Capítulo 8 🖇

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Tras haber atendido al último paciente del día, Soobin se estiró bostezando en su silla. Atendió tantas personas ese día que se sentía sobrecargado.

Recibió un correo electrónico preguntando si quería reagendar la cita que dejó pasar el lunes. No quería, por algo había faltado. Sabía que estaba mal, él lo necesitaba, pero ir y tener que revelar que había retrocedido en vez de avanzar no era de su agrado.

Soobin había hablado con su psicóloga sobre lo cómodo que se sentía con Yeonjun y habían quedado en que tendría una conversación con el mayor para hablar sobre eso, sobre sus sentimientos. ¿Qué tal si volvían? Su cabeza se había llenado de un sin número de escenarios posibles donde podía volver a estar con el primer y único hombre que le robó el corazón. Al final lo aplazó tanto que ocurrió lo contrario. Se supone que el lunes le contaría a la profesional lo bien que se sentía estar entre los familiares brazos de Yeonjun, pero lo último que recuerda es que cada beso que recibió esa noche fueron una definitiva despedida.

Marcó a su número de emergencia, Lix, porque en vez de un una cita a psicología prefería una con algo de alcohol junto a su mejor amigo.

— ¿Soobin? Hola cariño, ¿cómo estás?

La voz de Felix era su tranquilizante.

— Hola Lix, ¿estás ocupado?

— No, llegué hace poco del trabajo, ¿Quieres hacer algo?

— Sí...— dudó de lo que estaba a punto de hacer.— Llamaré a Wooyoung, quizá tenga tiempo también.

— Dile que traiga más alcohol, aquí no hay suficiente.

Felix lo conocía tan bien que sabía lo que necesitaba.

Marcó luego a Wooyoung y tras varios segundos respondió: — Hola Bin.

— Wooyoung, ¿estás libre? Vamos a cada de Felix.

— Salgo en veinte minutos del trabajo. Primero veré si Sanie no me necesita en casa y luego iré, ¿está bien?

— Sí, no hay apuros, lleva alcohol.

— Entonces sí hay apuros, Sanie estará bien sin mi, nos vemos.

Rió cuando colgó la llamada.

La punzada de nostalgia golpeó su corazón. Años atrás se juntaban, pero no por penas sino para descansar, pasar tiempo entre amigos y hacer cosas divertidas. Sin embargo, llegó un momento en sus vidas en las que el alcohol era sinónimo de emergencia. Cuando Soobin sentía que no podía más buscaba ese refugio entre latas y amigos.

Al llegar a la casa de Felix se permitió abrazar por un tiempo un poco más prolongado a su amigo. Luego caminaron hasta el salón y tomaron asiento en espera del faltante.

— ¿Del uno al diez?— preguntó Felix.

— Ocho, aunque a veces se siente como nueve.

— Traeré la primer lata antes de que llegue Woo, la necesitarás.

Bebió la cerveza en su mano lentamente, no quería emborracharse a penas llegaba.

— Lix, ¿qué estarías dispuesto a hacer por Changbin?

— No lo sé, creo que cualquier cosa.... los momentos dicen.

— ¿Incluso dejarlo?

— Mientras yo lo ame y él me ame devuelta no creo que la mejor opción sea dejarlo.— Felix volteó hacia su amigo y lo observó con la lata a la altura de la boca sin beber y con la mirada perdida.— Además, los divorcios son caros,— bromeó para aligerar el ambiente.

— Lix,— volvió a llamar Soobin y el aludido respondió con un sonido.— Yo no quiero dejarlo.

Y Felix recordó aquella vez cuando recibió a un Soobin con los ojos llenos de lágrimas en su puerta y como tuvo que consolarlo por horas. Recordó como temía dejarlo solo porque alguien había roto el corazón de su mejor amigo y parecía irreparable. Con el tiempo pensó que se había curado, pero resulta que solo era una bandita sobre una herida profunda.

Wooyoung llegó con el tan esperado alcohol.

— ¡Lamento tardar! Yeonjun es un idiota que últimamente solo piensa en trabajo,— se quejó mientras llegaba con sus amigos.

Felix le hizo señas para que no mencionara aquel nombre, pero ya era tarde.

— ¿Sale muy tarde de la empresa? ¿Al menos está comiendo bien?— la voz de Soobin sonaba preocupada.— Wooyoung, dile que no trabaje tanto.

Felix bufó frustrado.

— ¿Crees que no lo he hecho? Es a mí al que tiene trabajando como a un burro. Ya lo amenacé hasta con renunciar, pero no vale,— tomó asiento al lado de Soobin y recostó su cabeza en el hombro de este.— No me hace caso, a ti sí así que te toca.

— No le toca a nadie,— intervino Felix.

— ¿Dejarás que muera por sobreexplotación laboral? Mal Lix, mal.

— Renuncia si quieres, no metas a Soobin en esto.

Wooyoung miró extrañado a ambos amigos.

— ¿Por eso estamos aquí? ¿Ese idiota hizo algo?— preguntó preocupado.

— No lo insultes,— reprendió Soobin.

— Y tú, no lo defiendas,— lo regañó Felix.

Los tres con latas de cerveza en las manos y sentados cómodamente en el sofá miraban al techo.

— El sábado me dio un regalo,— habló primero Soobin luego de algunos minutos de silencio.

— Sí, lo vimos,— intervino Wooyoung.

— No ese, otro.

— ¿Cuándo te arrancó del doctor Lee?— preguntó Felix y el aludido asintió.

— Estoy empezando a construir la clínica,— dijo con desgano.

Ambos amigos exclamaron sorprendidos. Sabían lo importante que era para Soobin ese proyecto. Era sueño y pensaban que estaba lejos de cumplirse, pero ¿por qué sonaba tan desanimado al decirlo?

— Creo que te equivocaste de emoción, Choi,— habló Wooyoung intentando buscar la sonrisa en el rostro de su amigo.

— Estoy feliz,— dijo sonriendo medianamente,— pero siento que estoy sacrificando algo para tenerlo y no sé si quiero que ese sea el medio.

Wooyoung y Felix lo miraron incrédulos y decidió contarles.

— Ese día Yeonjun me llevó a casa y allá me dio una carpeta con el título de la propiedad y todo lo necesario para comenzar a construir mi clínica. Les juro que estaba en shock, no sabía ni siquiera qué decir. Luego me dijo que ese sería el último regalo de su parte.— Paró para respirar profundo y continuó bajo la mirada atenta de sus amigos.— Dijo que me dejaría libre, que saliera con quien quisiera y que él ya no iba a entrometerse en mi vida, después lo hicimos por última vez y cuando desperté, el domingo, ya no estaba y fue tan doloroso,— dijo con lágrimas en los ojos.— Sentía que mi corazón se cortaba y el vacío era tan notorio. Ni siquiera estábamos juntos, ¿por qué duele tanto?

Y sus amigos solo lo rodearon en un abrazo grupal acariciándole el cabello y susurrándole que todo iba a estar bien, que podía llorar, que ellos estaban ahí para él.

🧸

Estoy tardando más en actualizar esta historia que con Lumbra.

La razón es que ando muy ocupada por culpa del mismo kpop.

Por cierto, ayer me llegaron  las photocards de MOA X TOGETHER y la especial es de Beomgyu :') DON'T TOUCH ME! Casi lloro en plena plaza comercial con todos mis amix ahí xd

Hoy pediré las de ACT:LOVESICK pero conociendo a weverse no las veo hasta noviembre xd

¡Moatori se despide! ♡

Ese Alguien | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora