir el nombre de aquel psicólogo.

— Un día olvidé la billetera en casa,— empezó a relatar Felix— y estaba peleado con Changbin así que les pedí ayuda a ti y a Soobin y tuvieron que comprarme todas las comidas ese día.

El recuerdo era gracioso y nostálgico.

— Creo que te aprovechaste de nuestra bondad ese día,— dijo Yeonjun.

— Ojalá lo haya hecho,— añadió Changbin.

— Claro, porque tú pagabas mis tarjetas... Eres un perro Seo.

— Lo aprendí del jefe de la manada,— respondió giñándole un ojo.

Felix reía divertido. A él le gustaba tener a sus amigos cerca. Hubo un tiempo, sin embargo, que era mucho mejor porque solían ser seis y no tres. Después comenzó a hacerse difícil que se reunieran todos por sus trabajos y cierto caso en particular sobre Soobin inventando excusas cuando sabía que Yeonjun estaría allí.

Felix también sabía todo lo que ocurría entre el par de ex. Él era el número de emergencia ante cualquier crisis en que entraba Soobin luego de ver a Yeonjun. Sabía que estaban en un círculo vicioso donde saciaban su soledad con el otro y luego ambos fingían que no se topaban desde su ruptuta. Sabía que a uno le encantaba refugiarse y el otro era no se negaba. Sabía que en otras circunstancias, como años atrás, había chillado al teléfono cuando su amigo contaba que Yeonjun había ido a visitarlo, pero en ese momento ya le preocupaba que ninguno de los dos saliera adelante encerrados junto al fantasma de lo que pudo ser.

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Yo también soy la amiga soltera que sus amigos que son pareja adoptan xd

¡Esta historia me está doliendoooo! Prometo que vendrán cosas bonitas... en algún momento pero vendrán :D

¡Moatori se despide!  ♡

Ese Alguien | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora